El programa econ¨®mico y los Presupuestos del Estado para 1984 pueden evitar el peligro de insolvencia de Espa?a
De seguir las tendencias y la pol¨ªtica continuista de los pasados a?os de crisis, en otros tres ejercicios perder¨ªan su empleo 600.000 personas (hasta el 22% de la poblaci¨®n activa, frente al 17% actual), las empresas p¨²blicas llegar¨ªan a reunir en 1986 un d¨¦ficit anual de 800.000 millones de pesetas, y el Estado tendr¨ªa que subsanar la carencia de ingresos de la Seguridad Social con una aportaci¨®n de 11,6 billones de pesetas. Cortar estos y otros desequilibrios, que pondr¨ªan a Espa?a en peligro de insolvencia "no m¨¢s all¨¢ de 1984" someti¨¦ndola a un indeseado plan de austeridad del Fondo Monetario Internacional, han servido de base para los proyectos de medidas de ajuste contenidas en los borradores del programa econ¨®mico gubernamental a medio plazo y Presupuestos del Estado para 1984. Ambos textos han pasado a manos del Gobierno, cuyo equipo econ¨®mico celebr¨® ayer en Madrid, con la incorporaci¨®n de alg¨²n otro ministro, su primera reuni¨®n tras el verano
La descripci¨®n de tales amenazas, destinada a ilustrar la necesidad de los ajustes que se enmarcar¨¢n en los presupuestos y en el programa, corri¨® ayer a cargo de los secretarios generales de Presupuesto y Gasto P¨²blico, Jos¨¦ Borrell, y de Econom¨ªa y Planificaci¨®n, Miguel Mu?iz. Como directores del seminario sobre Asignaci¨®n de recursos colectivos en una sociedad democr¨¢tica: problemas presupuestarios y de planificaci¨®n, iniciada, en la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo, de Santander, Borrell y Mu?iz diagnosticaron la situaci¨®n del sector p¨²blico, a modo de pr¨®logo, para los an¨¢lisis de los cuatro pr¨®ximos d¨ªas sobre la planificaci¨®n en el extranjero, en las regiones, los sistemas de protecci¨®n social, las empresas p¨²blicas y la reconversi¨®n industrial.Sin embargo, no revelaron el contenido concreto de las medidas de ajuste, al parecer porque todav¨ªa el Ejecutivo no se ha pronunciado, sobre ellas. Trascendi¨® que en Madrid se celebraba ayer mismo la primera reuni¨®n tras el verano del equipo econ¨®mico del Gobierno, con la incorporaci¨®n de alg¨²n ministro m¨¢s, como el de Cultura, Javier Solana. Programa econ¨®mico y Presupuestos para 1984 figuraban en la agenda, seg¨²n las fuentes consultadas. El secretario general del Presupuesto expres¨® su confianza en que los de 1984 estar¨¢n en las Cortes el 30 de septiembre, el de Econom¨ªa y Planificaci¨®n, Miguel Mu?iz, dijo que el programa a tres a?os -definitivamente se ha abandonado la designaci¨®n de plan por no estar en marcha el Consejo Econ¨®mico y Social que tiene competencias constitucionales en la planificaci¨®n- seguramente tendr¨¢ forma de comunicaci¨®n al Parlamento, como el Plan Energ¨¦tico.
Aunque Mu?iz no habl¨® del contenido del programa, hizo un diagn¨®stico de la crisis abierta en 1974, que lleva a una conclusi¨®n: el ajuste realizado hasta ahora no lo han pagado los trabajadores, sino los dos millones y pico de parados y las empresas que han cerrado. Para no caer en los peligros que entra?an las proyecciones realizadas -recurso a cr¨¦ditos del Fondo Monetario Internacional e imposici¨®n de un modelo de ajuste extranjero, como el aplicado a numerosos pa¨ªses en dificultades- debe haber m¨¢s moderaci¨®n de costes salariales, flexibilidad del mercado de trabajo y de la Seguridad Social, reforma de las empresas p¨²blicas, reducci¨®n de inflaci¨®n y mayor competitividad exterior; es decir, repartir el trabajo y aceptar niveles de renta menores.
"Todo esto", dijo, "es condici¨®n necesaria, pero no suficiente. Es el ajuste a tres a?os. Pero hay que completarlo con otros a medio y largo plazo que nos lleven a un modelo de crecimiento distinto al pasado, consumista, especulativo, penetrado m¨¢s por intereses privados que por los generales. Habr¨¢ que pensar en formas socioecon¨®micas m¨¢s creativas".
Mayor crisis diferencial
Seg¨²n el secretario general de Econom¨ªa y Planificaci¨®n, Espa?a parte de una mayor crisis diferencial que la de otros pa¨ªses y, por tanto, recibir¨¢ efectos m¨¢s adversos del modelo conservador que ha sucedido al keynesiano en pa¨ªses potentes, como Estados Unidos, Reino Unido y ahora la Rep¨²blica Federal de Alemania y Jap¨®n. Definido por la reducci¨®n dr¨¢stica en la actuaci¨®n del Estado, la crisis sindical, la disciplina monetaria y crediticia, y la revoluci¨®n tecnol¨®gica, dicho modelo acepta un alto paro estructural, impone ritmos rapid¨ªsimos de innovaci¨®n, des estabiliza selectivamente las econom¨ªas perif¨¦ricas y las capas sociales internas y refuerza el papel b¨¦lico, con reducci¨®n de gastos sociales.
La creciente integraci¨®n de Espa?a en el mundo ha coincidido, seg¨²n el conferenciante, con el doble de paro e inflaci¨®n que la media de los pa¨ªses industrializados entre 1974 y 1982, debido a cinco factores: retraso en el ajuste energ¨¦tico, fuerte aumento de los salarios reales y costes laborales hasta 1979-1980, d¨¦ficit p¨²blico, y falta de ajustes en la agricultura y la industria por temor a intereses particulares.
Por su parte, el secretario general de Presupuesto y Gasto P¨²blico, Jos¨¦ Borrel, atribuy¨® el fuerte crecimiento registrado por el sector desde 1967 al fen¨®meno inflacionista, los efectos de la transici¨®n pol¨ªtica -explosi¨®n de reivindicaciones sociales contenidas y emergencia de nuevas administraciones- y el impacto de la crisis econ¨®mica en las necesidades de protecci¨®n social. "Todo ello", dijo, "genera deficiencias estructurales, que no tienen soluci¨®n a corto plazo y que s¨®lo una voluntad planificadora puede resolver".
No obstante, Borrell apunt¨® dos v¨ªas de actuaci¨®n prioritarias. De un lado, evitar la ralentizaci¨®n clara en el volumen de ingresos generados por v¨ªa fiscal, que en 1982 pr¨¢cticamente cayeron y en los cuales para 1983 se estim¨® una recuperaci¨®n que est¨¢ siendo dificultada por el fraude. De otro, cambiar la estructura org¨¢nica del gestor del gasto, porque la Administraci¨®n central ha perdido en los ¨²ltimos a?os protagonismo ante la emergencia de la Seguridad Social y las administraciones local y auton¨®mica.
A este respecto, el interventor general del Estado, Juan Francisco Mart¨ªn Seco, se?al¨® que las comunidades aut¨®nomas y las corporaciones locales pueden tender m¨¢s a endeudarse, que el Estado, actualmente consciente del problema y no tan sometido a la restricci¨®n de las reelecciones. Tambi¨¦n dijo que, si bien los 8,3 millones de gasto p¨²blico consolidado previstos para este a?o suponen un 33% del producto interior bruto, la capacidad de consumo y de inversi¨®n apenas representa respectivamente un 10% y un 4,5% del PIB.
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