La soluci¨®n condicionada del problema brit¨¢nico puede desbloquear la reuni¨®n del Consejo Europeo de Stuttgart
Dominando la pol¨ªtica del limpiaparabrisas -ahora va bien, ahora va mal-, volvi¨® a reinar ayer cierto optimismo en el Consejo Europeo de StutIgart cuando, tras un duro forcejeo, se logr¨® una soluci¨®n condicionada y provisional al problema de la contribuci¨®n brit¨¢niea en 1983 al presupuesto de la CEE. Tal soluci¨®n depende de que se despeje el camino para el aumento de los recursos propios que financian dicho presupuesto. De ello depende el ingreso espa?ol. A ¨²ltima hora de ayer, Francia hab¨ªa conseguido eliminar del comunicado final la fecha de junio de 1984 para el f¨ªn de las negociaciones para la adhesi¨®n de Espa?a. Y lo poco que quedaba lo hizo saltar Londres.
El quinto proyecto de comunicado final presentado en venticuatro horas por la presidencia alemana de la CEE hab¨ªa -sin car¨¢cter definitivo- eliminado la referencia a dicha fecha, prefiriendo se?alar la "necesidad de concluir las negociaciones a tiempo para someter los tratados de adhesi¨®n a ratificaci¨®n, a m¨¢s tardar, en el momento en que se sometan a rat, icaci¨®n los resultados de la negociaci¨®n sobre el financiamiento futuro de la Comunidad". La sexta versi¨®n dec¨ªa: " ya s¨®lo que las negociaciones se har¨¢n en la perspectiva de acabar lo antes posible y ser¨¢n llevadas de tal modo que su conclusi¨®n no sea posterior al acuerdo sobre la financiaci¨®n". Londres se opon¨ªa a aceptar a estas alturas la ratificaci¨®n de un principio que a¨²n no hab¨ªa acordado.Parece haber imperado, pues, el concepto de paralelismo.Paralelismo con la OTAN
El presidente franc¨¦s, Fran?ois Mitterrand, fue expl¨ªcito al se?alar que "no ser¨ªa conveniente fijar una fecha que nos arriesgamos a no poder respetar". Mitterrand se refiri¨® a la necesidad de resolver antes el problema de las frutas y hortalizas, para a?adir que "nada ser¨ªa peor que tener que retrasar la fecha". Junio de 1984 ser¨¢ el ¨²ltimo de los seis meses de presidencia francesa de la CEE, y Par¨ªs quiere evitar dejar mal sabor de boca. Un portavoz franc¨¦s manifest¨®, sin embargo, no saber la raz¨®n por la cual hab¨ªa desaparecido la fecha del proyecto del comunicado.
La versi¨®n que quedar¨ªa no ser¨ªa sino una copia de la posici¨®n espa?ola en la OTAN, reserv¨¢ndose la CEE su postura respecto a la fecha, en la medida en que comparte los objetivos espa?oles. La CEE lucha, sin embargo, contra viento y marea para imponer la fecha. "Nunca se sabe lo que ocurrir¨¢ en los ¨²ltimos cinco minutos", coment¨® un diplom¨¢tico. Tambi¨¦n las cumbres tienen su m¨ªstico misterio. La concretizaci¨®n que busca Espa?a podr¨ªa venir, como se ha se?alado en d¨ªas anteriores, por v¨ªa oral durante la conferencia de prensa de Helmut Kohl.
Fecha o no fecha, tanto para Espa?a como para la CEE, lo importante es que se solucione el acuciante problema de las finanzas de la Comunidad. Incluso si esta soluci¨®n se acelera, Espa?a se beneficiar¨ªa en un m¨¢s r¨¢pido proceso de integraci¨®n de su adhesi¨®n por los parlamentos nacionales, estimaban algunos observadores. Y en eso estaban anoche los jefes de Estado y de Gobierno.
La primera m¨ªnistra brit¨¢nica, Margaret Thatcher, es una dama que poco tiene de duende. Aislada, sigui¨® luchando. Finalmente acept¨® una soluci¨®n del gusto de todos. Thatcher recibir¨ªa una devoluci¨®n de las dos terceras partes que ped¨ªa de la contribuci¨®n brit¨¢nica a la Comunidad Econ¨®mica Europea, pero no sobre 1983, sino sobre los cuatro ¨²ltimos a?os. Quer¨ªa 160.000 millones de pesetas para 1983. Logra 95.000 millones de pesetas (de los que la RFA tendr¨¢ que desembolsar 20.000 millones de pesetas). El compromiso lleg¨® con un consenso condicionado de Francia e Italia a una soluci¨®n satisfactoria de la financiaci¨®n futura de la CEE. Pero Margaret Thatcher quer¨ªa ir m¨¢s lejos, pidiendo una garant¨ªa para 1984. A eso no estaban dispuestos los otros nueve.
Y as¨ª se lleg¨® al punto m¨¢s delicado, no resuelto al cerrar esta edici¨®n, de esta negociaci¨®n globalizadora: ?Aceptar¨ªa Londres el principio del aumento de los recursos propios de la CEE? Se desdibujaba un principio de soluci¨®n de compromiso. El mencionado documento alem¨¢n hablaba de la "determinaci¨®n y calibre de este aumento", pasando por agua otras f¨®rmulas m¨¢s dr¨¢sticas". Pero, m¨¢s importante, menciona la gran negociaci¨®n europea de los pr¨®ximos seis meses que ha de culminar con un acuerdo en la cumbre de Atenas del 6 de diciembre. La negociaci¨®n se llevar¨¢ a cabo en el seno de consejos especiales en los que participar¨¢n los ministros de Asuntos Exteriores, Finanzas y Agricultura.
La Comisi¨®n Europea debe presentar propuestas concretas para reducir el gasto agr¨ªcola a mediados de septiembre. Estas medidas han de versar sobre la pol¨ªtica de precios, la corresponsabilidad de los productores para evitar los excedentes y otros cambios. Los pa¨ªses del sur de Europa buscan, sin embargo, una soluci¨®n m¨¢s equilibrada.
Declaraci¨®n solemne de la uni¨®n europea
Prueba de que el ambiente hab¨ªa mejorado en Stuttgart es que los alemanes volvieron a hablar en serio sobre la declaraci¨®n solemne de la uni¨®n europea, que podria ser firmada hoy, tras las modificaciones introducidas a ¨²ltima hora por los franceses. A todo esto Mitterrand hab¨ªa sido remplazado en Stuttgart por su primer ministro, Pierre Mauroy. De todas formas, este acta Genscher-Colombo es papel mojado. Grecia har¨¢ expl¨ªcita su reserva a la intenci¨®n de suprimir el derecho al veto o al voto por unanimidad. Ello no quieta para que el primer ministro griego, Andreas Papandreu, hiciera, seg¨²n los que le entendieron, un discurso de lo m¨¢s curope¨ªsta.
Algo iba quedando claro ayer. Esta cumbre no era normal. Ya sea en Stuttgart o en Atenas, 1983 puede ser el a?o del Waterloo de la CEE frente a s¨ª misma o la ocasi¨®n de convocar una nueva conferencia de Mesina como la que en 1956 abri¨® el camino para el Tratado de Roma.
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