El apoyo p¨²blico a Banca Catalana supera los 300.000 millones, de los que se recuperar¨¢ menos de la tercera parte
Los apoyos p¨²blicos prestados al grupo Banca Catalana ascienden a 300.000 millones de pesetas, de los cuales el Banco de Espa?a recuperar¨¢ en realidad menos de la tercera parte, sin contar que las devoluciones se har¨¢n en pesetas de dentro de siete a?os, seg¨²n estimaciones de medios financieros solventes. El caso se considera significativo respecto al empleo que tendr¨¢ el bill¨®n largo de pesetas aportado para superar la crisis bancaria (v¨¦ase EL PAIS del pasado domingo), pese a que dicho dinero est¨¢ formalmente en cr¨¦ditos al 8% de inter¨¦s.
El grupo Banca Catalana, cuyos administradores todav¨ªa se resist¨ªan en 1982 a aceptar la recomendaci¨®n del Banco de Espa?a para no pagar dividendos con cargo al ejercicio, llevaba recibidos el pasado mes 295.854 millones de pesetas, sin contar las subvenciones impl¨ªcitas por exenciones de coeficientes de caja e inversi¨®n obligatoria. De acuerdo con la lista de ayudas para afrontar la crisis bancaria, 134.240 millones le han llegado directamente del Banco de Espa?a y otros 161.614 millones mediante el Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos (FGD).El dinero entregado al grupo (Banca Catalana, Banco Industrial del Mediterr¨¢neo, Banco Industrial de Catalu?a, Banco de Cr¨¦dito e Inversiones, Banco de Alicante y Banco de Barcelona, pues al de Gerona no figuran aportaciones) supone tanto como el que ten¨ªa en dep¨®sitos de clientes cuando se declar¨® la crisis. Esta proporci¨®n es algo superior a la media de los bancos saneados antes de Rumasa (88 de cada 100 pesetas). Tambi¨¦n es probablemente el grupo que ofrece mayor relaci¨®n entre recursos totales de sus tres primeros bancos (265.000 millones de pesetas, incluidos los propios y los de interbancario cuando empezaron a conocerse sus problemas, a finales de 1981) y las inversiones sanas de las mismas, que representan s¨®lo una tercera parte de aqu¨¦llos.
En efecto, frente a los 265.000 millones de recursos totales declarados a finales de 1981, el Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos tuvo que comprar el pasado verano a los tres bancos activos por 88.400 millones, se qued¨® con valores por otros 8.800 millones, asumi¨® p¨¦rdidas ciertas por 7.900 millones, y garantiz¨® al pool bancario adquirente de Catalana 40.000 millones de pesetas de cr¨¦ditos (el 89% de todos los que consideraba de dudoso cobro) y 6.000 millones de pesetas en avales. Adem¨¢s, las p¨¦rdidas contabilizadas ascend¨ªan a 41.800 millones de pesetas. Todo esto indica que los activos insanos, aunque no aparezcan otras p¨¦rdidas no contabilizadas -en su caso, pasar¨ªan al Fondo, seg¨²n las condiciones pactadas con el pool-, ascienden a 192.900 millones de pesetas.
Impacto monetario
Los medios financieros consultados han basado su estimaci¨®n del coste de la crisis, fundamentalmente, en el impacto monetario de las ayudas prestadas y en el de la exenci¨®n de coeficientes a los bancos. S¨®lo por este camino, el Banco de Espa?a perder¨¢, aproximadamente, m¨¢s de la mitad de lo entregado.La primera base de c¨¢lculo parte de que los 300.1000 millones de pesetas ser¨¢n devueltos en un plazo medio de siete a?os.
Para los 134.240 millones prestados directamente, el plazo est¨¢ fuera de duda, puesto que el pool bancario que compr¨® Banca Catalana se comprometi¨® con el banco emisor a devolverle sus primeros 125.000 millones de pesetas a partir del quinto a?o (15.000 millones la primera entrega, 25.000 al sexto a?o, 35.000 al s¨¦ptimo y 50.350,3d octavo).
Para los cr¨¦ditos del FGD, el plazo puede ser m¨¢s. dilatado, si se tiene en cuenta que la banca privada debe pagar -con cuotas anuales inferiores hasta ahora a 10.000 millones de pesetas- la mitad de los 400.000 millones que lleva anticipados el Banco de Espa?a al Fondo.
En cada uno de los siete a?os de plazo medio, el Banco de Espa?a cobra por sus 300.000 millones de pesetas un 8% de inter¨¦s (al grupo Catalana o al Fondo). Con el fin de neutralizar el efecto que causa la entrada de este dinero en el sistema monetario, debe retirar del mercado cantidades equivalentes, mediante la emisi¨®n de certificados de regulaci¨®n monetaria que suscriben bancos y cajas. Durante 1983, el tipo de inter¨¦s medio de este drenaje de liquidez rondar¨¢ el 20%. Es decir, que el banco emisor perder¨¢ en la operaci¨®n 12 puntos (diferencia entre 8% y 20%). Como es previsible que dichos tipos de inter¨¦s bajen, podr¨ªa calcularse para el indicado plazo te¨®rico de siete a?os un 15%, lo que arrojar¨ªa un margen de siete puntos. Y el 7% de 300.000 millones de pesetas son 21.000 millones anuales, que acumulan 147.000 millones de pesetas en el per¨ªodo.
La segunda base del c¨¢lculo supone un coste m¨ªnimo de 20.000 millones de pesetas en subvenciones impl¨ªcitas por las exenciones de coeficientes durante cinco a?os. En realidad, durar¨¢n siete a?os. La exenci¨®n del coeficiente de caja, ahora un 11,75% (cuando se firm¨® la ¨®peraci¨®n 10,75% y podr¨¢ subir al 20%), supone al menos liberar aquel porcentaje sobre los 140.000 millones de pesetas de pasivo computable de los tres bancos, que tambi¨¦n aumentar¨¢ pr¨®ximamente; es decir, unos 14.950 millones de pesetas que estar¨ªan inmovilizados. Para compensar que se mantienen en el sistema, el Banco de Espa?a debe retirar tambi¨¦n liquidez, lo que en los cinco primeros a?os le costar¨¢ por lo menos 13.000 millones de pesetas.
Igualmente, la exenci¨®n de los coeficientes de inversi¨®n obligatoria, que se realiza con una baja media de ocho puntos respecto al tipo de inter¨¦s del mercado, representa un coste para el Tesoro (y tambi¨¦n, como en el caso anterior, un beneficio alternativo para el grupo bancario), en la medida en que se dejan de colocar c¨¦dulas de inversi¨®n por unos 15.000 millones de pesetas a?o. Aunque s¨®lo se cuente la diferencia entre el tipo rernunerador de las c¨¦dulas (7,25%) y el tipo logrado en inversiones de mercado, salen otros 7.000 millones de pesetas. Y tambi¨¦n sin contar, por ejemplo, el coste para el sector privado de la econom¨ªa, que deja de recibir la financiaci¨®n impl¨ªcita que conlleva la financiaci¨®n privilegiada v¨ªa coeficientes de inversi¨®n.
Cuotas al FGD
Por otra parte, el Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos, que en ¨²ltima instancia debe ser sufragado a partes iguales con cuotas anuales del Banco de Espa?a y la banca privada, tendr¨¢ que financiar los llamados agujeros o desequ¨ªlibrios patrimoniales, as¨ª como quedarse con los activos que han descargado en el mismo los tres bancos y no podr¨¢ traspasar al sector privado o lo har¨¢ con p¨¦rdidas.Sin contar lo que ocurra con los citados activos que Catalana vendi¨® al Fondo (88.422 m¨¢s 8.757 millones) y con el cobro de los cr¨¦ditos garantizados (otros 46.000 millones), a los 7.927 millones de p¨¦rdidas ya absorbidas tendr¨¢ que sumar la diferencia entre el 8% a que recibe el dinero y el cero por ciento a que al menos 35.671 millones durante los 10 a?os, as¨ª como los 6.507 millones de p¨¦rdidas imputables al aplazamiento de pago de las acciones vendidas por el FGD al grupo de bancos adquirentes por un total de 13.607 millones a amortizar durante siete a?os.
El ministro de Econom¨ªa y Hacienda, Miguel Boyer, quien el pasado 16 de junio fue felicitado en el Congresco de Diputados por los grupos de oposici¨®n conservadora al explicar las razones para que el Gobierno no ejerciera el derecho, de tanteo de bancos saneados con dinero p¨²blico, dijo que las p¨¦rdidas ciertas (7.927 millones de pesetas), m¨¢s las del cr¨¦dito sin inter¨¦s, m¨¢s las que procedan. de garant¨ªas, totalizar¨¢n de 30.000 millones a 40.000 millones de pesetas. El Banco de Espa?a, al aportar cada a?o como cuota la misma cantidad que pone la banca privada (la primera anualidad fue de 6.300 millones, la segunda de 7.900 millones y la tercera ha sido de 8.100 millones), sufragar¨¢ la mitad de estas p¨¦rdidas y contribuir¨¢ paritariamente a devolverse a s¨ª mismo los cr¨¦ditos entregados al FGD -cuyo efecto monetario ya fue estimado-, si los bancos no llegaran a sanearse y no pudieran devolverlos.
Menos de un tercio y sin inflaci¨®n
Los medios firiancieros consultados estiman que esta aportaci¨®n paritaria tendr¨¢ que ser, como poco del doble de apuntado por el ministro: unos 40.000 millones de pesetas. Sumados a los 167.1000 de los efectos monetarios, no llegar¨¢n en conjunto a cubrir ni las dos terceras partes de los 300.000 millones de pesetas empleados ya. Cobertura que se har¨¢ a valores erosionados por una inflaci¨®n m¨ªnima del 35% en siete a?os, si bien esta sustracci¨®n no ha sido incluida en las estimaciones para demostrar su conservadurismo.
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