Sobre la ley de huelga
El ministro de Trabajo, antiguo dirigente sindical, ha hecho p¨²blico que el Gobierno presentar¨¢ antes de final de a?o un proyecto de ley de regulaci¨®n de la huelga. El anuncio de dicha medida provoca algunas reflexiones por lo ins¨®lito del asunto. Efectivamente, no deja de ser extra?o que un ex sindicalista haga tal proposici¨®n, de igual forma que raro es que un Gobierno como el PSOE la asuma en su conjunto. Y es ins¨®lito porque hasta la fecha era solamente la derecha la que planteaba medidas de este calibre: Nixon (en 1970, que fracasa) y los Gobiernos conservadores de Thatcher y Kohl. Es l¨®gico, pues, interrogarse sobre las fuentes donde bebe Felipe Gonz¨¢lez y el ministro Chaves.Hasta ahora no ha sido razonado pol¨ªticamente el deseo del Gobierno del PSOE. Por eso, de momento, s¨®lo se pueden establecer ciertas hip¨®tesis del porqu¨¦ de tan novedosa proposici¨®n. Una primera aproximaci¨®n al tema vendr¨ªa a ser el cumplimiento de la promesa electoral del partido de regular por ley el derecho de huelga. Dejando al margen que se han incumplido promesas de m¨¢s envergadura, tampoco la propuesta del programa electoral del PSOE argumentaba el porqu¨¦ de la necesidad de la regulaci¨®n del ejercicio de la huelga. Y no despejar¨ªa el interrogante porque los colegas socialistas de Felipe Gonz¨¢lez en Europa no han dado tan audaz paso. Otra pista podr¨ªa ser el cumplimiento de un mandato constitucional. Cierto, la Constituci¨®n espa?ola expresa que el derecho de huelga debe regularse por ley. Pero si nos atenemos a otras Constituciones m¨¢s antiguas (por ejemplo, la italiana y la francesa), que tambi¨¦n afirman lo mismo, se debe recordar que en ambos pa¨ªses ning¨²n Gobierno ha puesto en marcha tal disposici¨®n de lo que se infiere que no son ¨¦sos los reales argumentos del problema. O para hablar con claridad, ah¨ª no est¨¢ la pista.
El pensamiento del PSOE
Habr¨¢ que establecer, por tanto, la gran conjetura e ir al fondo del problema. El quid de la cuesti¨®n est¨¢ en el pensamiento y en la pr¨¢ctica del nuevo PSOE o -para ser m¨¢s exactos- de su n¨²cleo dirigente. El nuevo PSOE se caracteriza por lo que Norberto Bobbio ha llamado con lucidez el reformismo sin reformas, que ser¨ªa algo as¨ª como la traducci¨®n latina de todo un c¨²mulo de cuerpo doctrinal neoliberal y conservador. Pero este reformismo sin reformas est¨¢ aparejado contempor¨¢neamente por continuas actitudes contrarreformistas, que se expresan en el terreno econ¨®mico, en todo un conjunto de leyes laborales y en la nueva concepci¨®n del PSOE en relaci¨®n al Estado social. La gran conjetura habr¨¢ que establecerla en la relaci¨®n existente entre la necesidad del Gobierno de continuar practicando un ajuste duro y un estilo sindical que se opone a ello. En esa direcci¨®n, la ecuaci¨®n se resolver¨ªa limitando el poder contractual de todo el sindicalismo, incluida la Uni¨®n General de Trabajadores, y los instrumentos -viejos y modernos- de las organizaciones sindicales. ?Por qu¨¦ si no la propuesta del ministro de Trabajo?La huelga es un instrumento que tiene unas reglas cuya utilizaci¨®n s¨®lo debe corresponder a los trabajadores y a los sindicatos. Es decir, tambi¨¦n corresponde a grupos de trabajadores, aunque no est¨¦n organizados sindicalmente. Esta juridicidad es una conquista y un derecho consuetudinario del que tambi¨¦n pueden enorgullecerse los socialistas y los socialdem¨®cratas en la proporci¨®n que les pueda corresponder hist¨®ricamente. Por ello, quebrar ese derecho es recortar, se quiera o no se quiera, una parte sustancial de la democracia y de los valores democr¨¢ticos (aunque no est¨¦n escritos) de nuestro pa¨ªs; significar¨ªa cercenar uno de los instrumentos que tienen los trabajadores para defender su condici¨®n de trabajo y de vida y para alcanzar determinadas cotas de democratizaci¨®n de las relaciones industriales. Optar por la v¨ªa contrarreformista llenar¨ªa de gozo a quienes sue?an con menos sindicatos.
Los servicios m¨ªnimos
Pero esta propuesta de ley no puede ser considerada al margen del talante con que el nuevo PSOE ha enfocado desde 1982 el tema de la huelga. Y los hechos concretos nos muestran que en el tema de los llamados servicios m¨ªnimos han tenido una actitud profundamente limitativa que ha merecido repetidos varapalos de los tribunales, incluido el Tribunal Constitucional, que han llamado la atenci¨®n al Gobierno. Habr¨¢ que recordar a los desmemoriados, por ejemplo, que el Comit¨¦ de Libertad Sindical de la OIT (Organizaci¨®n Internacional del Trabajo) ha recomendado al Gobierno espa?ol el cese de la pr¨¢ctica de la imposici¨®n de los servicios m¨ªnimos sin negociaci¨®n con los sindicatos.En esas realidades es donde hay que analizar la propuesta del Gobierno. Y a partir de ah¨ª, del verticismo dirigista del Gobierno, situar todos los razonamientos. Nosotros, sindicalistas, afirmamos que hay una alternativa. Se trata de avanzar en la propuesta de cinco sindicatos catalanes (CC OO, USO, CNT, CSC y STACT) de establecer -s¨®lo los sindicatos- unas normas de c¨®mo ejercer el libre derecho de la huelga. O en otras palabras, de negociar un c¨®digo de autorreglamentaci¨®n. Y decimos que s¨®lo deben ser los sindicatos, en claro desacuerdo con lo expresado por el profesor Dur¨¢n L¨®pez, que afirma ser partidario de la autorreglamentaci¨®n, pero con intervenci¨®n del legislador. No ser¨ªa tal autorreglamentaci¨®n, sino una regulaci¨®n encubierta.
Es preciso que se clarifiquen las posiciones de los sindicatos que hasta ahora no han hablado. El tema central no est¨¢, en mi opini¨®n, a la espera de c¨®mo es la ley o el proyecto de la misma, sino en la ley en s¨ª misma, que como tal y por las razones antedichas debe ser rechazada.
Jos¨¦ Luis L¨®pez Bullaes secretario general de CC OO de Catalu?a.
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