Boyer afirma que la empresa p¨²blica no debe estar obligada a mantener el empleo

El mejor argumento en contra de la empresa p¨²blica es la err¨®nea concepci¨®n funcionarial de mantenimiento de todos los puestos de trabajo en las mismas a cualquier precio, manifest¨® ayer Miguel Boyer, ministro de Econom¨ªa y Hacienda, en la inauguraci¨®n de un seminario sobre empresa p¨²blica, organizado por la oficina del portavoz del Gobierno. En su intervenci¨®n, el ministro resalt¨® los esfuerzos del Estado al destinar un bill¨®n de pesetas para reducir 50.000 puestos de trabajo en un limitado n¨²mero de sectores industriales y aminorar "el doloroso coste social" de la reconversi¨®n. Boyer asegur¨® tambi¨¦n que no se van a reordenar las empresas p¨²blicas en holding sectoriales y que ¨²nicamente se proceder¨¢ a una cierta reorganizaci¨®n de las empresas del Patrimonio del Estado.

El ministro de Econom¨ªa, tras exponer su convicci¨®n en la empresa p¨²blica y en su necesidad dentro de una econom¨ªa de mercado, se refiri¨® a la evoluci¨®n hist¨®rica de las mismas en nuestro pa¨ªs. Hizo hincapi¨¦ en los objetivos m¨¢s complejos de la empresa p¨²blica en relaci¨®n con la privada, que exclusivamente percibe el beneficio, y se refiri¨® a las consecuencias de la crisis econ¨®mica, de la evoluci¨®n industrial y de los fuertes aumentos salariales de los ¨²ltimos a?os. Causas que explican la p¨¦rdida de competitividad de las empresas p¨²blicas y el desorbitado crecimiento de las p¨¦rdidas, que han pasado de 22.300 millones de pesetas en 1975, a 332..400 millones en 1982 (para este a?o se preven p¨¦rdidas por 378.000 millones).Se ha desacelerado el ritmo de crecimiento de las p¨¦rdidas en las empresas p¨²blicas en los ¨²ltimos a?os, pero es imprescindible reestructurar importantes sectores cuyas p¨¦rdidas ponen en peligro no s¨®lo a las empresas que los integran, sino a otros sectores de la econom¨ªa. Se est¨¢ destinando a ellos fondos que servir¨ªan a otras empresas y sectores para generar empleo. Seguir as¨ª no es soluci¨®n, dijo Boyer, prueba de ello es que se han perdido en Espa?a m¨¢s de 800.000 puestos de trabajo, lo que es una cifra muy superior al desempleo producido en otros pa¨ªses que adoptaron en¨¦rgicas medidas de reestructuraci¨®n industrial.

El ministro precis¨® que durante estos a?os de crisis los salarios de las empresas p¨²blicas, a pesar del crecimiento exorbitante de sus p¨¦rdidas, ha sido superior a los del resto del pa¨ªs (pasaron del 5,1% del producto interior bruto (PIB) en 1975 al 8,5% en 1983). Insisti¨® en la necesidad de redimensionar los sectores en crisis y critic¨® con dureza la rigidez de algunos sectores y fuerzas sociales para adaptarse a los cambios. Todo ello, y la situaci¨®n financiera desastrosa que padece en general la empresa p¨²blica, explican la actual situaci¨®n cr¨ªtica en la que el! total de transferencias del Estado hacia dichas empresas ha pasado de 31.280 millones en 1975 a 333.953 millones en 1983, lo que supone pasar de un 0,5% o un 0,6% del PIB en 1975 a un porcentaje pr¨®ximo al 2% para 1984 (402.781 millones de pesetas).

Un sector p¨²blico m¨¢s eficiente

Boyer dijo que el futuro de la empresa p¨²blica pasa por una gesti¨®n m¨¢s parecida a la que se ejerce en las empresas privadas y por una prestaci¨®n de servicios p¨²blicos m¨¢s eficiente. Insisti¨® en la necesidad de que todos los sectores, incluido el financiero, contribuyan a los costes de la reconversi¨®n y asegur¨® que el Estado posee los instrumentos necesarios para obligar a la banca, si ¨¦sta no colabora de buena gana, como est¨¢ haciendo, a aportar las ayudas necesarias.

El secretario general de Presupuestos y Gasto P¨²blico, Jos¨¦ Borrel, expuso los distintos baremos por los que se mide la empresa p¨²blica dentro de los Presupuestos y la relaci¨®n entre la misma y el d¨¦ficit del sector p¨²blico. Francisco Fern¨¢ndez Ordo?ez, presidente del Banco Exterior, habl¨¦ del escaso peso e intervencionismo del sector p¨²blico dentro del sistema financiero espa?ol.