Abierta en EE UU la carrera por la presidencia del Banco Mundial
ENVIADO ESPECIALLa sucesi¨®n en la presidencia del Banco Internacional para la Reconstrucci¨®n y el Desarrollo, m¨¢s conocido como Banco Mundial, ha levantado la veda de las especulaciones en los c¨ªrculos financieros norteamericanos y especialmente en la banca privada. Cuando el pasado 8 de octubre A. W. Clausen anunci¨® en Se¨²l su decisi¨®n de no presentar su candidatura para un segundo mandato, dando as¨ª satisfacci¨®n a la Administraci¨®n Reagan, una serie de nombres empezaron a barajarse en los c¨ªrculos bancarios para ocupar el sill¨®n que quedar¨¢ libre el pr¨®ximo 30 de junio de 1986.
El hecho de que el gran candidato al puesto, el actual presidente de la Reserva Federal, Paul Volcker, haya anunciado p¨²blicamente su rechazo a la idea ha ampliado claramente las posibilidades de otros.
Cuatro candidatos
A pesar de que de aqu¨ª a Junio pueden pasar muchas cosas, incluso que Volcker reconsidere su negativa, fuentes bancarias de Wall Street consultadas por este peri¨®dico han coincidido en cuatro nombres: George P. Shultz, James Wolfenson, Preston Martin y Walter Wriston.George P. Shultz, actual secretario norteamericano de Estado, es mencionado con insistencia como posible futuro presidente del Banco Mundial, para lo que habr¨ªa de abandonar su actual puesto. Cierto cansancio, no disimulado, y algunas disparidades de criterio con altos funcionarios de la Casa Blanca, incluido el propio presidente, facilitar¨ªan el cambio.
James Wolfenson ha sido un importante socio de la conocida firma de intermediaci¨®n financiera neoyorquina Solomon Brothers, que abandon¨® cuando fue adquirida por Phillips Brothers (Phibro). Wolfenson, de acuerdo con las fuentes consultadas, es persona ampliamente estimada en la Casa Blanca como experto conocedor de la t¨¦cnica de los mercados de capitales. Apoyado en su prestigio profesional, dirige ahora un banco de inversiones.
Otro candidato es Preston Martin, actual segundo de Volcker en la Reserva Federal, y cuyo cargo en la vicepresidencia termina el pr¨®ximo mes de marzo. Martin es un candidato casi ideal para los suply-siders del Partido Republicano, pero sus miras personales pueden estar puestas en sustituir no a Clausen sino al propio Wolcker.
Finalmente, un candidato adecuado para asegurar el entendimiento entre el Banco Mundial y la banca privada en el crucial tema de la deuda externa es Walter Wriston, ex presidente del Citicorp, y uno de los santones de la historia de la banca norteamericana. Wriston est¨¢ ahora retirado, pero su tiempo est¨¢ cubierto en el asesoramiento al propio banco, consejos de administraci¨®n y organizaciones p¨²blicas.
Tres nombres m¨¢s
Por su parte, el diario The New York Times, adem¨¢s de coincidir en los nombres de Preston Martin y Walter Wriston, a?ad¨ªa hace unos d¨ªas tres nombres m¨¢s. Se trata de John Whitehead, actual vicesecretario de Estado y reciente enviado especial del presidente Reagan a Italia, Egipto y T¨²nez; William Middendorf, representante norteamericano en la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), y William E. Simon, ex secretario del Tesoro.De lo que no cabe duda es que la Administraci¨®n Reagan va a jugar sus bazas -decisivas, al ser con mucho el primer contribuyente del banco- para poner en la presidencia a un hombre que cumpla al pie de la letra los planes que Washington tiene para la instituci¨®n y el papel que debe jugar. La Casa Blanca, entre otras cosas, quiere que el banco deje de apoyar con sus fondos a empresas p¨²blicas de pa¨ªses en desarrollo, a menudo en manos de Gobiernos poco propicios a los principios pol¨ªticos y econ¨®micos de Washington, y pase a .financiar al sector privado. Pasar a prestar a empresas privadas del Tercer Mundo, sin exigir las tradicionales garant¨ªas gubernamentales, ser¨¢ un cambio fundamental en la estrategia del Banco. Aunque en las ¨²ltimas semanas se ha producido un cierto deshielo en las habituales tensas relaciones entre la Administraci¨®n Reagan y Clausen, la Casa Blanca ve con alivio la marcha de ¨¦ste, a quien acusa de ser el principal responsable del lento y pobre papel jugado por tan importante instituci¨®n en el tema de la deuda. Se menciona as¨ª con disgusto que el banco no utilizara el pasado a?o la totalidad de los fondos de que dispon¨ªa para nuevos pr¨¦stamos, pese a la urgencia de las necesidades. Clausen no fue informado de la propuesta realizada por James Baker en Se¨²l. Sencillamente, se le mantuvo al margen, de forma que tuvo que enterarse por los peri¨®dicos.
?Podr¨ªa Volcker reconsiderar su negativa y ocupar la presidencia del Banco Mundial el a?o pr¨®ximo?, dif¨ªcil. Volcker est¨¢ ahora mismo en la cumbre del ¨¦xito, con su estrella brillando a tope en Estados Unidos. Como presidente del banco central norteamericano tiene para muchos m¨¢s poder que el propio presidente Reagan: controla la oferta monetaria y por lo tanto la inflaci¨®n, y puede hacer subir o bajar los tipos de inter¨¦s. Es, adem¨¢s, un profesional poco maleable, duro y estricto. La Administraci¨®n Reagan, pensando que 1987 ser¨¢ a?o preelectoral, podr¨ªa ver con agrado a otra persona al frente de la Reserva Federal que fuera m¨¢s proclive a una pol¨ªtica econ¨®mica expansiva.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.