La estaci¨®n de D¨¹sseldorf fue otro campo de batalla
La violencia de los seguidores ingleses no cesa. El ¨²ltimo escenario, la noche del martes, fue la estaci¨®n de D¨¹sseldorf, donde se hab¨ªan reunido unos 300 hooligans. La llegada de 150 hinchas alemanes procedentes de Gelsenkirchen, donde la RFA hab¨ªa jugado con Dinamarca, provoc¨® una batalla campal. Los incidentes, que se iniciaron a las nueve, se prolongaron hasta la madrugada, y en el centro de la ciudad, con lanzamiento de todo tipo de objetos por ambos bandos y el destrozo de cristales y autom¨®viles estacionados en las cercan¨ªas. La polic¨ªa intervino y detuvo a 90 ingleses y a 40 alemanes.
D¨¹sseldorf era una ciudad tomada desde el martes en previsi¨®n de los incidentes que se tem¨ªan con motivo del encuentro de ayer entre Inglaterra y Holanda. Sin embargo, la violencia que provocan los hinchas ingleses por donde quiera que van no esper¨® al partido y 24 horas antes encontraron una nueva ocasi¨®n por pura casualidad. Los hinchas alemanes regresaban contentos tras la victoria de la RFA sobre Dinamarca y se encontraron con los enfadados rivales, que a¨²n no hab¨ªan digerido la derrota anterior de su selecci¨®n ante Irlanda. Las piedras y las botellas no tardaron en hacer su aparici¨®n. El recinto de la estaci¨®n tuvo grandes destrozos, incluidos los comercios all¨ª instalados.Los incidentes pronto se extendieron a las calles adyacentes y alcanzaron al barrio viejo de la ciudad, donde se encuentra la mayor concentraci¨®n de bares de toda la Rep¨²blica Federal de Alemania. Los da?os materiales no han podido ser evaluados a¨²n, pero se calcula que pueden ascender a varios miles de marcos. Al menos 20 autom¨®viles fueron destrozados y casi un centenar de escaparates.
Comisar¨ªa repleta
La comisar¨ªa central de D¨¹sseldorf se encontraba repleta con los 130 detenidos hacia las tres de la madrugada, cuando la polic¨ªa pudo controlar completamente la situaci¨®n. Intervinieron hasta 400 agentes del orden, algunos de otros destacamentos fuera de la ciudad, al conocerse el alcance de los enfrentamientos.
Tres polic¨ªas resultaron heridos, uno con la rotura de varios dedos, otro al ser alcanzado por una jarra de cerveza rota y un tercero por una piedra, seg¨²n comunic¨® un portavoz.
Un oficial de polic¨ªa declar¨®: "Fue realmente tremendo. Nos sorprendi¨® la virulencia de los incidentes y la rapidez con que se desarrollaron". El polic¨ªa reconoci¨® que no pueden tener controlados todos los rincones, porque tambi¨¦n es imposible prevenir los brotes violentos que se producen la mayor¨ªa de las veces de forma totalmente inesperada.
La ¨²ltima batalla de la estaci¨®n no ten¨ªa tampoco una raz¨®n aparente, pues la RFA e Inglaterra ni siquiera se encuentran en el mismo grupo previo de la Eurocopa. No se trataba de una cuesti¨®n de rivalidad, sino del enfrentamiento sin m¨¢s. Simplemente, seg¨²n la polic¨ªa, alguno de los hinchas provoc¨® o agredi¨® a otro y se sumaron los dem¨¢s.
El gran problema que se plantea ahora a las fuerzas del orden es que la violencia no se suele reducir a un solo lugar, sino que se extiende con facilidad como una mancha de aceite. Antes, cuando los incidentes se produc¨ªan en los estadios -aunque haya habido casos tan graves como el de Heysel-, se pod¨ªan controlar en el mismo lugar. Ahora, en la Eurocopa, como ha sucedido en D¨¹sseldorf, la ciudad entera parece en pie de guerra. No s¨®lo se produjeron los primeros enfrentamientos en la estaci¨®n, sino que tambi¨¦n la ciudad vieja fue nuevamente otro campo de batalla.
"Como los Ingleses"
Otro de los problemas para la polic¨ªa es que los incidentes ya no son s¨®lo particulares de los hooligans ingleses, sino que arrastran a otros hinchas menos violentos en teor¨ªa, pero que pueden convertir en mucho m¨¢s graves los esc¨¢ndalos. "Los alemanes se comportaron de la misma forma que los ingleses", dijo una empleada de un bar que r¨¢pidamente tuvo que echar el cierre en las cercan¨ªas de la estaci¨®n para evitar males mayores.
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