Costa-Gavras reivindica Palestina contra el sionismo en su filme presentado en Venecia
La pel¨ªcula Hanna K, de Costa-Gavras, realizada a continuaci¨®n de su celebrad¨ªsimo Missing, es un nuevo intento de aproximar la realidad Pol¨ªtica a trav¨¦s del cine; el filme se present¨® en la Mostra de Cine de Venecia. Si antes los protagonistas eran los desaparecidos en Latinoam¨¦rica, ahora lo son los palestinos. De la mano de su guionista -el recientemente desaparecido Franco Solinas-, Costa-Gavras fabrica uno de esos filmes que pretenden despertar la mala conciencia del mundo civilizado, poniendo en evidencia que el genocidio no es una pr¨¢ctica reservada a los gobiernos dictatoriales o a las sociedades primitivas.
OCTAVI MART?, ENVIADO ESPECIAL, Venecia
?LVAREZ CABALLERO
En Hanna K encontramos tres hombres frente a una mujer: el marido, un europeo esc¨¦ptico que ya hace tiempo fue abandonado por ella, pero que sigue am¨¢ndola; el israelita, que es un hombre preocupado por mantener su imagen p¨²blica de sionista militante, y el palestino, que es un muchacho encantador que tiene el ¨²nico inconveniente de que por su nacionalidad es siempre sospechoso de ir colocando bombas. Al final, ella se queda sola pero descubre la libertad.De este resumen argumental -al que falta todo lo que concierne al discurso sobre la maternidad- quiz¨¢ no se deduzca plenamente la exactitud de lasintenciones de Costa-Gavras, sobre la que no s¨®lo peca de instrumentalizadora -lo que tampoco ser¨ªa demasiado grave, sino de un optimismo desaforado-. Es m¨¢s. Ante la desmesurada maldad del israelita y las profundas y razonadas convicciones del palestino -que, para m¨¢s inri del sionismo, se revela como un padre excelente y sentimental- uno empieza a dudar de la validez de la par¨¢bola sumariamente escrita por Solinas. Las simplificaciones no llegan a quedar ocultas por la habilidad del director para resolver ciertas secuencias y la pel¨ªcula transmite esa fastidiosa sensaci¨®n de las obras con mensaje, que te sirven ideolog¨ªa a cucharadas para el resto del metraje dejarlo transcurrir en inacabables caminatas o viajes en autom¨®vil.
Filme muy menor, que ni tan s¨®lo se beneficia de la tradicional habilidad del director para lograr efectos percutentes, Hanna K tiene despierta la atenci¨®n en espera d e que la ficci¨®n propiamente dicha arranque de una vez y sea algo m¨¢s que una simple ilustraci¨®n de cuatro lugares com¨²nes. Porque eso es lo que sucede con el filme, que al final no te ha explicado ni hecho sentir nada distinto de lo que esperabas desde el principio. Para bien y para mal, el cine de Costa-Gavras es eso.
Dos errores italianos
Cada nueva sesi¨®n en la que se presenta un filme italiano sirve para confirmar la desorientaci¨®n que atraviesa esta cinematograf¨ªa marcada por el hundimiento de su mercado interior -durante decenios, el m¨¢s importante de Europa- y por la intervenci¨®n de la RAI en la producci¨®n. Esto ¨²ltimo determina no s¨®lo la procedencia de la mayor¨ªa de los cineastas debutantes -la experiencia televisva sustituye a la escuela-, sino tambi¨¦n el tipo de productos, pensados mucho m¨¢s para interesar a un culto y un tanto pedantesco comit¨¦ de aprobaci¨®n de guiones que para satisfacer los deseos de un p¨²blico popular.
Il desertore, de Giulikana Berlinguer, era la segunda carta -la primera fue Una gita scol¨¢stica, de Pupi Avati- que jugaba la cinematograf¨ªa en la carrera para hacerse con el Le¨®n de la Mostra. Tambi¨¦n es una apuesta fallida. Su trama -las dudas de una madre que ha perdido a sus dos hijos a ra¨ªz de la primera guerra mundial y no sabe si dejar que sus nombres figuren en un monumento -colectivo que pretenden erigir las autoridades locales- es netamente simb¨®lica, convirti¨¦ndose el culto a los muertos en una bandera que se pretende utilizar.
El problema de la pel¨ªcula es que dedica su tiempo a descifrar sus evidentes s¨ªmbolos, no a hacerlos jugar dram¨¢ticamente. Adem¨¢s, Il desertore es de esas obras en las que s¨®lo existe el zoom y la panor¨¢mica, como si se tratara de uno de esos apresurados documentales que fabrican los realizadores de oficio de las televisiones estatales, de manera que el conjunto no s¨®lo no interesa tem¨¢tica y argumentalmente, sino que resulta desagradable visualmente.
En el apartado Venezia Giovani, dedicado a las ¨®peras primas, el turno fue para Faliero Rosati y su Il momento dell'aventura. En este caso el argumento es ingenioso -un problema de falsificaci¨®n y tr¨¢fico de obras de arte visto desde el ¨¢ngulo art¨ªstico y desde un entramado policiaco-, la realizaci¨®n es hija de imaginaci¨®n y oficio, pero el gui¨®n estricto es detestable, pretencioso y est¨¢ mal estructurado, de manera que Il momento dell'aventura no puede considerarse como un rival serio para Never cry wolf, la ¨²nica de las obras seleccionadas para el apartado de debutantes que, hasta ahora, es candidata al premio final.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.