Paco Ojeda, lesionado
El sexto toro de la corrida, un ejemplar c¨¢rdeno y bien armado, prendi¨® a Paco Ojeda cuando lo recog¨ªa de salida muy quieto y haci¨¦ndole girar sobre la rodilla. En el primer lance el toro le hab¨ªa avisado con un derrote escalofriante, pese a lo que el torero continu¨® su labor sin inmutarse. Al tomar el tercer lance, el toro lanz¨® el cabezazo y elev¨® al torero por los aires. A la enfermer¨ªa se lo llevaron visiblemente conmocionado, mientras el p¨²blico quedaba impresionado y decepcionado.Antes, en el tercer toro, hab¨ªa montado su n¨²mero en colaboraci¨®n con una cabrita de muy sospechosos pitones. A lo largo de su lidia, toda su labor se sustent¨® en el pedestal habitual de este torero. Ver¨¢nicas antes die tiempo, toscas y macizas, que luego repiti¨® para llevar al torito frente al picador, del que apenas recibi¨® un ara?azo.
Plaza de Toledo
2 de junio. Corrida del Corpus.Tres toros de Joaqu¨ªn Buend¨ªa, desiguales de presencia, con casta. Primero de Sayalero y Bandr¨¦s, terciado y flojo. Quinto y sexto de La Quinta, man¨¦jable y ¨¢spero respectivamente. Anto?ete: Ovaci¨®n. Dos orejas. Ovaci¨®n. Tom¨¢s Campuzano: dos orejas en cada toro. Paco Ojeda: dos orejas. Sufri¨® una cogida en el sexto y result¨® conmocionado.
Ojeda estuvo jugando, con el torito de Buend¨ªa entre las risas de unos, la indiferencia de muchos y el papanatismo desbordado de los que no paraban mientes en la chiva. Estuvo Ojeda muy tranquilo, m¨¢s veces detr¨¢s de los pitones que delante. No sac¨® limpio ning¨²n pase de pecho y solo destac¨® en la ejecuci¨®n de la estocada en la que entr¨® despacio y dejando enterrado el estoque ?en todo lo alto.
Anto?ete ha explicado el toreo a compa?eros y p¨²blico. El toreo de verdad, tan diferente a lo que hab¨ªamos visto hacer antes a los otros dos toreros. Su primer toro era el t¨ªpico blandengue que se defend¨ªa y el madrile?o lo aguant¨® muy bien por los dos pitones y hasta le sac¨® algunos pases muy buenos con la derecha. En el cuarto, un toro de Buend¨ªa, al que dej¨® corto de castigo, y que embisti¨® con mucha casta, estuvo sencillamente magistral, en una faena muy ligada, dej¨¢ndose: ver en los cites y toreando con mucha verdad, en claro contraste con el juego al que se hab¨ªa entregado antes Ojeda.
Tom¨¢s Campuzano estuvo muy f¨¢cil con dos toros que le ven¨ªan peque?os. Toda su labor result¨®, empeque?ecida ante las condiciones de sus toros, que quitaban importancia a todo lo que hac¨ªa. En el primero construy¨® su faena con muletazos de mucho temple y con cierta variedad. El quinto se quedaba corto e hizo una faena para la galer¨ªa. La corrida fue un saldo de ganader¨ªas, y¨¢ que fueron desechados tres toros de Buend¨ªa por la ma?ana. El juego que dieron permiti¨® el lucimiento excesivamente triunfalista de los toreros.
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