Hafez Salama, la punta de lanza
Hafez Salama no es un desconoc¨ªdo para los egipcios desde que, en octubre de 1973, encabez¨® en su ciudad natal de Suez la resistencia civil contra las columnas de carros de combate del Ej¨¦rcito israel¨ª que intentaban conquistarla.El que fuera luchador contra la colonizaci¨®n brit¨¢nica, se convirti¨® en 1973 en un aut¨¦ntico h¨¦roe nacional hasta que ocho a?os m¨¢s tarde sus actividades religiosas extremistas le condujeron a la c¨¢rcel, cuando se abati¨® sobre Egipto la ola de represi¨®n anticonfesional que precedi¨® y se prolong¨® tras el atentado que cost¨® la vida al presidente Anuar el Sadat.
Puesto en libertad sin cargos a los pocos meses, Hafez Salama no fue, sin embargo, autorizado a predicar en las mezquitas de su ciudad de origen, motivo por el cual su Sociedad de Conducta Isl¨¢mica (Hidaya al Islarnia) empez¨® a recaudar fondos para la edificaci¨®n de otro templo musulm¨¢n, el de Al Nur, en El Cairo, que todav¨ªa no ha sido terminado.
"S¨®lo la sharia nos puede librar de este desorden", afirma Salama. "La masiva ayuda exterior no lograr¨¢ salvar a Egipto", agregaba en una clara referencia a las prestaciones de Washington a El Cairo.
Vestido al estilo occidental, con traje, chaqueta y corbata.., pero con la cabeza cubierta por un gorro tarbush, de moda en Egipto a principios de siglo, Salama, septuagenario del que nadie sabe la edad exacta, se muestra convencido de que el respeto "al libro de Dios (Cor¨¢n) y a la tradici¨®n (suna) del profeta Mahoma ( ... ) solucionar¨¢ todos los problemas del pa¨ªs, transformando las almas y alej¨¢ndolas del pecado".
En una de las pocas entrevistas concedidas antes de su nueva encarcelaci¨®n, el predicador de Al Nur argumentaba en la revista Al Mussawer que la entrada en vigor de la ley cor¨¢nica no s¨®lo bastar¨ªa para resolver los problemas econ¨®micos de Egipto, sino que le permitir¨ªa incluso reducir su retraso tecnol¨®gico.
Por este motivo y porque "la ley isl¨¢mica es un conjunto que no debe ser troceado", rechaza la introducci¨®n paulatina propuesta por el Gobierno y exige su inmediata aplicaci¨®n.
M¨¢s expl¨ªcito a la hora de descartar el pluralismo porque "en una naci¨®n musulmana gobernada por el Hafez Cor¨¢n y la suna no son necesarias asociaciones pol¨ªticas", Salama es tambi¨¦n ser evasivo sobre la validez del modelo iran¨ª de rep¨²blica isl¨¢mica.
En torno al ensayista Farag Foga y su libro Antes del hundimiento, subtitulado Un di¨¢logo pac¨ªfico sobre el cumplimiento de la sharia, algunos intelectuales egipcios se han reagrupado para replicar a Salama y a los partidarios de una imposici¨®n a marchas forzadas de la ley de Al¨¢.
Aprovechando el reciente fracaso de la introducci¨®n de la ley isl¨¢mica en el vecino Sud¨¢n, Foga intenta demostrar que ni Egipto ni ning¨²n pa¨ªs ¨¢rabe est¨¢ maduro para aplicar la sharia con ¨¦xito, y prev¨¦ la reproducci¨®n a orillas del Nilo de los mismos errores de Jartum.
"Si hubo algo equivocado en su aplicaci¨®n en Sud¨¢n", respondi¨® Salama en una declaraci¨®n a la publicaci¨®n saud¨ª Al Majalla, "no fue culpa de la sharia como tal, sino de los m¨¦todos err¨®neos empleados por aquellas autoridades para hacerla respetar".
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