Con Bobby llega el esc¨¢ndalo
Bobby Knight es uno de los individuos m¨¢s conocidos y controvertidos de los Estados Unidos. Desde tiempos inmemoriales, entrena a la selecci¨®n nacional y al equipo ol¨ªmpico norteamericano de baloncesto. Pero los ciudadanos de su pa¨ªs no est¨¢n interesados en ¨¦l fundamentalmente por el gran juego y memorables victorias que sus jugadores han proporcionado al pa¨ªs, sino porque Knight les ofrece el espect¨¢culo de su persona, cada vez que sale a la cancha.
Es dif¨ªcil que haya un hombre con unos pulmones capaces de hacer o¨ªr la voz de su due?o a 30.000 espectadores, en medio de la algarab¨ªa y desenfreno que supone un partido de baloncesto norteamericano. Es un individuo nervioso. Antes de empezar un partido, habla por separado con cada jugador, para darles a cada uno sus consignas particulares. Luego, ya con el bal¨®n en juego, habla mucho m¨¢s, pero ya no s¨®lo con sus jugadores: con los contrarios, con los ¨¢rbitros, Con el entrenador del otro equipo, con el p¨²blico... Y no s¨®lo habla, sino que tambi¨¦n insulta."A m¨ª lo que me pasa", dice Bobby Knight, "es que tengo m¨¢s fuelle que los dem¨¢s". Tambi¨¦n tiene muchos m¨¢s pantalones que los dem¨¢s, la mayor¨ªa de ellos de tela escocesa. Por eso lo primero que se ve en un partido en que ¨¦l est¨¢ presente son sus pantalones a cuadros, ornamentados con una amplia gama de vistosos colores. Alguien dijo de ¨¦l que p¨¢rece un sem¨¢foro estropeado: sobre el brillan el rojo, el verde y el naranja al mismo tiempo.
Los incidentes protagonizados por Bobby son incontables, aunque quiz¨¢ el que m¨¢s se recuerde se produjo durante la celebraci¨®n de unos Campeonatos Panamericanos de baloncesto, disputados en San Juan de Puerto Rico. La victoria de la selecci¨®n norteamericana casi pas¨® inadvertida, pues las p¨¢ginas deportivas de los peri¨®dicos abr¨ªan con la pelea a pu?etazo limpio, entre Knight y un oficial de polic¨ªa. No se sabe muy bien por qu¨¦, en un entrenamiento del equipo, Bobby y el defensor del orden iniciaron una encendida discusi¨®n, que acab¨® con ambos un tanto magullados.
Cinco a?os de condena
Knight fue condenado, sin que se le diera la oportunidad de defenderse, por la Asociaci¨®n de Baloncesto Aficionado de los Estados Unidos, y tuvo que dejar su puesto de entrenador de la selecci¨®n nacional y del equipo ol¨ªmpico durante cinco a?os. Adem¨¢s, estuvo a punto de prohib¨ªrsele entrenar a cualquier otro equipo del pa¨ªs. La avalancha de protestas que recibi¨® la Asociaci¨®n hizo que Knight fuera rehabilitado antes de tiempo, y recuperar¨¢ su cargo como preparador de las selecciones. Por si fuera poco, lleva ya varios a?os entrenando a la Universidad de Indiana.
Fuese el tiempo que fuese el que estuvo sancionado, Knight no ha perdido su car¨¢cter agresivo. Desde hace m¨¢s de dos meses, la selecci¨®n ol¨ªmpica norteamericana ultima su preparaci¨®n para los Juegos, donde, ante la ausencia de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, es la m¨¢xima favorita para conseguir el oro. No cabe casi ningu?a duda de que as¨ª ser¨¢, a la vista de sus reiteradas victorias sobre un combinado de la Liga Profesional Americana (NBA), con el que ha jugado siete veces en menos de un mes.
Bobby Knight ha conseguido que estos partidos sean disputados con las reglas de la Federaci¨®n Internacional de Baloncesto (FIBA), mucho menos permisivas con los jugadores que las vigentes en los encuentros de los profesionales norteamericanos, cuyas acciones llegan a veces a la violencia. "No puedo, permitir", afirma Knight, "que unos salvajes noqueen a mis jugadores, ni aunque estos salvajes gocen de contratos supermillonarios y sean grandes estrellas". Y es que los ol¨ªmpicos de los Estados Unidos quieren acostumbrarse al juego menos vigoroso que impera en el mundo, para que no les fusilen a personales en los Juegos. "En estos partidos, ellos, que no aceptan jugar con estas reglas, juegan con ventaja, por que nosotros no les agredimos".
Insultos para todos
Por eso, Bobby salta, chilla, protesta, llama asesinos a los profesionales, cuando ¨¦stos hacen uso de sus codos, e insulta a los ¨¢rbitros, insultos que son escuchados y festejados ruidosamente por el p¨²blico. As¨ª, las personales que no cometen sus jugadores en la cancha las hace ¨¦l en el banquillo, en forma de t¨¦cnicas. Ya lleva perdida la cuenta de las que le han ca¨ªdo.
La ¨²ltima se la llev¨® el 13 de julio, mientras se jugaba el s¨¦ptimo partido entre la selecci¨®n ol¨ªmpica y los jugadores de la NBA, en Milwaukee. Los ol¨ªmpicos perd¨ªan por cuatro puntos. Vern Fleming, un jugador de Nueva York que estar¨¢ en Los ?ngeles, fue empujado hacia adelante. Knight no se lo pens¨® dos veces: se meti¨® en la pista, agarr¨® el bal¨®n y se lo llev¨® con ¨¦l al banquillo, mientras acusaba a los ¨¢rbitros de "no saber soplar el silbato".
Justo antes de este partido, Bobby Knight conversaba con un periodista en el pabell¨®n de Milwaukee:
- ?Es que no puede ver un partido sin montar el n¨²mero?
- No.
- ?Nunca?
- Nunca. Yo creo que todo el mundo tiene que tener derecho a protestar. Y si, adem¨¢s, el p¨²blico.se divierte, pues mejor. A eso va all¨ª, ?no?
D¨ªas m¨¢s tarde del partido, con el equipo ol¨ªmpico otra vez victorioso, aunque con su entrenador cargado de t¨¦cnicas, Bobby se fue a una playa cercana a Los ?ngeles, donde volvi¨® a reiterar que no piensa cambiar. Que no sabe si los ¨¢rbitros intemacionales ser¨¢n igual de lamentables que los norteamericanos, pero que si es as¨ª aprender¨¢ a lidiar con ellos. Y que no cree que sea beneficioso para ¨¦l que los ¨¢rbitros no entiendan ingl¨¦s, porque el ingl¨¦s es un idioma universal. Por eso, en los Juegos habr¨¢ que ver al equipo de baloncesto de los Estados Unidos, pero no podr¨¢ perderse de vista a su entrenador: Bobby Knight.
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