La perplejidad del juez Walton
J. C., El juez Walton, en un estilo directo, plagado de pinceladas de humor, se?ala en su sentencia, de 65 folios, que, "acertadamente, la familia Ruiz-Mateos lleg¨® a temer que, en caso de producirse un cambio de Gobierno en Espa?a, era probable que sus acciones en Rumasa fueran expropiadas, por lo que consideraron la posibilidad. de poner la marca Dry Sack a salvo de esa eventualidad. Por ello", prosigue el juez Walton, "con la ayuda de gran n¨²mero de asesores profesionales, dentro y fuera de Espa?a, concibieron un plan sencillo en su esencia, y que consist¨ªa en que Williams traspasara Dry Sack a otra compa?¨ªa, cuyas acciones estar¨ªan a disposici¨®n directa de la familia Ruiz-Mateos. La operaci¨®n se cerraba mediante la cesi¨®n por licencia del uso de la marca hecha por la nueva compa?¨ªa a Williams, licencia que quedar¨ªa interrumpida en el momento de una eventual expropiaci¨®n". Williams asum¨ªa, sin embargo, todos los costes de la operaci¨®n del traspaso de marcas, as¨ª como los de renovar y mantener la vigencia de los registros".
El juez se admira del comportamiento de la firma de abogados, agentes de patentes y contables que aconsejaron la operaci¨®n, al aceptar "que un presunto cliente fuera despojado de todos sus bienes valiosos sin ninguna compensaci¨®n". Para el juez "est¨¢ claro que los implicados hicieron todos los esfuerzos necesarios para mantener el master agreement y su plan de ejecuci¨®n en secreto, secreto incluso relacionado con la elecci¨®n del nombre para la sociedad de Jersey, puesto que se trataba de alentar la creencia, si alguien se enteraba, de que era una sencilla operaci¨®n interna dentro del grupo de empresas Williams & Humbert, sin verdadero cambio de propiedad usufructuaria".
El juez Walton critica "la continua ocultaci¨®n" por parte de Rumasa de la operaci¨®n de traspaso de la marca a la compa?¨ªa de Jersey, "despojando a Williams de su primer y casi ¨²nico activo". La p¨¦rdida de la marca, en opini¨®n del juez, hubiera supuesto para Williams la pr¨¢ctica "liquidaci¨®n por insolvencia", con la p¨¦rdida de los casi 300 puestos de trabajo. Habla de la "extensa manipulaci¨®n de las cuentas" de Williams en la ¨¦poca de Ruiz-Mateos. El juez Walton muestra su perplejidad por la existencia "de cuatro contabilidades" en la empresa.
Fraude a Williams
Para Walton, el llamado master agreement fue "un fraude a Williams para provecho de la familia Ruiz-Mateos", cometido mediante "flagrante, violaci¨®n de las obligaciones de los responsables de la sociedad". Algunas de las expresiones contenidas en la sentencia hablan de "acuerdo totalmente desventajoso y sin ning¨²n beneficio para Williams"; una "farsa total"; "puramente un regalo".
El juez Walton determina que las reuniones de administradores que supuestamente tuvieron lugar el 24 y 25 de febrero de 1976 para llevar a efecto el cambio de marcas no tuvieron lugar, como testificaron los se?ores Pieter van Panhuys, Riddell Williams y Richard Blum, consejeros del grupo, quienes no recibieron notificaci¨®n de tales reuniones, por lo que "las actas de tales reuniones constituyen una completa invenci¨®n", de forma que "llego a la conclusi¨®n de que el llamado master agreement no fue nunca debidamente autorizado por el ¨²nico ¨®rgano de Williams que tendr¨¢ poderes para ello: la junta general". El juez llega a la conclusi¨®n de que en la operaci¨®n "hubo encubrimiento; que fue deliberado, y que en realidad logr¨® su objetivo".
"Los demandantes", se?ala el juez Walton, "tienen, por tanto, derecho a recibir reparaci¨®n de Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz-Mateos"; "todo el plan fue iniciado por ¨¦l y llevado a cabo bajo su direcci¨®n".
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