El sociald¨¦mocrata Jaime Lusinchi afirma haber ganado, las elecciones venezolanas por amplio margen
Un pediatra de 59 a?os ser¨¢ el pr¨®ximo presidente de Venezuela. El socialdem¨®crata Jaime Lusinchi gan¨® por amplio margen las elecciones celebradas ayer, seg¨²n datos extraoficiales obtenidos a ¨²ltima hora de la noche. Hasta las dos de la madrugada (hora peninsular), el Consejo Supremo Electoral no hab¨ªa facilitado todav¨ªa ning¨²n bolet¨ªn informativo. Seg¨²n todos los indicios, la participaci¨®n electoral superar¨¢ el 90%.
Apenas una hora despu¨¦s de cerrarse los colegios electorales, el candidato de Acci¨®n Democr¨¢tica manifest¨® en una conversaci¨®n privada con representantes de la Internacional Socialista que su partido estaba consiguiendo el 59% de los votos, frente al 29% para su principal opositor, Rafael Caldera, de? partido socialcristiano COPEI. Una emisora de televisi¨®n difundi¨® en directo este di¨¢logo, lo que mereci¨® una seria amonestaci¨®n del Consejo Supremo Electoral.El presidente electo apareci¨® minutos despu¨¦s ante la peque?a pantalla para pedir disculpas por el involuntario, incidente, y a?adi¨® que ¨¦l era el primero en respetar la legalidad y que ignoraba que su conversaci¨®n estuviese siendo televisada.
La democracia venezolana dio ayer un nuevo ejemplo de orden y civismo. La jornada electoral discurri¨® sin un solo incidente y con una masiva concurrencia a las urnas. Ninguna duda se ha planteado sobre la limpieza de un proceso que nada tiene que envidiar al de cualquier pa¨ªs democr¨¢tico desarrollado. Han bastado 25 a?os para crear un sistema de garant¨ªas, que imposibilita la manipulaci¨®n del voto ola duplicidad.
A las 6.00 horas, abrieron los 25.000 colegios electorales de todo el pa¨ªs. Cientos de personas hac¨ªan cola antes de despuntar el alba. Pese a la lentitud del proceso de votaci¨®n, m¨¢s de la mitad del censo desfil¨® por muchas mesas antes del mediod¨ªa.
El presupuesto de estas elecciones asciende a 420 millones de bol¨ªvares (unos 5.000 millones de pesetas al cambio libre), lo que significa m¨¢s de 700 pesetas por voto v¨¢lido.
A esta cifra habr¨ªa que ponerle como m¨ªnimo un cero m¨¢s si se suma el dinero que invirtieron los partidos durante la campa?a.
La vigilancia de todo el proceso est¨¢ encomendada por mandato constitucional a las fuerzas armadas, que controlan las papeletas desde el momento en que salen del Consejo Supremo Electoral hasta que regresan a ¨¦l las actas de escrutinio. Ning¨²n militar en activo, incluidos los soldados incorporados a filas, puede votar ni ser candidato.
La presencia de los soldados en la calle, aun limitada a los colegios electorales, infunde una extra?a sensaci¨®n de seguridad en una Caracas que tiene bien ganada fama de peligrosa. En este d¨ªa. los taxistas aceptan realizar carreras a las colonias de ranchitos que pueblan los cerros de la capital, donde no entran en otras ocasiones. "Aqu¨ª viene usted de madrugada y seguro que respira plomo", explica un taxista al paso por San Agust¨ªn del Sur, una de las barriadas m¨¢s m¨ªseras de la ciudad, a escasos minutos del centro.
Todos los electores son cacheados y sus bolsos registrados antes de entrar a los colegios, para evitar no s¨®lo la presencia de armas sino la de una simple caja de cerillas. Desde el mediod¨ªa del s¨¢bado hasta la medianoche de hoy rige la ley seca en todo el pa¨ªs, que est¨¢ virtualmente cerrado a los extranjeros durante 24 horas.
En el censo electoral figuran 4,2 millones de mujeres y 3,5 millones de hombres. Esa diferencia de un 10% explica que los principales candidatos hayan realizado un esfuerzo para atraer el voto femenino. Lo mismo cabr¨ªa decir del mill¨®n largo de j¨®venes que votan por primera vez.
El sistema de votaci¨®n difiere sensiblemente del espa?ol. Aqu¨ª no hay una papeleta por partido, sino que una sola hoja grande, de 60 por 40 cent¨ªmetros, recoge todas las candidaturas presidenciales (12) y las parlamentarias (33). Con esto se evita la denuncia frecuente de que falten sufragios de cualquier partido.
En una c¨¢mara cerrada, el votante estampa un sello para presidente y otro para los ¨®rganos legislativos. La c¨¦dula electoral es timbrada finalmente en su reverso Este requisito ser¨¢ imprescindible para matricularse en la Universidad, obtener un empleo p¨²blico y sacar pasaporte, lo que, de hecho convierte el voto en obligatorio.
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