Los 'camellos' tienen miedo
Cuatro cad¨¢veres sellan un pacto de silencio entre los traficantes de drogas de Vizcaya
Los camellos de la margen izquierda de Vizcaya, los traficantes que distribuyen hero¨ªna en peque?a escala, se han vuelto mudos. Ni los confidentes habituales se atreven a despegar los labios estos d¨ªas. Cuatro cad¨¢veres descubiertos en un mes sobre un radio de 20 kil¨®metros han liberado el miedo. La matanza puede no haber terminado. La Guardia Civil intenta juntar las piezas del complejo rompecabezas y aguarda. "A alg¨²n distribuidor de papelinas se le pasar¨¢ el susto o le entrar¨¢ tanto p¨¢nico que no tendr¨¢ m¨¢s remedio que hablar y dar claves sobre lo que est¨¢ pasando".
Primero fue Daniel Sim¨®n Echevarr¨ªa, un carnicero de Valle de Trapaga, de 37 a?os, arruinado y separado de su mujer. Lo encontraron el 14 de abril unos vecinos de Ci¨¦rvana junte, a la carretera que une los barrios de La Arena y San Fuentes, amordazado y sin documentaci¨®n. Le hab¨ªan asestado una pu?alada certera que le parti¨® el coraz¨®n y arrojaron el cad¨¢ver desde la carretera. Sus vecinos le relacionaron de inmediato con el tr¨¢fico de drogas.Cuatro d¨ªas despu¨¦s, la Guardia Civil tuvo conocimiento de otro macabro hallazgo a cuatro kil¨®metros del anterior, en La Arboleda. En un t¨²nel conocido por La Orconera, por el que dej¨® de circular hace muchos a?os un ferrocarril minero, hab¨ªa un cad¨¢ver. Estaba cosido a pu?aladas. y tampoco ten¨ªa documentaci¨®n. Un matrimonio de jubilados de Valle de Trapaga supo, gracias a las fotos de los peri¨®dicos, que era su hijo, Jos¨¦ Luis P¨¦rez Cao, de 25 a?os. Hab¨ªa dejado de pincharse, pero esnifaba coca¨ªna y segu¨ªa relacionado con los yonquis.
El mi¨¦rcoles 14 de mayo, los hermanos Isaac y Alfonso Alonso no regresaron por la noche a su domicilio, en una barriada obrera de Portugalete. Su madre, una pensionista viuda, no concedi¨® mayor importancia a esta ausencia. Pens¨¦ que habr¨ªan viajado para hacer alg¨²n negocio o que los habr¨ªan. detenido, como pas¨¦ otras veces. Ya volver¨ªan.
Zapatilla manchada
El jueves por la tarde, un pastor que hab¨ªa subido a un alto del municipio de Galdames para atender unas cabras encontr¨® sobre el suelo una zapatilla manchada de sangre. Pens¨® que alg¨²n excursionista hab¨ªa sufrido un accidente y lo comunic¨® a la Guardia Civil. Antes de que cayera la noche se efectu¨® un rastreo, sin resultado. Al d¨ªa siguiente, miembros de la Guardia Civil y bomberos de los pueblos cercanos volvieron al lugar. En el fondo de una sima de m¨¢s de 80 metros de profundidad encontraron los dos cad¨¢veres. Eran aut¨¦nticos gui?apos.Hab¨ªan sido arrojados desde la boca de la sima, en el alto de Sauko, con la intenci¨®n de ocultarlos. Al punto donde se encontraban s¨®lo puede accederse por un t¨²nel minero de m¨¢s de 300 metros, abandonado hace 30 a?os. Cerca hay una ermita dedicada a Santa Mar¨ªa Magdalena, a la que acuden vecinos de la cuenca minera en romer¨ªa el 22 de julio. Lo normal hubiera sido que hasta esa fecha nadie hubiera reparado en los restos sanguinolentos.
La maceraci¨®n de los cuerpos, semidesnudos y sin documentaci¨®n, imped¨ªa determinar las circunstancias de su muerte. Fue necesario esperar a la autopsia para conocer que a Isaac Alonso, de 28 a?os, con antecedentes por delitos contra la propiedad, le hab¨ªan disparado un tiro en la pelvis, que se estrell¨® contra la columna vertebral, y otro en el coraz¨®n. Le liquidaron pronto, como al carnicero Echevarr¨ªa.
Su hermano Alfonso, de 21 a?os, con antecedentes por robo y tr¨¢fico de drogas, tuvo peor suerte. Le asestaron tres pu?aladas mortales, pero antes le hab¨ªan trabajado el cuerpo, tatuado con una jeringuilla y un porro, con pinchazos y cortes superficiales. Igual que le hab¨ªa sucedido a P¨¦rez Cao. El forense estableci¨® que la muerte se hab¨ªa producido entre tres y seis horas antes de que fueran lanzados al fondo de la grieta.
A la boca de la sima de Sauko se llega por pistas forestales en muy mal estado, por las que hay que circular durante una hora con un veh¨ªculo todo terreno. Desde la entrada del antiguo campo minero, los ejecutores tuvieron que transportar los cad¨¢veres a pie varias decenas de metros.
Existen rastros de sangre sobre la hierba y sobre las piedras bas¨¢lticas. Luego fueron lanzados al vac¨ªo. El ¨²nico vecino de aquel paraje, un pastor que cuida una veintena de caballos y vacas y duerme en una casa sin luz el¨¦ctrica ni agua corriente, hab¨ªa bajado esa noche desde su monta?a solitaria a la civilizaci¨®n.
Los vecinos de la cuenca minera observan la sucesi¨®n de cr¨ªmenes con curiosidad y sorpresa, pero sin dar muestras de preocupaci¨®n, porque no va con ellos. "Es mayor el miedo a los atracos de tiendas o farmacias, porque puede afectar a cualquiera", afirma un sacerdote de la zona; "pero esto es diferente. La gente cree que se trata de una guerra interna en los medios de la droga".
En busca del hilo
La Guardia Civil ha decidido reforzar el equipo de informaci¨®n para recoger hasta el menor indicio que permita probar la relaci¨®n entre las cuatro muertes y encontrar el hilo conductor hasta los responsables de la carnicer¨ªa. "Echevarr¨ªa y P¨¦rez Cao eran vecinos, viv¨ªan los dos en Valle de Trapaga, pero es improbable que se relacionaran. P¨¦rez Cao y Alfonso Alonso, en cambio, pertenec¨ªan al ambiente de los camellos de la calle de Zaballa, en Baracaldo, y no ser¨¢ dif¨ªcil comprobar que se conoc¨ªan y frecuentaban los mismos sitios", explica un cabo del servicio de informaci¨®n que trabaja en el caso.Los investigadores despliegan todo un abanico de hip¨®tesis, sin excluir ninguna, ni siquiera la de que los dos ¨²ltimos asesinatos no tengan relaci¨®n con los anteriores y sean obra de alguien que haya decidido "subirse al carro en marcha" y deshacerse de los cad¨¢veres en la misma zona para inducir a una pista falsa. Pero las investigaciones se centran entre los camellos que distribuyen hero¨ªna o coca¨ªna sobre dos hip¨®tesis concretas: o bien una banda se apoder¨® de un alijo relativamente importante y los propietarios iniciales lo est¨¢n buscando, o ha estallado una guerra entre bandas por el control de las zonas de distribuci¨®n de la droga.
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