"Nosotros no atacamos al Gobierno, defendemos a los trabajadores"
Marcelino Camacho, secretario general de CC OO -"no somos un sindicato comunista, aunque, muchos de sus miembros lo sean"-, niega que exista intenci¨®n alguna- por parte de su sindicato de atacar al Gobierno socialista. Camacho, viejo metal¨²rgico jubilado, "ni alto ni bajo, ni gordo ni flaco", como ¨¦l mismo dice, diputado que renunci¨® al esca?o para dedicarse a las tareas sindicales, asegura que CC OO mantiene una postura equilibrada y moderada, defendiendo los intereses de los trabajadores, que en muchas ocasiones est¨¢n enfrentados a los del Gobierno.Pregunta. Hace unos d¨ªas el presidente del Gobierno explic¨®, a trav¨¦s de las pantallas de TVE algunos aspectos de su pol¨ªtica econ¨®mica. ?Qu¨¦ le parecieron sus opiniones?
Respuesta. El presidente del Gobierno intent¨® tranquilizar a la banca y a los empresarios que le hab¨ªan pedido que fuera tenaz y perseverante. E intent¨® convencernos de que no exist¨ªan fisuras en su equipo de Gobierno. A los trabajadores ¨²nicamente nos pidi¨® sacrificios. Despu¨¦s, en el mensaje del presidente parec¨ªa haber una parte dirigida a CC OO y nos dec¨ªa que no habr¨ªa negociaci¨®n si no se part¨ªa previamente de la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno. Felipe Gonz¨¢lez se confundi¨® de sindicato. Tiene que comprender que CC OO no puede dejar de defender a los trabajadores y eso supone una pol¨ªtica distinta. Nosotros no atacamos al Gobierno, defendemos a los trabajadores. Y estamos por la negociaci¨®n, porque no somos ni unos locos ni unos irresponsables. A m¨ª me hubiera gustado oir decir al presidente que con unas tasas de paro como las que hay, con un d¨¦ficit y una deuda exterior como las que tenemos lo que se est¨¢ dando es una situaci¨®n de emergencia. Y en una situaci¨®n as¨ª, hay que hacer un gran esfuerzo, para conseguir a cambio un mayor empleo y un grado de cobertura a los parados m¨¢s amplio. Pero lo tiene que hacer todo el pa¨ªs. No tenemos que hacerlo s¨®lo los trabajadores.
P. Se dice que CC OO est¨¢ actuando ante el Gobierno socialista con una dureza que no emple¨® siquiera con Gobiernos de derechas. Y se pone como ejemplo el clima social de movilizaciones y huelgas promovido por su sindicato.
Respuesta. Primero hay que analizar cu¨¢l es la pol¨ªtica que en el terreno social est¨¢ llevando a cabo el Gobierno socialista. Nosotros no tratamos de frenar el cambio, queremos que el cambio se produzca. No queremos que todo termine en una l¨¢pida que diga: "Aqu¨ª yace el cambio que no fue posible". El triunfo del PSOE en las elecciones generales fue saludado por CC OO con alegr¨ªa y con esperanza. Porque era la demostraci¨®n de que en este pa¨ªs cab¨ªa un Gobierno progresista despu¨¦s de 40 a?os de dictadura. Valoramos muy positivamente ese hecho. E hicimos la advertencia de que el poder se situara fuera del sector pol¨ªtico, de la banca y de la Iglesia. Y si el PSOE ced¨ªa, se corr¨ªa el riesgo de llegar al desencanto nacional.
P. ?Y el PSOE ha cedido?
R. El PSOE ha tenido aciertos en el orden jur¨ªdico, en el terreno ¨¦tico; en lo legislativo hay tambi¨¦n aspectos positivos. Pero la verdad es que han sido ¨¦xitos muy descafeinados. En lo social, el PSOE se plante¨® la creaci¨®n de 800.000 empleos netos en cuatro a?os. La realidad hasta ahora es muy otra. Se han perdido 286.000 empleos. Nos acercamos al 20% de la poblaci¨®n activa en paro. Ya no se puede decir que estamos juzgando demasiado pronto. Y no es que el Gobierno no quiera crear puestos de trabajo, pero su pol¨ªtica ha tenido como objetivo prioritario la contenci¨®n de la inflaci¨®n y no la lucha contra el paro. Y se puede decir que, en este aspecto, el fracaso del PSOE ha sido, al menos hasta ahora, total.
P. Pero cuando se presentaron los cuadros macroecon¨®micos, se advert¨ªa que para crear empleo, entre otras cosas, hab¨ªa que aceptar una moderaci¨®n salarial del 6,5%.
R. El programa socialista era muy concreto en este sentido. Adem¨¢s de la promesa de los 800.000 puestos de trabajo, se compromet¨ªa a mantener la capacidad adquisitiva de los salarios. Y eso para nosotros supone que en 1984 un trabajador pueda comprar lo mismo que en 1983. Por eso pedimos el 10%, porque para mantener el poder adquisitivo hay que considerar que la inflaci¨®n acab¨® el a?o pasado en el 12,2% y est¨¢ previsto que termine 1984 con el 8%. El 10% trata de recuperar en el segundo semestre lo que se pierde en el primero. Lo que CC OO quiere es que se cumpla el programa socialista. Nosotros no nos tiramos al monte de la reivindicaci¨®n. Nuestra postura no es desequilibrada. Es m¨¢s bien moderada. No podemos aceptar unas subidas salariales del 6,5% con unas subidas de precios que se situar¨¢n en una media del 10%.
P. ?Cree usted, entonces, que el Gobierno ha incumplido su programa?
R. En empleo y salarios, s¨ª. Y en la contrataci¨®n temporal. El Gobierno ha negociado poco. La ley de reconversi¨®n es una buena muestra de esa actitud. No ha habido acuerdo, y se ha limitado a aplicar el Libro Blanco. Y el Gobierno ha perdido la batalla por la resistencia de los trabajadores. CC OO no pr¨¢ctica ninguna ofensiva contra el Gobierno; es el Gobierno quien lleva una ofensiva a fondo contra los trabajadores, apoyado por el gran capital. No deja de ser sintom¨¢tico que sean los propios empresarios quienes animen al Gobierno a ser tenaces en su pol¨ªtica econ¨®mica. Ellos saben que hay contradicciones, y cuando el Gobierno vacila, los empresarios le animan a continuar. Lo cierto es que se est¨¢ aplicando una pol¨ªtica antisocial y antisindical como ning¨²n Gobierno se hab¨ªa atrevido a hacer.
P. ?Es, realmente, tan antisocial la pol¨ªtica del Gobierno?
R. El Gobierno est¨¢ haciendo lo que no ha hecho nadie. Enviar expedientes de 1.500 trabajadores del Metro al fiscal por una huelga o penalizar a jornaleros con un mill¨®n de pesetas por cortar las carreteras no parece que sea defendible. Se act¨²a con una dureza que no se emplea para otras cosas. Y se dice, adem¨¢s, que CC OO est¨¢ aumentando la inflaci¨®n... Pero ?qu¨¦ vamos a hacer cuando se nos rebajan los salarios? ?Qu¨¦ quieren? ?Que les demos las gracias? Nuestro objetivo no es frenar el cambio, es que el cambio se produzca. El incumplimiento de su programa, a quien ¨²nicamente beneficia es a la derecha.
P. ?Ha habido alg¨²n intento de establecer una comunicaci¨®n entre CC OO y el Gobierno?
R. Alg¨²n cable se ha lanzado. Se ha producido alguna llamada para un encuentro informal. Nosotros estamos dispuestos a negociar y hemos agotado todas las posibilidades. Ya sabemos que con UGT el Gobierno s¨ª se re¨²ne. Es absurdo. La verdad es que no les hace falta; con una simple llamada de tel¨¦fono pueden arreglar las cosas entre ellos. ?Qu¨¦ van a hacer los parlamentarios de UGT? Por disciplina, tendr¨¢n que acatar las decisiones del Gobiemo.
P. ?No cree usted, posible ser sindicalista y diputado a la vez?
- R. En este aspecto mi postura es bien conocida. Yo fui diputado y renunci¨¦ por dos razones. La primera, porque no se puede estar en dos sitios a la vez y cumplir en los dos. Y la segunda y fundamental, porque llega un momento en que se presentan incompatibilidades entre lo que defiendes como sindicato y los intereses que puede tener un partido. Con que no digamos con los intereses de un Gobierno. Pero no es s¨®lo una postura personal, sino de la confederaci¨®n sindical.
P. Las relaciones entre partido y sindicato, sin embargo, contin¨²an. Concretamente, de CC OO se dice que aplica la pol¨ªt¨ªca del PCE.
R. Nunca hemos negado nuestras afinidades con el PCE. Pero no somos un sindicato comunista, y cuando se nos acusa de ello se est¨¢ deformando la realidad. CC OO celebr¨® en marzo de 1982 un consejo confederal en el que se aprob¨® la profundizaci¨®n en la independencia del sindicato y se estableci¨® la incompatibilidad entre un cargo pol¨ªtico y un cargo sindical. Adem¨¢s, en nuestra organizaci¨®n hay comunistas, pero tambi¨¦n socialistas. Hay gente m¨¢s radicalizada por la izquierda y m¨¢s moderada por la derecha. Y nunca, como s¨ª que ha ocurrido en UGT, hemos ex pulsado a nadie por diferencias ideol¨®gicas.
P. La existencia de tantas corrientes, ?no da lugar a un exceso de tensiones en el seno de CC OO?
R. CC OO tiene el honor de ser un sindicato pluralista y unitario. Y la pluralidad da lugar a algunas contradicciones que CC OO asume. No niego que la riqueza de nuestra organizaci¨®n hace que aparezcan diferencias. Pero eso es normal, y creo que un sindicato pluralista debe tenerlas.
P. ?Ha tenido. alguna vez la sensaci¨®n de que su organizaci¨®n no era bien vista desde el poder?
R. Siempre la hemos tenido. Repasando la historia de CC OO vemos que siempre se le han puesto dificultades.
P. ?Marcelino Camacho seguir¨¢ todav¨ªa muchos a?os al frente de CC OO o va a retirarse en el pr¨®ximo congreso?
R. A m¨ª me gusta ser un hombre normal. Ni alto ni bajo, ni gordo ni flaco. F¨ªsicamente soy as¨ª. Tambi¨¦n me gusta ser normal a otros niveles. Mis ambiciones humanas est¨¢n cubiertas. Empec¨¦ a militar con 15 a?os en el sindicalismo y con 17 en el partido. Profesionalmente estoy satisfecho de mi trayectoria. Pol¨ªticamente, he sido parlamentario. En el sindicato llevo muchos a?os ocupando el cargo de secretario general. Ahora me gustar¨ªa dedicarme a la familia. Yo estoy jubilado y vivo de mi pensi¨®n. Mi ambici¨®n es replegarme a cualquier tarea del sindicato y que otros ocupen mi puesto. No s¨¦ si ser¨¢ posible hacerlo en este momento. Tal vez tenga que continuar, porque es cierto que hasta ahora, en muchas de las tensiones existentes dentro del sindicato, he tenido que hacer de factor equilibrador. Pero me gustar¨ªa poder dedicarme a mi compa?era Josefina, a mis hijos, a mis nietos. A vivir en paz en un pa¨ªs en paz.
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