Las cajas de ahorro critican el procedimiento del Banco de Espa?a en la venta de las cajas rurales
La comisi¨®n encargada de intentar un consenso entre las cajas de ahorro para modificar las normas que limitan la expansi¨®n territorial ha terminado sus trabajos sin alcanzar un acuerdo. Aparte de solicitar la convocatoria de una asamblea general de las 77 entidades para que se pronuncien sobre el asunto, el ¨²nico punto suscrito por todos los delegados ha sido el de mostrar su disconformidad con el procedimiento que sigue el Banco de Espa?a para sanear las cajas rurales mediante su compra por parte de cajas de ahorros.
A falta de una eventual reuni¨®n de despedida, los componentes de la comisi¨®n nombrada a finales del pasado mes de junio para concretar f¨®rmulas de expansi¨®n, antes de que el Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda pudiera llegar a imponer otro marco distinto al actual, han terminado sus trabajos sin elaborar una propuesta concreta.Sus tres ¨²nicos acuerdos, el segundo de los cuales no lo ha suscrito el director general de La Caixa, Josep Vilarasau, han sido los siguientes, seg¨²n el texto del acta al que ha tenido acceso este peri¨®dico:
"-1)Mostrar su disconformidad [de la comisi¨®n] con la actuaci¨®n del Banco de Espa?a en cuanto al procedimiento que est¨¢ siguiendo para el saneamiento de las cajas rurales.
-2)Ratificar los reiterados acuerdos tomados por el consejo de Administraci¨®n de la Confederaci¨®n Espa?ola de las Cajas de Ahorro (CECA) referentes al incumplimiento por parte de diversas cajas confederadas del acuerdo que sobre expansi¨®n fue aprobado en la asamblea general extraordinaria del a?o 1985.
-3)Solicitar a dicho consejo la convocatoria de una asamblea general extraordinaria, al objeto de que la misma se ratifique o no en su posici¨®n con respecto de la expansi¨®n".
Seg¨²n fuentes allegadas a la comisi¨®n -formada tambi¨¦n por represtantes de las cajas de ahorros de ?lava, Inmaculada de Zaragoza, Ceuta, y Municipal de Burgos-, los debates han estado polarizados desde junio por las posiciones de La Caixa y de la Caja de Burgos.
Por una parte, Josep Vilarasau, defensor de las posiciones de las cajas grandes, y concretamente de la suya y de Cajamadrid, ha mantenido la necesidad de que estas entidades puedan llegar a tener hasta un 50% de las oficinas fuera de su territorio al final de un calendario que terminar¨ªa en 1993, coincidiendo con el plazo pactado para la libertad de establecimiento entre Espa?a y la Comunidad Europea (CE).
De otro lado, el representante de la caja de Burgos, Garicano Azpiazu, tambi¨¦n ha insistido en la opini¨®n inicial: que los actuales l¨ªmites a la expansi¨®n geogr¨¢fica -por ejemplo, el que las entidades con m¨¢s de 50.000 millones de recursos ajenos pueden tener un m¨¢ximo de 12 oficinas fuera de su territorio de origen- deben permanecer invariables al menos hasta el a?o 1992. Las posiciones intermedias, expresadas en la comisi¨®n por los representantes de ?lava y Ceuta, part¨ªan de que resulta necesaria una expansi¨®n menos limitada que en la actualidad. No han querido forzar, sin embargo, unas f¨®rmulas que, aparte de carecer del respaldo de Vilarasau y Garicano, podr¨ªan ser contestadas por la mayor¨ªa de las cajas.
El Banco de Espa?a y el Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda se alinean con la posici¨®n de las cajas grandes, hasta el punto de que en la ¨²ltima asamblea general sus respectivas cabezas -el Gobernador y el Ministro- anunciaron el estudio de normas para modificar los actuales l¨ªmites, que datan de finales de la pasada d¨¦cada. Ambos consideran estas limitaciones un obst¨¢culo para que las cajas se preparen con el fin de competir con la banca y otras cajas a partir de 1992.
En cambio, una mayor¨ªa de las cajas de ahorro medianas y peque?as, aglutinadas a nivel de federaciones, especialmente la de Andaluc¨ªa, argumentan que las cajas de pa¨ªses comunitarios no suelen abrir sucursales fuera de sus regiones de origen.
Respaldo auton¨®mico
En este esfuerzo de persuasi¨®n se sienten respaldadas por gran parte de los gobiernos regionales y de las corporaciones locales, m¨¢s influyentes en la medida en que avanza la renovaci¨®n de los ¨®rganos rectores y proclives a impedir que el ahorro de las comunidades con menores recursos sea invertido en otras zonas.?ste ¨²ltimo n¨²cleo de coincidencias entre cajas medianas y peque?as y gobiernos regionales se ha hecho patente a ra¨ªz de que el Banco de Espa?a animara a La Caixa y a Cajamadrid a quedarse con cajas rurales en crisis.
El hecho de que el propio director general de La Caixa haya apoyado el punto segundo del acta -la "disconformidad con la actuaci¨®n del Banco de Espa?a"- se interpreta como una se?al por parte de las cajas grandes de limar asperezas con el resto, poniendo de relieve su disgusto por las frecuentes invitaciones de la autoridad monetaria a comprar cajas rurales sin, las ayudas p¨²blicas que se dispensaron durante la larga y costosa crisis bancaria.
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