La originalidad como rutina
Enemigo m¨ªo
Director: Wolfgang Petersen. Gui¨®n: Edward Khmara. M¨²sica: Maurice Jarre. Fotograf¨ªa: Tony Imi. Norteamericana de la Twenty Century Fox, 1986. Int¨¦rpretes: Dennis Quaid, Lois Gossett, Brion James, Richard Marcus. Estreno en Madrid: cines La Vaguada, Paz, Real Cinema y Richmond.
En un solitario, des¨¦rtico y lejano planeta de una lejana galaxia, una serie de rocambolescas circunstancias de tebeo dejan abandonados a su suerte a un ser humano y a otro de otra especie gal¨¢ctica, un drac, especie de lagarto evolucionado, hermafrodita y, bajo sus escamas de reptil, cordialmente humano.Las dos especies, los hombres y los dracs, est¨¢n en guerra y los dos seres, nuestro cong¨¦nere y su otro, la siguen ejerciendo entre s¨ª por su cuenta. Pero el territorio inh¨®spito en que han sido abandonados a su suerte lesobliga a hacer una tregua de supervivencia, a convivir, y de esta convivencia surge la amistad y hasta, con irisaciones asexuadas, una forma de amor.
Hay que insistir en la condici¨®n meramente apariencial de la originalidad de la pel¨ªcula, pues la falsamente intensa ficci¨®n de Enemigo m¨ªo es s¨®lo una remodelaci¨®n, y no muy afinada, con ¨®pticas de f¨¢bula futurista, de antiguas ficciones probadas, consagradas.
El eco de Robins¨®n Crusoe y sus diversas adaptaciones cinematogr¨¢ficas, adem¨¢s de otros filmes sobre solitarios d¨²os raciales en parajes inh¨®spitos que obligan a los antagonistas a colaborar y as¨ª engendrar una amistad, est¨¢ bajo la pretensi¨®n de originalidad de esta pel¨ªcula, haci¨¦ndola a?icos.
Hay en el cine actual una pat¨¦tica, por impotente, b¨²squeda de lo ins¨®lito, que est¨¢ produciendo una parad¨®jica epidemia: la singularidad convertida en una forma de rutina. Cada filme de gran producci¨®n es planteado como una especie de desaf¨ªo imaginativo, que termina siendo un simple acto parasitario de antiguas fertilidades perdidas. Enemigo m¨ªo es un filme ya visto. No tiene otra novedad que la de sus escenarios gal¨¢cticos y las aparatosas y esperadas sorpresas -es un decir- que busca y rebusca.
Que este filme haya tenido un presupuesto de entre 20 y 30 millones de d¨®lares, es decir que su coste se acerque al de la totalidad de la producci¨®n cinematogr¨¢fica espa?ola en un a?o, parece una perfecta locura, y en cierto modo lo es. La pel¨ªcula divierte, entretiene vagamente, hace pasar el rato con tanta rapidez como luego se olvida, sin emocionar y mucho menos conmocionar. Un espect¨¢culo de formato -que no de forma- brillante, y pare usted de contar.
?Merece la pena tanto esfuerzo para tan corto resultado?.
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