Los 'cinco' contra el d¨®lar
Uno de los objetivos prioritarios de la llamada reuni¨®n del grupo de los cinco era hacer p¨²blico su convencimiento de que el d¨®lar estaba sobrevalorado y manifestar su voluntad de reducir su valor a trav¨¦s de un esfuerzo conjunto que inclu¨ªa la intervenci¨®n en los mercados de divisas.Ese objetivo prioritario buscaba alcanzar otros objetivos. En primer lugar, permit¨ªa a la Administraci¨®n Reagan abandonar su tradicional pol¨ªtica de no intervenci¨®n en los mercados de cambios y adoptar una estrategia activa para influir en el valor de su divisa. Por otra parte, se contribu¨ªa a distraer la atenci¨®n de la opini¨®n p¨²blica norteamericana del cada vez m¨¢s insistente clamor pidiendo medidas proteccionistas.
Adem¨¢s, los pa¨ªses del grupo se compromet¨ªan a intentar coordinar la pol¨ªtica fiscal y monetaria con objeto de regular los flujos de capital que son b¨¢sicos para la cotizaci¨®n de las monedas. Ello supone que Europa y Jap¨®n deber¨¢n adoptar pol¨ªticas fiscales que estimulen la actividad econ¨®mica, mientras que Estados Unidos deber¨¢ centrarse en el d¨¦ficit federal.
Desde el 20 de septiembre (¨²ltimo d¨ªa h¨¢bil antes de la reuni¨®n) hasta nuestros d¨ªas, el d¨®lar ha descendido aproximadamente un 7,6%, y el sentimiento de los mercados hacia la divisa norteamericana es uno de los m¨¢s negativos de los ¨²ltimos tiempos.
Sin embargo, tras los meses transcurridos desde la reuni¨®n de los cinco, cabe hacer algunas consideraciones:
- La pol¨ªtica fiscal y monetaria de los pa¨ªses de la reuni¨®n no ha sido cambiada fundamentalmente, y no parece que vaya a cambiarse en el futuro pr¨®ximo.
- La intervenci¨®n norteamericana en los mercados de divisas ha sido extremadamente limitada, demostrando el poco entusiasmo de Estados Unidos por el esp¨ªritu de dicha reuni¨®n.
- La pol¨ªtica monetaria de la Reserva Federal norteamericana ha sido endurecida moderadamente, lo cual no conduce precisamente a reducir el valor del d¨®lar.
- Han sido necesarias constantes intervenciones de los bancos centrales para impedir que el d¨®lar comience a fortalecerse nuevamente. A la vista de estas circunstancias puede sospecharse que el objeto de los cinco grandes es, sobre todo, despojar a los mercados de divisas de su car¨¢cter especulativo, pero no acabar con las fuerzas existentes tras el d¨®lar. En segundo lugar, la necesidad de constantes intervenciones de los bancos centrales sugiere que los fundamentos del d¨®lar no han variado desde antes de la reuni¨®n de los cinco.
Parece, pues, razonable esperar una cierta recuperaci¨®n de esta divisa durante los primeros meses de 1986. En efecto, no est¨¢ nada claro que las monedas europeas y el yen vayan a mantener las ganancias conseguidas desde el 20 de septiembre. En particular, teniendo en cuenta que la Reserva Federal ha endurecido su pol¨ªtica monetaria desde la reuni¨®n de los cinco grandes.
Condiciones m¨¢s duras
Por otro lado, Jap¨®n y la RFA, en parte como respuesta a la pol¨ªtica monetaria de la Reserva Federal, pero sobre todo para defender sus respectivas monedas, han endurecido sus condiciones de cr¨¦dito elevando los intereses a corto. Sin embargo, no es probable que se contin¨²e en esta direcci¨®n, ya que estas medidas son contradictorias con otros objetivos.
Un entorno en el que tanto los tipos de inter¨¦s reales como los diferenciales de crecimiento del PNB favorecen al d¨®lar nos reconfirma en la idea de un fortalecimiento de esa divisa.
Con los mercados despojados de gran parte de entusiasmo especulativo, es posible que el d¨®lar no llegue a los niveles a los que de otro modo habr¨ªa llegado, pero un objetivo en tomo a 2,80 marcos / d¨®lar y 215-220 yens / d¨®lar parece razonable en los pr¨®ximos meses.
Contra ello, y a favor del d¨®lar, jugar¨¢ otra serie de factores:
- Los intereses reales en el ¨¢rea del d¨®lar continuar¨¢n relativamente altos con objeto de financiar un d¨¦ficit federal que en el tercer trimestre de este a?o estaba en torno a 199.600 millones de d¨®lares anualizados. Ello convierte a Estados Unidos en altamente dependiente del capital extranjero.
- Jap¨®n, que estructuralmente es un pa¨ªs exportador de capitales, envi¨® el pasado a?o alrededor de 33.000 millones de d¨®lares a los mercados financieros norteamericanos. En estos momentos no existe ning¨²n otro mercado que de una manera realista pueda absorber semejantes flujos de capital; es, por tanto, esperable que los japoneses contin¨²en exportando capital al ¨¢rea del d¨®lar.
- Es probable que el crecimiento econ¨®mico en Estados Unidos contin¨²e a un ritmo razonable. Quiz¨¢ no tan acelerado como esperan los m¨¢s optimistas, pero ciertamente tampoco al ritmo de casi recesi¨®n que apuntan los m¨¢s pesimistas. Estimamos que el PNB norteamericano avance a un ritmo aproximado del 2,9% frente al 2,4% de 1985.
- Las noticias econ¨®micas del resto de los pa¨ªses industrializados no est¨¢n satisfaciendo en absoluto las expectativas de la comunidad inversora. Especialmente preocupantes son las noticias provenientes de Jap¨®n y la RFA. Jap¨®n sufri¨® un descenso en su producci¨®n industrial del 0,7% en agosto y el 1,2% en septiembre, mientras que en la RFA ¨¦sta descend¨ªa un 3,2% en agosto y un 0,2% en septiembre.
En resumen, los factores que afectan negativamente al d¨®lar, tales como los enormes d¨¦ficit federal y comercial, as¨ª como la posibilidad de una pol¨ªtica monetaria m¨¢s suave por parte de la Reserva Federal, se ver¨¢n compensados en gran medida por los relativamente altos tipos de inter¨¦s, el soporte de los inversores japoneses, un crecimiento econ¨®mico en Norteam¨¦rica probablemente mayor de lo esperado y un crecimiento en Europa y Jap¨®n que no parece que estar¨¢ a la altura de las expectativas.
Todo ello sugiere que el d¨®lar descender¨¢ durante 1986, sin que esta baja sea traum¨¢tica, y probablemente para finales de 1986 no habr¨¢ roto descaradamente el nivel de 2,45 marcos / d¨®lar y 200 yens / d¨®lar.
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