La Corporaci¨®n Brit¨¢nica del Acero perdi¨® 35.000 millones en los ¨²ltimos seis meses
La Corporaci¨®n Brit¨¢nica del Acero (BSC), empresa nacional, se encuentra de nuevo en graves aprietos econ¨®micos, que podr¨ªan llevar al cierre de alguna de sus m¨¢s modernas plantas. La meta de su presidente, lan Mac Gregor, de cubrir gastos para la pr¨®xima primavera ha quedado en un sue?o, dorado. En los seis ¨²ltimos meses, BSC ha perdido 175 millones de libras (35.000 millones de pesetas), una cifra que Mac Gregor cre¨ªa ser¨ªa total para el ejercicio 1982-1983, que termina en marzo).
A principios de este a?o, BSC cubr¨ªa un 52% del mercado nacional brit¨¢nico. Ahora, tan s¨®lo un 43%. El futuro parec¨ªa brillan te en enero. Con el dr¨¢stico plan de recortes y racionalizaci¨®n aplicado por Mac Gregor, BSC, que en 1981-1982 hab¨ªa perdido 340 millones de libras (68.000 millones de pesetas), hab¨ªa lo grado reducir sus p¨¦rdidas desde 2.000 millones de pesetas por se mana, en sus peores tiempos, hasta doscientos millones de pe setas. Entre las plantas de BSC figuraban algunas de las m¨¢s eficientes del mundo occidental.En sus dos a?os de presidencia de BSC, Mac Gregor hab¨ªa recortado el n¨²mero de emplea dos en 50.000. En la actualidad, BSC cuenta con 94.000 emplea dos; 28.000 de ellos, en los servicios de oficina y gerencia. Ahora, entre 5.000 y 10.000 empleados m¨¢s podr¨ªan perder sus puestos de trabajo, pero BSC contempla tambi¨¦n la reducci¨®n del n¨²mero de oficinistas y gerentes, si recorta m¨¢s su producci¨®n.
Ca¨ªda de la producci¨®n
La gran empresa nacional tiene en la actualidad una capacidad de producci¨®n de 14,2 millones de toneladas de acero al a?o, pero s¨®lo opera a dos tercios de su nivel, una ca¨ªda sustancial de los veinti¨²n millones de toneladas anuales de sus mejores tiempos. Tras la tradicional baja de la demanda de acero durante el verano, BSC esperaba una lenta recuperaci¨®n en el oto?o, que no ha llegado. Las ¨®rdenes de que dispone en estos momentos la corporaci¨®n est¨¢n a un nivel tan bajo como, en el oto?o de 1980, el punto m¨¢s bajo de la recesi¨®n para este sector industrial.La Corporaci¨®n Brit¨¢nica del Acero espera que la demanda nacional brit¨¢nica para todo el a?o 1982 sea de 12,5 millones de toneladas (en 1973 fue de veinte millones de toneladas), con una ligera recuperaci¨®n en 1983, pero una nueva ca¨ªda en 1985-1986 a 11,5 millones de toneladas. La recesi¨®n hace mella. Las preocupaciones brit¨¢nicas de BSC son especialmente agudas. El mercado nacional brit¨¢nico de acero ha disminuido en un 3,7% desde 1972. La ca¨ªda del mercado nacional de la RFA fue, en comparaci¨®n, de un 18%.
La Corporaci¨®n Brit¨¢nica del Acero ha perdido terreno en su propio mercado nacional, pasando en unos meses de cubrir un 52% a cubrir un 43% de esta demanda. El sector privado brit¨¢nico ha aumentado ligeramente su participaci¨®n, pero lo que m¨¢s preocupa a Ian Mac Gregor es el aumento de las exportaciones. Estas han pasado desde cubrir, hace siete meses, un 22% del mercado nacional brit¨¢nico, hasta cubrir, en estos momentos, un 30%. La mayor¨ªa de estas importaciones proviene de pa¨ªses de la Comunidad Econ¨®mica Europea (CEE). Pero en estos siete ¨²ltimos meses las importaciones de acero de pa¨ªses como Espa?a, Polonia y Brasil han aumentado en un espectacular 92%, alcanzando ya las 814.000 toneladas.
Es un problema de precios y de costes, del cual BSC no ve la soluci¨®n por el momento. Si la corporaci¨®n brit¨¢nica bajara en un 10% sus precios, para recuperar el terreno perdido en su propio mercado nacional, perder¨ªa 400.000 libras (ochenta millones de pesetas) anuales en ingresos, sin por ello reducir sus gastos, entre los que figura principalmente el alto coste de la energ¨ªa.
La Corporaci¨®n Brit¨¢nica del Acero considera que la reducci¨®n del ¨ªndice de la inflaci¨®n de un 8% anual en el Reino Unido responde m¨¢s bien a una ca¨ªda de los precios que de los costes. Para lograr cubrir gastos, BSC tendr¨ªa que reducir en mil pesetas los costes por tonelada, para situarlos en 3.000 pesetas. Los observadores notan que, sin despidos masivos y cierres de plantas, tal objetivo ser¨ªa imposible de alcanzar.
Mac Gregor viajar¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas a Jap¨®n para la reuni¨®n del Instituto lnternacional del Hierro y del Acero. All¨ª podr¨¢ discutir con sus colegas japoneses el futuro , de esta industria y las perspectivas de recuperaci¨®n de la demanda mundial. La Corporaci¨®n Brit¨¢nica del Acero est¨¢ contemplando el cerrar su planta m¨¢s moderna, inaugurada hace tres a?os escasos en Redcar (Teeside), en el norte de Inglaterra. La planta tiene una capacidad de producci¨®n de 10.000 toneladas diarias, pero ahora s¨®lo opera a dos tercios de su pleno rendimiento.
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