John Foxx, un sinf¨®nico de hoy
John Foxx estuvo esta semana en Madrid. Cuando Foxx era el esp¨ªritu atormentado de Ultravox ya anduvo por Espa?a. Fue en Cane y su ¨¦xito result¨® notable por la ausencia. Las generaciones de progresistas ecol¨®gicos y m¨¢s o menos gal¨¢cticos no acababan de entender la siniestra elegancia de un grupo que aparec¨ªa vestido de una tecnolog¨ªa poco acorde con los aires campestres que a¨²n recorr¨ªan la Catalu?a del 78.Luego John Foxx se fue a vivir su vida y Ultravox, con nuevos miembros y sin la antigua magia, se dedica a tener unos ¨¦xitos tan colosales como pretenciosos. El primer ¨¢lbum en solitario de Foxx, Metamatic era un prodigio de m¨²sica vanguardista y los v¨ªdeos que se hicieron en torno a ¨¦l, alucinan tes. As¨ª ven¨ªa este rubio hermoso, lleno de honores, aunque sus dos ¨²ltimos elep¨¦s hubieran deca¨ªdo notablemente conservando, eso si, la elegancia.
El Rock-Ola registr¨® una entra da media-alta y una sobreabun dancia de aspectos agradables e las personas. Nada m¨¢s comenzar la cuesti¨®n qued¨® bastante clara Aquello iba a sonar espl¨¦ndidamente. Vamos, una cosa espectacular en dicho local. El mismo John Fox resultaba contenido, cantaba muy bien y se mov¨ªa con suavidad. La m¨²sica, variada en tempos acababa pareci¨¦ndose mucho al rock sinf¨®nico que inspira a sus antiguos compa?eros. Muchos teclados sonando, muchas intervenciones casi solistas de guitarra, muchos coros o efectos de voces, mucha fanfarria y mucho tributo a la m¨²sica seria del siglo pasado. Aquello ten¨ªa pretensiones y sonaba mucho m¨¢s a moda que a contemporaneidad. Por lo cual, resultaba agradable pero no consegu¨ªa retener la atenci¨®n. Incluso cuando ¨¦sta ten¨ªa intenci¨®n de posarse en la m¨²sica, lo ¨²nico que se lograba al final era un cierto tedio revestido de buen gusto. Era muy rom¨¢ntico, fundamentalmente suave y no cortaba el aliento como el Ha-! Ha!-Ha!, ni siquiera resultaba un poco obsesivo. Era sencillamente un viaje hacia el pasado protagonizado por un m¨²sico que debiera ser de hoy. El resto de las consideraciones; casi vienen sobrando. Ni el ambiente ni el protagonista hicieron nada por el buen fin del acto. Lo que pod¨ªa haber sido un acontecimiento, fue nada m¨¢s que una noche simp¨¢tica. Nada tremendo.
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