Trabajo, sanidad y Seguridad Social, la crisis pendiente
Lo que podr¨ªa denominarse "el ¨¢rea social del Gobierno" es uno de los problemas pendientes en la crisis interrumpida. La ley de reforma de la Sanidad habr¨¢ de ser desbloqueada alg¨²n d¨ªa; la Seguridad Social amenaza quiebra -seg¨²n reiteradas declaraciones de altos cargos gubernamentales-, y Trabajo debe seguir gestionando las prestaciones sociales y convirti¨¦ndose en el organizador del pacto social.Actualmente, Trabajo y Seguridad Social corresponden a la cartera de Joaqu¨ªn Almunia, mientras Sanidad est¨¢ unida a Consumo bajo la direcci¨®n de Ernest Lluch. Toda esta ¨¢rea ha sido zarandeada por las cr¨ªticas de la Uni¨®n General de Trabajadores (UGT), cuya intervenci¨®n en medio de los rumores de crisis de gobierno, exigiendo una remodelaci¨®n amplia y r¨¢pida, complic¨® bastante la situaci¨®n.
UGT trata de aprovechar la crisis pol¨ªtica para salir de lo que dirigentes de la central sindical socialista consideran un estado de marginaci¨®n. Dicen que les falta ¨ªnformaci¨®n por parte del Ejecutivo -"ten¨ªamos mucha m¨¢s en tiempos de UCD", asevera uno de ellos-, el Gobierno hace "o¨ªdos sordos" a sus propuestas y disponen de escasos medios de trabajo. Y ello a pesar de la fuerte competencia ejercida por Comisiones Obreras, y del deterioro que supone para las siglas ugetistas verse unidas a una pol¨ªtica econ¨®mica impopular.
Sin embargo, miembros del actual Gabinete y de la direcci¨®n del partido afirman que "el problema de UGT carece de soluci¨®n", y que tanto si un miembro del sindicato accede finalmente al Gobierno, como si no, el papel de la central no puede ser otro que quemarse en aras de la pol¨ªtica gubernamental, ya que la l¨ªnea de contenci¨®n del d¨¦ficit no va a sufrir variaciones. Seg¨²n estas versiones, Felipe Gonz¨¢lez respalda plenamente la l¨ªnea de ajuste econ¨®mico emprendida en el primer a?o y medio de Gobierno socialista.
Medidas impopulares
Otros sectores del PSOE piensan tambi¨¦n que esa batalla ayudar¨¢ poco a contrapesar el ¨¢rea econ¨®mica del Gobierno, e incluso es posible que deteriore a¨²n m¨¢s a la propia UGT, comprometi¨¦ndola en nuevas medidas impopulares. En esa hip¨®tesis, la reforma de la Seguridad Social, y sobre todo en lo relacionado con las pensiones, podr¨ªa estallar en las manos de un dirigente sindical convertido en ministro.El mismo Nicol¨¢s Redondo, secretario general de UGT, considera que no se trata de un problema de personas, sino de orientaciones, adem¨¢s de insistir en que las cr¨ªticas de la central sindical se dirigen "contra el conjunto del Gobierno, y no contra un ministro en concreto".
Los ¨®rganos colegiados de UGT no han establecido todav¨ªa cambios en la posici¨®n adoptada en 1982, que exclu¨ªa la participaci¨®n de dirigentes sindicales en el Gobierno, por lo que la intervenci¨®n de UGT en la presunta crisis interrumpida se ha limitado a declaraciones individuales del secretario general. En este contexto, la negociaci¨®n de un pacto social permitir¨ªa a Felipe Gonz¨¢lez aliviar algunas tensiones. Ahora que el reajuste ministerial ha sido aplazado, la posibilidad de que las negociaciones para la concertaci¨®n social se hagan a corto plazo parece m¨¢s firme.
Sin embargo, tambi¨¦n en esta estrategia existe un planteamiento firme por parte de la Uni¨®n General de Trabajadores, cuyos dirigentes hablan de la introducci¨®n de "contrapartidas". Las condiciones del sindicato socialista para aceptar este tipo de pactos se resumen en la exigencia de que participe directamente el Gobierno y de que se incluya la pol¨ªtica de rentas entre los temas de negociaci¨®n, aceptando compensaciones -mayor participaci¨®n sindical en las empresas, dinero para los sindicatos-; as¨ª como casar las soluciones en un marco coherente.
El ambiente que se detecta en los diversos sectores interesados puede resumirse en que el Gobierno se muestra muy interesado en negociar la concertaci¨®n social este mismo mes de julio; Comisiones Obreras prefiere retrasarlo, para evitar la desmovilizaci¨®n obrera del verano y disponer de la palanca de la presi¨®n social; y UGT podr¨ªa desear protagonismo en la negociaci¨®n, no tanto en la movilizaci¨®n como para jugar un papel importante en la mesa de conversaciones, que contribuya a sacarle del estado de marginaci¨®n antes mencionado.
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