Salivar o atragantarse
Una vez m¨¢s, el Festival de Oto?o, que del 25 de septiembre al 27 de octubre ofrecer¨¢ su cuarta edici¨®n, presenta unas curiosas contradicciones que vienen dadas por una programaci¨®n que nunca se sabe si ha sido realizada por aficionados o por verdaderos buscadores de tesoros.Lo m¨¢s probable es que, como en a?os anteriores, el programa -que llegar¨¢ tanto a Madrid capital como a 18 pueblos de la Comunidad- termine siendo provisional. En las pasadas ediciones han sido habituales los cambios, alteraciones y suspensiones.
Este a?o se ofrecen nombres significativos del mundo del teatro, la danza y, sobre todo, la m¨²sica. Entre ellos, la sorprendente presentaci¨®n en los escenarios espa?oles del director Carlos Kleiber al frente de la Orquesta Sinf¨®nica de Baviera y la inclusi¨®n en el programa del concertista de piano austriaco Friedrich GuIda.
Kleiber es conocido entre los mel¨®manos por su afici¨®n a suspender sus conciertos en el ¨²ltimo momento, lo que le ha convertido en un aut¨¦ntico deseado. Para los buscadores de m¨²sica contempor¨¢nea se ofrece la posibilidad de o¨ªr al estadounidense Steve Reich, considerado padre de la m¨²sica repetitiva.
La inauguraci¨®n del Festival de Oto?o, aunque desafortunada, s¨ª responde a los objetivos de la direcci¨®n del mismo, que se plantea conseguir "una estructura permanente", ya que una vez m¨¢s se recurre a la Antolog¨ªa de la zarzuela, espect¨¢culo que el director de escena Jos¨¦ Tamayo mueve por diferentes pa¨ªses desde hace varias d¨¦cadas y que cada cierto tiempo se ve remozado en alg¨²n n¨²mero y vestuario, de ah¨ª el nombre de Nueva antolog¨ªa.
La programaci¨®n presenta, como otros a?os, nombres que hacen salivar a los entendidos en cada ¨¢rea, como ser¨ªan Bob Wilson y el Kabuki en teatro; Kleiber, GuIda, Caball¨¦, Enedina Lloris o Steve Reich en m¨²sica, y Maurice B¨¦jart o Alvin Ailey en danza.
Pero junto a ellos aparecen contradicciones serias, como es el hecho de programar en teatro a Albert Vidal con un espect¨¢culo antiguo; en danza, a Luis Fuente o Pilar Sierra, sin entidad como para participar en un 'festival de estas caracter¨ªsticas, y en m¨²sica, adem¨¢s de la incombustible Antolog¨ªa de Tamayo, grupos tan sorprendentes como la Canal Street Jazz Band, que, independientemente de su buen hacer y oficio, puede ser vista, desde hace 19 a?os, todos los martes en un c¨¦ntrico y barato club de jazz madrile?o.
Ram¨®n Espinar, consejero de Cultura de la Comunidad de Madrid, dijo ayer en la presentaci¨®n del festival que la Comunidad aportaba 275 millones de pesetas.
A esta cantidad hay que sumar la participaci¨®n econ¨®mica de empresas privadas.
De este dinero, que se emplear¨¢ en las 116 representaciones ofrecidas por 30 compa?¨ªas -con las que se pretende atraer alrededor de 135.000 espectadores-, unos 210 millones ir¨¢n a parar integramente a la partida dedicada a cach¨¦s y montajes, tal y como coment¨® Ram¨®n de Espinar.
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