Amparo Claramunt
Directora del centro Leopardi, de Valencia y promotora de la federaci¨®n espa?ola de la Uni¨®n internacional de la Marioneta
A partir de su experiencia en el centro cultural Leopardi, donde aplicaba t¨¦cnicas pedag¨®gicas que inclu¨ªan el uso de las marionetas como ejercicio de desinhibici¨®n, esta profesora de italiano de 30 a?os de edad sinti¨® una fascinaci¨®n por el mundo de los t¨ªteres. Decidi¨® montar su propio grupo, el Teatro Bufo, y ha promovido, junto a titiriteros de otras nacionalidades y regiones, la Uni¨®n Internacional de la Marionteta (Unima), federaci¨®n de Espa?a. Amparo Claramunt formar¨¢ parte de la delegaci¨®n espa?ola que acudir¨¢ al Congreso Internacional de Unima, que se celebrar¨¢ en Dresde del 17 al 25 de agosto.
"En Espa?a los marionetistas trabajan en plan familiar y artesanal y para sobrevivir tienes que entregar tu tiempo y tu dinero. En esta faceta art¨ªstica, que los poderes p¨²blicos consideran todav¨ªa como un g¨¦nero menor para el esparcimiento de los ni?os, nos encontramos a a?os-luz del nivel que han alcanzado en los pa¨ªses del Este y en los m¨¢s avanzados de Occidente. Los espa?oles somos directores, escen¨®grafos y guionistas al mismo tiempo, y la deplorable carencia de medios y condiciones para montar nuestros espect¨¢culos nos condena al teatro ambulante". Amparo Claramunt se queja, asimismo, de la falta de comunicaci¨®n y de intercambio de experiencias entre los grupos de marionetistas espa?oles, que, salvo contadas excepciones, luchan contra viento y marea para poder ejercer su trabajo de una forma digna.En opini¨®n de esta profesora de italiano, que descubri¨® su fascinaci¨®n por la marioneta al estudiar algunas experiencias psiqui¨¢tricas italianas que trataban de desinhibir a los pacientes a trav¨¦s del juego con los t¨ªteres, las deficiencias de este g¨¦nero teatral en Espa?a obedecen tambi¨¦n a la actitud de los adultos, que consideran a las marionetas como "un montaje para ni?os". "Esta equivalencia entre teatro de t¨ªteres y teatro infantil", se?ala Amparo Claramunt, "es falsa, porque nuestro Teatro Bufo realiza montajes dirigidos a ni?os y mayores. Lo que ocurre es que el adulto espa?ol se niega a ser ni?o e incluso en las representaciones teatrales se comporta como un poste y tiene miedo de participar".
El panorama no mejora en el ¨¢mbito escolar, que, en buena l¨®gica, deber¨ªa ser el caldo de cultivo para que naciera la afici¨®n hacia uno de los g¨¦neros teatrales m¨¢s antiguos y tradicionales. Al parecer, los ense?antes no prestan excesiva atenci¨®n al teatro de t¨ªteres y s¨®lo en los ¨²ltimos a?os las escuelas de verano y los movimientos de renovaci¨®n pedag¨®gica se han interesado por las marionetas. "El ni?o de la generaci¨®n actual se ha encontrado ya sentado frente a un televisor sin capacidad de respuesta, ni de elecci¨®n. Nosotros luchamos contra el ni?o teleadicto y tratamos de ofrecerle espect¨¢culos ¨¢giles y trepidantes, porque de lo contrario no soportan un ritmo lento. Estimulamos su participaci¨®n y despertamos la fascinaci¨®n hacia la esencia de la marioneta, que consiste en dar vida a seres inanimados".
Amparo Claramunt destaca el papel que los marionetistas est¨¢n asumiendo en Catalu?a y en el Pa¨ªs Vasco, de cara a las escuelas y a la promoci¨®n de un teatro que casi hab¨ªa perdido sus ra¨ªces en muchas zonas de Espa?a. "Sin embargo", advierte, "no contamos apenas con centros de formaci¨®n para los marionetistas".
Tras haber impulsado su federaci¨®n, cuatro delegados espa?oles asistir¨¢n por primera vez a un congreso internacional de Unima, que tendr¨¢ lugar en Dresde, en la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana, entre el 17 y el 25 de agosto.
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