Curro Romero termin¨® en la comisar¨ªa de Las Ventas por negarse a matar un toro
El diestro fue agredido por un espectador que se sent¨ªa estafado
El diestro Curro Romero, que organiz¨® ayer en la plaza de Las Ventas uno de los mayores esc¨¢ndalosde su vida profesional, fue agredido por un espectador a la muerte de su segundo toro. El aficionado, que posteriormente manifest¨® sentirse estafado, recorri¨® toda la plaza con un rollo de papel higi¨¦nico en la mano izquierda y la entrada en la derecha y golpe¨® a Curro, derrib¨¢ndole. Esta persona fue agredida despu¨¦s por los peones de Curro, Juan Bellido Chocolate y Antonio Cobos. El diestro se neg¨® a declarar en la comisar¨ªa.
El diestro Curre Romero fu¨¦ conducido por la polic¨ªa, al t¨¦rmino de la corrida de ayer en Madrid, a la comisar¨ªa de Ventas, donde se neg¨® a declarar, por consejo de su abogado. La polic¨ªa se limit¨® a tomarle declaraci¨®n para hacer un informe de lo ocurrido que pas¨® al juez de guardia, quedando el torero en libertad.El torero de Camas sali¨® protegido bajo los escudos de las fuerzas policiales, al abandonar el ruedo ante la lluvia de almohafillas y otros objetos que le lanzaban los airados espectadores. La idea del torero era pasarse con rapidez por la comisar¨ªa, tras el acta que levant¨® el presidente de la corrida, Jos¨¦ Luis del R¨ªo Corbelle, por negarse el diestro a matar su primer toro.
Pero a esta hora, las nueve y cuarto de la noche, unas doscientas personas que le esperaban a la salida de Las Ventas impidieron a Curro abandonar la plaza. Estas personas profirieron fuertes insultos dirigidos al torero, algunos de los cuales, como "sinverguenza", "estafador" y "cobarde", ya se hab¨ªan escuchado cantados a coro en los tendidos del coso.
Amenazas de muerte
Tres o cuatro de estos espectadores, m¨¢s exaltados, amenazaron de muerte al de Camas. Ante esta situaci¨®n, Curro decidi¨® refugiarse durante casi tres cuartos de hora en unas dependencias interiores de la plaza.
La larga espera y la tormenta que cay¨® sobre Madrid a partir de las nueve y media hizo que la mayor¨ªa de esas personas se marcharan, aunque alrededor de unas veinte, que volvieron a gritar insultos dirigidos a Curro, todav¨ªa le aguardaban cuando ¨¦ste sali¨®, pasadas las diez de la noche, por fin, rodeado de unas sesenta miembros de las fuerzas policiales, que lo condujeron a la citada comisar¨ªa.
Mientras Curro aguardaba que se marcharan estas personas, en la enfermer¨ªa de la plaza, el doctor M¨¢ximo Garc¨ªa Padr¨®s atend¨ªa al espectador que con la entrada en una mano y un rollo de papel higi¨¦nico en la otra salt¨® al ruedo y agredi¨® al torero, al que derrib¨® junto a las tablas del tendido diez, cuando este se dirig¨ªa al burladero, tras haber dado muerte a su segundo toro.
El espectador, que afirm¨® sentirse estafado por Curro, fu¨¦ muy ovacionado por el p¨²blico, al ser retirado del ruedo y conducido por varios polic¨ªas, uno de los cuales le arranc¨® la entrada de la mano para que el agresor no la mostrase al p¨²blico reclamando nuevos aplausos en el callej¨®n. En la enfermer¨ªa fue atendido de algunas contusiones y una peque?a herida en la nariz, a consecuencia de los golpes que recibi¨® de los subalternos Antonio Cobos y Juan Bellido Chocolate, tras ser derribado por ¨¦stos. El espectador fue conducido tambi¨¦n a la comisar¨ªa donde tras prestar declaraci¨®n fue puesto en libertad. Es la segunda vez que Curro se niega a matar un toro en Madrid. La primera ocurri¨® el 25 de mayo de 1967. Curro altern¨® con Rafael Ortega y S¨¢nchez Bejarano.
Babelia
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