Uno de cada seis tripulantes sufre accidentes laborales
Espa?a carece de un servicio profesionalizado para el rescate y salvamento en el mar
Los medios de salvamento que debe llevar un barco est¨¢n se?alados en el convenio internacional de Seguridad de la Vida Humana en el Mar (Sevimar), que se encuentra en vigor en Espa?a desde 1963.En materia de rescate no hay un servicio profesionalizado de salvamento; el sistema descansa en la utilizaci¨®n de voluntarios (adscritos a la Cruz Roja del Mar) y en el recurso a barcos y aeronaves militares. As¨ª, se da la circunstancia de que el portahelic¨®pteros D¨¦dalo, buque insignia de la flota de guerra, tiene que dedicarse con alguna frecuencia al salvamento de n¨¢ufragos, junto con fragatas, destructores y otros barcos de la Armada. La Administraci¨®n dispone de un remolcador alquilado para cubrir la zona de Galicia, y el Estado tiene la intenci¨®n de dotarse con un remolcador propio, cuya construcci¨®n no se ha iniciado todav¨ªa.
Las competencias relacionadas con la seguridad afectan a las autoridades militares y a los ministerios de Transportes y Comunicaciones, Agricultura y Pesca, Trabajo, Sanidad, Asuntos Exteriores y a la Cruz Roja.
En Espa?a, la direcci¨®n del rescate est¨¢ atribuida a los comandantes de Marina, que normalmente se ocupan de gran n¨²mero de asuntos, por lo que su dedicaci¨®n regular a la organizaci¨®n del salvamento suele limitarse a los casos en que se producen accidentes en su zona. En cuanto a las actuaciones de la Armada o de los helic¨®pteros, considerados los medios m¨¢s eficaces, son tambi¨¦n los m¨¢s caros, y no siempre se puede movilizar con la necesaria rapidez a un pesado buque de guerra, ni sus caracter¨ªsticas se ajustan al tipo de actuaci¨®n que ser¨ªa conveniente.
Penuria de medios
La penuria de medios p¨²blicos para salvamento y rescate contrasta con la existencia de compa?¨ªas privadas, cuya intervenci¨®n se realiza cuando las empresas afectadas llegan a un acuerdo sobre la compensaci¨®n econ¨®mica del trabajo. La muerte ha sorprendido a muchos marineros en plenas negociaciones sobre las condiciones del rescate. As¨ª, un remolcador extranjero se neg¨® a auxiliar al petrolero Urquiola -que naufrag¨® a la entrada de La Coru?a- al no acept¨¢rsele las condiciones econ¨®micas pedidas para ello. Otro tanto sucedi¨® con el barco italiano Marina di Acqua, hundido al norte de La Coru?a.Las costas espa?olas son lugar de recalada y paso de rutas internacionales muy importantes: seg¨²n datos de 1980, anualmente circulan 19.000 petroleros y buques de carga por el oeste de la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica. Finisterre y el estrecho de Gibraltar son dos de los lugares de mayor densidad de tr¨¢fico del mundo.
La falta de dispositivos profesionalizados para el rescate en el mar, una vez producido el accidente, se suma a las deficiencias en la asistencia m¨¦dica para accidentes de trabajo y enfermedades surgidas durante el desarrollo de la actividad laboral.
El programa de asistencia m¨¦dica del Instituto Social de la Marina cuenta con cierta dotaci¨®n de medios: hay un barco de apoyo log¨ªstico, el Esperanza del Mar, que cubre la zona canario-sahariana, y existen equipos m¨¦dicos espa?oles, distribuidos por Nouadhibou (Mauritania), Dalcar (Senegal), Luanda (Angola), Walbis Bay (enclave surafricano en Namibia) y Terranova. Tambi¨¦n funciona, desde hace cinco a?os, un sistema de consulta m¨¦dica por radio desde Madrid.
Accidentes laborales
En el a?o 1982, por ejemplo, el servicio radiom¨¦dico atendi¨® 2.519 consultas por enfermedad y 619 por accidente; en 1983, las cifras fueron 2.344 consultas por enfermedad y 536 por accidente. A ello hay que sumar los casos atendidos anualmente en los centros m¨¦dicos distribuidos por la costa africana y el Atl¨¢ntico norte (casi 5.000 durante el a?o 1982). Otra gran parte de la asistencia sanitaria se presta en territorio espa?ol por los centros de la Seguridad Social, pero en las estad¨ªsticas correspondientes no aparecen desglosados la atenci¨®n a los marineros y al resto de la poblaci¨®n beneficiaria. Un ejemplo: en 1982 se produjeron 21.251 accidentes laborales, en el colectivo de 114.296 trabajadores censados por el Instituto Social de la Marina.El m¨¦dico-jefe del Instituto Social de la Marina, Juan Bartolom¨¦, que lleva 11 a?os ejerciendo la medicina en la asistencia a la flota civil, "resulta espectacular comprobar el alto riesgo en que los hombres del mar, realizan sus tareas sin exigir que se cumplan las normas y leyes establecidas y que incluso en las negociaciones de sus convenios colectivos van relegando las necesidades de mejorar la calidad de vida a bordo, a cambio de incrementar los d¨ªas de vacaciones o las pesetas en su n¨®mina mensual".
Javier de Guezuraga y Andoni Leicent¨²a, del SLMM, admiten impl¨ªcitamente la realidad de ese planteamiento.
Seg¨²n estos dirigentes sindicales, "en toda la flota espa?ola s¨®lo navegan algunos m¨¦dicos en los buques de pasaje de la compa?¨ªa Trasmediterr¨¢nea; el resto carece de asistencia m¨¦dica directa. Por lo menos, deber¨ªan llevar un ATS a bordo de petroleros u otros buques que realizan largas traves¨ªas.
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