Los habitantes de Los ?ngeles, m¨¢s preocupados por el calor y los embotellamientos
"Did you say boycott?", ?Dice usted boicoteo? Hay varias cosas m¨¢s importantes en Los Angeles en estos momentos: el calor, por ejemplo, con los 34 grados cent¨ªgrados a principios de mayo, el aumento de la violencia sexual sobre las escolares californianas o los embotellamientos en la autopista de San Diego entre las tres y las siete de la tarde.La indiferencia absoluta y una cierta incredulidad -"con los sovi¨¦ticos nunca se sabe lo que puede pasar"- son las caracter¨ªsticas del anuncio sovi¨¦tico de no participaci¨®n en los Juegos de esta ciudad. La amenaza sovi¨¦tica no ha conmovido al ciudadano medio californiano.
Curran, uno de los dos secretarios de Peter Ueberroth, m¨¢ximo dirigente de la organizaci¨®n de los Juegos, considera la renuncia un desastre. Par Harry Usher todo se limita a que "con o sin sovi¨¦ticos el trabajo ser¨¢ el mismo para nosotros. El antiguo hangar de helic¨®pteros, donde est¨¢ instalado la sede central de la organizaci¨®n, no ha conocido una verdadera crisis. Y en las calles de la ciudad, menos.
Para Heuwen, portero de noche en un motel del centro de la ciudad, la renuncia sovi¨¦tica se traduce en "conseguir nosotros m¨¢s medallas". Kenneth Horne, empleado en un museo de Los ?ngeles: "?La renuncia significa que tendremos que pagar el d¨¦ficit de los Juegos? En cualquier caso, habr¨¢ menos embotellamientos".
La ¨²lima edici¨®n de Los Angeles Times, con m¨¢s de un mill¨®n de ejemplares de tirada, titulaba a seis columnas con el boicoteo sovi¨¦tico, pero nadie se precipit¨® sobre los puestos autom¨¢ticos de venta. Por contraste, el tel¨¦fono de Daily News, con 148.00 ejemplares de tirada, no para de sonar. La pregunta es muy simple: "?Habr¨¢ ahora m¨¢s entradas para ver a Carl Lewis?".
Daily News se?ala que la acci¨®n sovi¨¦tica es una t¨¢ctica de presi¨®n y nada m¨¢s. "Los organizadores de los juegos han hecho todo lo que ellos pod¨ªan". Los Angeles Times se pregunta si hay alguna diferencia entre el boicoteo norteamericano de hace cuatro a?os y el de ahora. "El boicoteo norteamericano fue provocado por un acto no declarado de agresi¨®n internacional; el boicoteo sovi¨¦tico parece solamente precipitado por un sentimiento largo tiempo alimentado de venganza, y la esperanza de que la responsabilidad caiga sobre EE UU".
En el barrio latino de Westwood, a dos pasos de la Universidad de UCLA, donde estaba previsto que se albergara la delegaci¨®n sovi¨¦tica, no se ha prestado demasiada atenci¨®n a la noticia difundida por las 84 emisoras locales. Michael Jackson contra Tamara Bykova es en ese barrio un combate muy desigual.
Para la cajera de Miller Outpost, un tienda de camisetas, el negocio es el mismo. "El verano es la locura; vendemos mucho en julio y agosto y los Juegos no cambiar¨¢n en nada nuestro negocio. Y esto no me impedir¨¢ mirar en la televisi¨®n c¨®mo Mary Decker gana dos medallas, sin riesgo de codazos.
El imprevisible saltador de triple salto Willie Bancks, m¨¢ximo favorito para la medalla de oro, competir sin los sovi¨¦ticos es "como ir a vuestra boda sin los testigos; pero tanto peor para ellos. La medalla de oro pesar¨¢ lo mismo". En Los ?ngeles la vida contin¨²a.
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