Isabel Allende afirma que s¨®lo la novela permite entrar en el alma de los personajes
Isabel Allende, cuya primera novela fue un ¨¦xito que sorprendi¨® a la propia editorial, acaba de lanzar su segunda obra, De amor y sombra, publicada en la colecci¨®n Literaria de la editorial Plaza & Jan¨¦s. Aquella primera narraci¨®n estaba situada en un pa¨ªs latinoamericano que podr¨ªa ser cualquiera; ¨¦sta, aunque la autora no lo dice en ning¨²n momento, habla de Chile. Es una reflexi¨®n a modo de reportaje sobre la lucha en el interior de Chile; una novela de combate que finaliza con dos chilenos cruzando la frontera mientras miran hacia su pa¨ªs y exclaman: "Volveremos". Isabel Allende dice que es una novela de denuncia. "S¨®lo la novela", afirma "permite entrar en el alma de los personajes".
Quien haya le¨ªdo La casa de los esp¨ªritus, primera novela de Isabel Allende, se encontrar¨¢ con una obra muy distinta, a mitad de camino entre la historia de amor, la narraci¨®n detectivesca y el reportaje. Ella lo explica porque "cada argumento exige una forma de narrar, un ritmo narrativo distinto". No quiere acabar encasill¨¢ndose en un solo estilo, pero no es s¨®lo eso lo que la ha llevado a describir, minuciosamente, los horrores chilenos. "Todos los hechos son reales. Ocurren en Chile, pero tambi¨¦n han ocurrido en El Salvador, en Argentina, en Uruguay... Yo necesitaba contar lo que ocurre en mi continente".Isabel Allende, desde su exilio venezolano, afirma que el momento m¨¢s doloroso de su vida fue cuando vio el ¨²ltimo trozo de tierra chilena. "Ten¨ªa que irme, pero quedaba desgajada de todo lo que hab¨ªa sido mi vida". Parte de la novela que ahora publica explica ¨¦se proceso de desgarramiento irreversible, expresado en una familia de emigrantes espa?oles de la guerra civil, afincados en Chile con la idea de volver a su casa de Teruel, de los que s¨®lo un miembro volver¨¢, y a la fuerza. "Es una historia que se repite, exiliados de Espa?a, exiliados de Chile. Y todo exiliado se va siempre de su pa¨ªs con la idea de volver".
Su novela podr¨ªa ser definida como una obra de combate, en la medida en que est¨¢ destinada a difundir las injusticias que aquejan a su pueblo y a insuflar la esperanza necesaria para abolirlas. Pero ella prefiere considerar que se trata de una novela de "denuncia" y cree que puede contribuir, desde la medida que a la literatura le pueda corresponder, a socavar la dictadura, como hacen otros en el interior del pa¨ªs. No le preocupa que la autoricen o no. "Te¨®ricamente", dice, "deber¨ªa poder venderse en Chile, donde la censura de libros no existe, porque son tan caros que no es necesario. Pero si la proh¨ªben circular¨¢ como la anterior, en fotocopias y en ejemplares de mano en mano".
Pese al final repleto de deseos, Isabel Allende se muestra cauta. "Creo que podremos volver pronto, muy pronto. M¨¢s que optimista o pesimista, soy realista. Es un hecho que la dictadura se resquebraja en Chile, que los militares son considerados enemigos por la poblaci¨®n y que incluso la oligarqu¨ªa a quienes benefician ha dejado de mezclarse con ellos. Ha pasado algo muy curioso. Antes del golpe del 11 de septiembre de 1973, yo s¨®lo hab¨ªa o¨ªdo la palabra tortura relacionada con la Inquisici¨®n. En 24 horas aparecieron miles de torturadores, que sab¨ªan c¨®mo hacerlo y estaban dispuestos a torturar. Tambi¨¦n se descubri¨® que la mitad de la poblaci¨®n era fascista cuando hasta ese momento no hab¨ªa nadie fascista en Chile. Ahora ocurre lo contrario. Nadie se declara pinochetista, m¨¢s que los militares. Toda la poblaci¨®n civil est¨¢ en contra".
Los calcetines del exiliado
La presencia del exiliado espa?ol, que promete no ponerse calcetines hasta que muera Franco y cuando esto ocurre ya no puede porque los pies no lo aceptan, no le sirve como ejemplo contra su esperanza. "En Espa?a hubo una guerra civil seguida de la mundial, un mont¨®n de factores que contribuyeron a perpetuar la dictadura. En Am¨¦rica Latina no es as¨ª. Y los dictadores son menos h¨¢biles. Argentina es un ejemplo. Uruguay est¨¢ ya maduro para la democracia, y tambi¨¦n Brasil y Chile. La ¨²nica sombra es Reagan".Isabel Allende destaca en su novela la resistencia popular y los apoyos de la iglesia cat¨®lica. "Yo no soy cat¨®lica y dej¨¦ de serio porque observaba una abierta contradicci¨®n entre los principios que predicaban y sus pr¨¢cticas diarias. Pero hoy me conmueve observar su actitud. Las nuevas generaciones viven de acuerdo con esos principios. La iglesia chilena est¨¢ siendo un firme basti¨®n contra la dictadura. Saca gentes de las c¨¢rceles, las ayuda a salir del pa¨ªs, lucha contra el hambre y la miseria. Hay un hecho claro, durante la dictadura, s¨®lo dos organizaciones han aumentado el n¨²mero de sus miembros: la iglesia y el partido comunista".
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