Miles de estudiantes egipcios protestan por la muerte del sargento que mat¨® a 7 israel¨ªes
IGNACIO CEMBRERO.Miles de estudiantes se echaron a la calle ayer en El Cairo y en otras dos localidades egipcias para protestar por la muerte, el martes, del sargento de polic¨ªa Suleiman Jater en una c¨¢rcel militar cairota. Jater fue condenado el pasado diciembre por un tribunal castrense a cadena perpetua y a trabajos forzados por el asesinato, a principios de octubre, de siete turistas israel¨ªes que visitaban la pen¨ªnsula del Sina¨ª. Al grito de "Dios es grande y Jater es su amigo" y reclamando a veces la instauraci¨®n de una "rep¨²blica isl¨¢mica", m¨¢s de 1.000 j¨®venes se concentraron en la universidad isl¨¢mica de Al Azbar, adyacente al zoco cairota de Jan el Jalili.
Todo el barrio hab¨ªa sido tomado por las brigadas antidisturbios, equipadas con escudos de pl¨¢stico y lanzagranadas lacrim¨®genas. las medidas polic¨ªales provocaron enormes atascos en el tr¨¢fico.Las fuerzas de orden p¨²blico cercaron tambi¨¦n el campus de la universidad de Zigazig, ciudad situada a un centenar de kil¨®metros al noreste de El Cairo, donde tambi¨¦n se hab¨ªan reagrupado unos 800 alumnos para honrar la memoria de su compa?ero fallecido y prometer a voces que "Hosni Mubarak pagar¨¢" las consecuencias. Jater estaba matriculado en tercer a?o de derecho en dicha universidad.
En ambos lugares se produjeron incidentes con la Prensa internacional. Varios periodistas fueron expulsados de los recintos universitarios al grito de "Americanos y jud¨ªos, fuera". Algunos estudiantes endurecieron sus lemas al ver a los corresponsales y corearon que dar¨ªan muerte a Mubarak "como matamos al otro", una clara alusi¨®n al asesinato en 1983 del rais Anuat el Sadat.
En el pueblo de Akyad, a 40 kil¨®metros al este de Zigazig, fue, en cambio, la polic¨ªa la que impidi¨® a la Prensa acercarse para entrevistar a la familia Jater. Algunos habitantes se?alaron que la peque?a comisar¨ªa local hab¨ªa sido incendidada por manifestantes, lo que desminti¨® vehementemente Faruk Seada, jefe adjunto de la seguridad en esa cercana capital de provincia.
En Akyad, el pueblo natal de Jater, tuvo lugar justamente ayer por la tarde el entierro del prisionero despu¨¦s de que su cad¨¢ver hubiese sido sometido a una autopsia y entregado a sus familiares que, seg¨²n las autoridades, pudieron "comprobar que no hab¨ªa rastro alguno de herida de bala y la muerte se produjo a consecuencia de la asfixia provocada por el ahorcamiento", como dictamin¨® el m¨¦dico forense del ej¨¦rcito.
Al margen de las protestas estudiantiles, uno de los abogados del reo, Abdel Halim Ramadan, puso tambi¨¦n en tela de juicio la versi¨®n oficial del suicidio del presidiario. Ramadan record¨® que nada menos que 11 carceleros vigilaban permanentemente a su cliente, por lo que le parece improbable que se pudiese ahorcar sin que nadie le viera llevar a cabo sus funestos preparativos.
Sufr¨ªa perturbaciones
Otro de sus defensores, Emad el Sobky, sin embargo, hab¨ªa reconocido impl¨ªcitamente que Jater pod¨ªa tener tendencias suicidas. Sobky afirm¨® el martes que hace varios d¨ªas hab¨ªa entregado a las autoridades castrenses un certificado m¨¦dico en el que se se?alaba que sufr¨ªa perturbaciones mentales, motivo por el cual necesitaba urgentemente ser sometido a un trata miento.
Junto con Jaled Mohieddin, l¨ªder de un peque?o partido izquierdista extraparlamentario, algunos pol¨ªticos egipcios consideran que en todo caso es necesario abrir una investigaci¨®n independiente sobre las circunstancias de su muerte y que m¨¦dicos. civiles practiquen una segunda autopsia.
A pesar de sus perturbaciones ps¨ªquicas, este joven de 24 a?os de edad que efectuaba su servicio militar en la polic¨ªa de fronteras con el grado de sargento, fue encontrado de excelente humor por sus familiares y por Makram Ahmed, director de la revista Al Mussawa, que le visitaron el domingo en su celda de la enfermer¨ªa de la prisi¨®n. Jater hab¨ªa sido ingresado en la enfermer¨ªa para ser curado de una enfermedad parasitaria, 48 horas antes de que apareciese ahorcado. Como s¨ªntoma de su estado de ¨¢nimo, su hermano relat¨® ayer que durante su encuentro del domingo le pidi¨® libros de derecho para seguir estudiando por correspondencia.
En la ¨²nica entrevista que fue autorizado a conceder, publicada ayer por la mencionada revista, Jater asegura que abri¨® fuego movido por "el impulso del momento", despu¨¦s de haber intentado "mantener a distancia" a los israel¨ªes a pesar de lo cual continuaron "escalando la colina" de Ras Bukra, al sur del Sina¨ª, que estaba encargado de vigilar. "Tras la primera detonaci¨®n y las heridas que sufrieron algunos de ellos no eran muy conscientes", reconoce, "de lo que ocurr¨ªa",
Ante los jueces castrenses Jater, ahora presentado por sus ex compa?eros y por la Prensa de varios pa¨ªses ¨¢rabes como "un h¨¦roe nacional" y un "m¨¢rtir del sionismo", neg¨® cualquier vinculaci¨®n con los integristas isl¨¢micos, y a prop¨®sito de Israel debi¨® de expresarse en t¨¦rminos parecidos a los que recog¨ªa ayer Al Mussawa. "Nunca", le confie a su director, "estuve contra la paz, porque hemos recuperado el Sina¨ª y la devoluci¨®n de un solo palmo de terreno es un motivo suficiente de orgullo como para que no pudiese oponerme a ella".
El consejo de guerra le reconoci¨® circunstancias atenuantes porque los turistas, casi todos mujeres y ni?os que no le provocaron en ning¨²n momento, se encontraban en una zona prohibida al turismo. En vez de condenarle a muerte se le impuso, por tanto la cadena perpetua, agravada por los trabajos forzados. [Ir¨¢n ha dado el nombre de Suleim¨¢n Jater a una calle de Teher¨¢n.]
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