Nadar en un r¨ªo lleno de cocodrilos
En El Salvador, los aliados de la guerrilla y la extrema derecha buscan ocupar el vac¨ªo pol¨ªtico dejado por el fracaso de la Democracia Cristiana
Una cena celebrada recientemente en la residencia del embajador de Estados Unidos en El Salvador estuvo a punto de provocar un incidente diplom¨¢tico cuando el anfitri¨®n dijo que el l¨ªder de la extrema derecha, Roberto d'Aubuisson, y uno de los comandantes guerrilleros, Joaqu¨ªn Villalobos, pertenec¨ªan a la misma especie de g¨¢nsteres. Uno de los invitados, el l¨ªder del Frente Democr¨¢tico Revolucionario (FDR), Rub¨¦n Zamora, se vio en la penosa situaci¨®n de tener que defender a D'Aubuisson para sostener ante el representante norteamericano que el gansterismo era una especie pol¨ªtica propia de EE UU, sin par en El Salvador.
Rub¨¦n Zamora cumpli¨® as¨ª con el papel que la situaci¨®n pol¨ªtica salvadore?a est¨¢ reservando a los aliados de la guerrilla que desde hace siete meses desarrollan su propia actividad legal en el interior del pa¨ªs, el papel de buscar un espacio pol¨ªtico entre los dos poderes ascendentes en El Salvador: la ultraderechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena) y los rebeldes del Frente Farabundo Mart¨ª para la Liberaci¨®n Nacional (FMLN).Tras el estrepitoso hundimiento de la Democracia Cristiana (DC), el FDR, que prepara su participaci¨®n electoral bajo la denominaci¨®n legal de Convergencia Democr¨¢tica, es la ¨²nica fuerza de equilibrio que actualmente queda en el pa¨ªs, la ¨²nica sinceramente interesada en promover la estabilidad pol¨ªtica en un momento en que los principales protagonistas buscan c¨®mo inclinar r¨¢pidamente la balanza a su favor. "Estamos nadando en un r¨ªo lleno de cocodrilos", dice el dirigente de Convergencia H¨¦ctor Oquel¨ª.
La contundente victoria de Arena en las elecciones legislativas de marzo pasado, la descomposici¨®n del Gobierno y de la Democracia Cristiana como resultado de sus divisiones internas, el incremento de la actividad guerrillera y, por ¨²ltimo, la mortal enfermedad del presidente Napole¨®n Duarte describen el marco de una crisis con s¨ªntomas de agudizarse gravemente antes de las elecciones presidenciales de marzo del a?o pr¨®ximo.
Con la aproximaci¨®n de Arena al poder cobra vida la pol¨ªtica de seguridad nacional y el riesgo de un aumento de la represi¨®n, para la que el Ej¨¦rcito se podr¨ªa encontrar m¨¢s amparado que antes por el poder pol¨ªtico. La principal organizaci¨®n empresarial, respaldada por Arena, pide una mayor participaci¨®n del Ej¨¦rcito en la pol¨ªtica, y los grandes peri¨®dicos, controlados por la extrema derecha, no dejan de denunciar el clima de desorden y caos que vive el pa¨ªs. "Si hasta ahora no se ha definido la guerra a favor del Ej¨¦rcito ha sido por falta de decisi¨®n pol¨ªtica", afirma el coronel Sigisfredo Ochoa, uno de los m¨¢ximos dirigentes de Arena.
Al mismo tiempo, la guerrilla, que siente el vac¨ªo de poder, no quiere dejar pasar la oportunidad y ha endurecido sus acciones, con voladuras de postes de luz, ataques a transportes civiles y atentados con coches bomba en San Salvador. El FMLN est¨¢ formando comandos urbanos y acercando la guerra a las ciudades, y parece contar ya, a juicio de los expertos, con capacidad para crear un clima de perturbaci¨®n general en la capital salvadore?a.
"Todos los actores principales est¨¢n percibiendo la crisis y act¨²an para buscar una definici¨®n a su favor, excepto Estados Unidos", afirma Rub¨¦n Zamora. Las autoridades norteamericanas asisten en El Salvador al resquebrajamiento de un sistema que hab¨ªa servido de experimento de c¨®mo se puede combatir la insurgencia izquierdista con la combinaci¨®n de presi¨®n militar y reformas pol¨ªticas. Probablemente en ning¨²n otro pa¨ªs del mundo en las ¨²ltimas d¨¦cadas ha puesto Washington tanto inter¨¦s y tanto dinero -unos 3.000 milllones de d¨®lares (unos 350.000 millones de pesetas) en nueve a?os- en favor del ¨¦xito de un r¨¦gimen que se quer¨ªa utilizar de ejemplo para toda Centroam¨¦rica.
Todo eso se viene abajo sin que se divise qu¨¦ puede hacer Washington para remediarlo. Dif¨ªcilmente puede inclinarse en favor de Arena sin encontrar un ambiente hostil en la opini¨®n p¨²blica y el Congreso norteamericano, que consideran a los dirigentes de ese grupo como los responsables intelectuales de los escuadrones de la muerte. Tampoco puede EE UU retirarse y entregar la victoria al FMLN.
Lavado de cara
Por el momento, la embajada norteamericana patrocina el crecimiento del sector con m¨¢s posibilidades dentro de la DC, el encabezado por el ex canciller Fidel Ch¨¢vez Mena, e intenta un acercamiento exploratorio a Convergencia Democr¨¢tica. Otras fuentes creen que, simult¨¢neamente, EE UU est¨¢ estimulando un lavado de cara de Arena, que ahora se define como un partido liberal-conservador.En todo caso, parece descartado que Estados Unidos -cuyo poder en este pa¨ªs est¨¢ sustentado sobre el hecho de que carga con la totalidad del presupuesto nacional, de tal manera que El Salvador es el tercer principal receptor mundial de ayuda militar norteamericana despu¨¦s de Israel y Egipto- d¨¦ su luz verde para un golpe de Estado. Tampoco el Ej¨¦rcito va a presionar en favor de esa opci¨®n. Fuera de toda sospecha est¨¢, antes que nadie, el actual ministro de Defensa, general Vides Casanova. "Cualquier cosa puede pasar menos que Vides participe en un golpe", afirma un alto miembro del Gobierno.
De acuerdo a la mayor¨ªa de las opiniones, el Ej¨¦rcito est¨¢ hoy en una situaci¨®n privilegiada, no s¨®lo por ser uno de los mejor pertrechados de la regi¨®n, sino tambi¨¦n por el hecho de que, en ocho a?os, ha pasado de ser considerado una banda de criminales a una instituci¨®n con la que todos cuentan. "El Ej¨¦rcito tiene ya bastante capacidad de decisi¨®n y si quiere m¨¢s s¨®lo tiene que esperar a que Arena gane las elecciones presidenciales", explica una fuente de la Iglesia cat¨®lica.
Muchos altos oficiales se expresan en privado claramente favorables a una victoria electoral de la extrema derecha, a la que s¨®le le piden un cambio de imagen para mantener las relaciones privilegiadas con EE UU.
Todo el esfuerzo del Ej¨¦rcito parece puesto actualmente en prepararse para un incremento de la guerra. Tambi¨¦n las fuerzas pol¨ªticas cuentan con una intensificaci¨®n del conflicto y un mayor protagonismo de las opciones radicales, pero la imposibilidad de una victoria total por ninguno de los dos bandos mantiene todav¨ªa abiertos los canales de la soluci¨®n pol¨ªtica.
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