De c¨®mo ganar el galard¨®n
Juan Garc¨ªa Hortelano escribi¨® hace dos a?os, por estas fechas, en este mismo peri¨®dico, con la iron¨ªa profunda que en ¨¦l es habitual: "Todos los a?os, con la llegada de la primavera, los novelistas medianos que hayan publicado una novela durante los doce meses anteriores viven en el terror de que les pueda ser otorgado el Premio de la Cr¨ªtica. Es una m¨¢s de las tribulaciones y no el menos grave de los peligros a los que estamos sometidos los novelistas medianos". Para Garc¨ªa Hortelano, que titulaba su texto De c¨®mo evitar el galard¨®n, "este temible galard¨®n", del que sistem¨¢ticamente se ven libres los buenos novelistas, constituye la insoslayable ejecutoria de mediocridad con que la cr¨ªtica especializada estigmatiza una novela". Ayer, el autor de Gram¨¢tica parda, un narrador cuya historia sit¨²a muy por encima de cualquier orla de mediocridad, reconoc¨ªa que aquella declaraci¨®n de distancia era el producto de una rabieta, el enfado porque entonces, abril de 1981, los cr¨ªticos hubieran obviado obras como las de Benet o de Torrente Ballester. En su art¨ªculo de entonces, Garc¨ªa Hortelano explicaba f¨®rmulas para librarse del galard¨®n, y resum¨ªa una: '"Se trata de una soluci¨®n radical, que a cierta edad tienta al escritor mediano, como un v¨¦rtigo o una fascinaci¨®n, y que podr¨ªa enunciarse as¨ª: escribir m¨¢s cada d¨ªa y nunca publicar nada. Dado que, por ahora, el Premio de la Cr¨ªtica no recae en in¨¦ditos, la impunidad ser¨ªa total". No se hizo caso a s¨ª "sino, claro, y el a?o pasado public¨® Gram¨¢tica parda, asisti¨® a la reedici¨®n de El gran momento de Mary Tribune y consolid¨® su estatura como genial cr¨ªtico futbol¨ªstico escorado hacia el Atl¨¦tico de Madrid.Ayer estaba muy feliz, porque el premio es, con sus defectos y sus virtudes, "el m¨¢s literario de los que se dan en Espa?a", y "no otorga dinero, que es lo que debe corresponder a un escritor". La ausencia de dinero, convierte el premio en un honor para viejos,y ¨¦l, que ya pas¨® de los 40 "pero lo he olvidado" -naci¨® en Madrid, en 1928-, cree que lo ideal ser¨ªa que est¨ªmulos como este lo obtuvieran preferentemente los j¨®venes narradores. A ese respecto recuerda, con satisfacci¨®n, que Jos¨¦ Mar¨ªa Guelbenzu -El r¨ªo de la luna- fue el premiado del a?o pasado, un fallo que le quit¨® la rabieta que hace dos a?os le hizo despotricar con ganas del galard¨®n que ahora recibe.
En cuanto a las razones de la cr¨ªtica espa?ola para premiar su obra, Garc¨ªa Hortelano concede que quiz¨¢ han visto en Gram¨¢tica parda "un homenaje a la literatura", un libro realizado por un escritor cuyo rigor implacable ¨¦l mismo atribuye a su lentitud.
La cr¨ªtica en general no estuvo demasiado dividida con relaci¨®n a Gram¨¢tica parda, "la frustrante historia de una ni?a que quiso ser Flaubert". Recordaba ayer Garc¨ªa Hortelano que la mayor¨ªa dijo que era una novela divertida. Pero no todo s los cr¨ªticos han sido ben¨¦volos con su producto. Algunos la consideraron confusa, de acceso dificil, demasiado intelectualizada. El ha le¨ªdo algunas de esas cr¨ªticas hasta dos y tres veces, "a veces por pura vanidad y a veces porque dicen cosas que est¨¢n muy bien".
Babelia
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