Las creencias del incr¨¦dulo
Despu¨¦s de ridiculizar a los progres del inmediato posfranquismo y su peque?a revoluci¨®n sentimental en Tigres de papel, de re¨ªrse de la moda de la novela policiaca en La mano negra y de la mitificaci¨®n de Nueva York como metr¨®poli del siglo XX en La l¨ªnea del cielo, Fernando Colomo la emprende ahora con la reciente pasi¨®n por los cuentos de hadas en El caballero del drag¨®n, la m¨¢s cara y ambiciosa producci¨®n espa?ola jam¨¢s rodada, con un presupuesto que supera los 300 millones de pesetas, abundante en efectos especiales.La f¨®rmula es la misma, el contraste entre la realidad y lo imaginado, entre la cotidianidad y la idealizaci¨®n, contraste del que nace un humor muy especial, pr¨®ximo al del minucioso Rohmer, cronista de la modernidad francesa. Pero en El caballero del drag¨®n la iron¨ªa de Colomo, aunque contin¨²e jugando con el contraste, lo hace ahora con la ayuda y complicaci¨®n del enfrentamiento entre ¨¦pocas. El mundo medieval, con sus t¨®picos caballerescos y la sumisi¨®n de los campesinos, coexiste con las naves espaciales y una visi¨®n desacralizadora del santoral, concretamente, de la leyenda de san Jorge, convertido aqu¨ª en un astronauta llegado de otro planeta que investiga la naturaleza de la Tierra al tiempo que se enamora de la princesa, estupendamente encarnada por Mar¨ªa Lamor.
El caballero del drag¨®n
Director: Fernando Colorno. Int¨¦rpretes: Mar¨ªa Lamor, Jos¨¦ Viv¨®, Klaus Kinski, Harvey Keitel, Fernando Rey, Miguel Bos¨¦, Julieta Serrano y Jos¨¦ Mar¨ªa Pou. Gui¨®n: Andreu Mart¨ªn, M. A. Nieto y Colomo. Fotograf¨ªa: Jos¨¦ Luis Alcaine. Efectos especiales: Reyes Abades. Dise?o: Enric Ventura. M¨²sica: Jos¨¦ Nieto. Espa?ola, 1985. Cine Avenida. Madrid.
Cine y magia
Hasta ahora, el escepticismo de Colomo encontraba un punto de anclaje en la realidad, lo que no sucede en El caballero del drag¨®n, pues al explicar dos versiones posibles de un mismo hecho, no se siente especialmente cr¨¦dulo ante ninguna de las dos. Es m¨¢s, se dir¨ªa que su ¨²nica convicci¨®n radica en la magia del cine, en la capacidad de las im¨¢genes para fabricar mundos, cosa que logra de manera satisfactoria cuando la acci¨®n transcurre entre decorados m¨¢s o menos futuristas, pero que se le escapa de las manos, para deslizarse hacia la parodia, cuando los protagonistas son caballeros o monjes medievales, demasiado abstractas las motivaciones de los personajes -el cura interpretado por Fernando Rey lucha por un poder nebuloso, de la misma manera que Harvey Keitel prosigue su rango de caballero como si fuera una caricatura de comic- para dotarlos de credibilidad.El caballero del drag¨®n era un reto para la industria espa?ola y el resultado es una victoria a los puntos. Para lograr el KO sobra timidez y falta convicci¨®n. La timidez hace que Colomo no juegue a fondo las bazas del presupuesto, que prefiera el plano corto a embarcarse en suntuosas gr¨²as que muestren a toda la figuraci¨®n que, excepcionalmente, se ha podido reunir; la falta de convicci¨®n va en detrimento de la acci¨®n y en favor de los peque?os gags, en contra de Kinski y en favor de Keitel. Y, a pesar de todo, est¨¢ mucho mejor Kinski que el actor americano o que Fernando Rey, que luchan, desde un principio, con personajes en los que nadie cree.
T¨¦cnicamente, ya lo hemos dicho, el filme es excelente. Es posible que exigencias de programaci¨®n hayan precipitado el montaje y hayan quedado en la moviola las desventuras de un gato inmortal que roba absurdamente una secuencia, y que hayan corrido una suerte parecida otros animales que despu¨¦s descubrimos como pobladores de la nave espacial. Son, en cualquier caso, peque?os defectos que hay que englobar en la ya mencionada timidez, pues El caballero del drag¨®n dura una hora y 30 minutos, est¨¢ndar de tiempo que hoy casi nadie respeta, pero que puede ser obsesivo en un proyecto de esta envergadura. En definitiva, lo m¨¢s extra?o, m¨¢s simp¨¢tico, pero tambi¨¦n menos satisfactorio, de El caballero del drag¨®n es que esos 300 millones largos de pesetas se hayan invertido en una entretenida serie B cuando daban, visto el aspecto del filme, para un trabajo m¨¢s ambicioso que est¨¢ al alcance del director, t¨¦cnicos y artistas que intervienen en ¨¦l.
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