Ben Jelloun: "El realismo es una impostura"
El autor de 'La noche sagrada' se siente fascinado por la ambig¨¹edad
Hasta los 20 a?os, Ahmed ha sido sometido a una tortura mental, pues se le ha ocultado su identidad. La muerte del padre le redime de la obligaci¨®n de aparentar lo que no es. Si por algo ha cuajado esta f¨¢bula que gira en torno a la identidad, no es tanto por su compuesto ideol¨®gico ni tan siquiera ex¨®tico, sino por esa capacidad de hablarnos de nuestra condici¨®n pat¨¦tica, a la vez que hurga en el laberinto de la identidad, a trav¨¦s de la figura de Ahmed / Zahara, de sexo mujer y g¨¦nero hombre. El autor de este personaje, Tahar Ben Jelloun (Fez, 1944), fue galardonado con el ¨²ltimo Premio Goncourt de literatura y ha obtenido un rotundo ¨¦xito de p¨²blico por La noche sagrada (Pen¨ªnsula), presentada hace unos d¨ªas en Madrid.
Si Ben Jelloun decidi¨® trasladarse a Par¨ªs, a comienzos de los 70, fue para ensanchar el horizonte intelectual que le quedaba corto.Empez¨® con una poes¨ªa en la que destacaba el h¨¢lito socio-cr¨ªtico, pero sin que pudiera tach¨¢rsele de escritor comprometido en el sentido sartriano del t¨¦rmino, siendo sus afinidades electivas m¨¢s cercanas de los surrealistas.
Lo que predomina de facto en sus textos -ya sean poes¨ªa, novela, ensayo- es la denuncia radical de la injusticia social. Y aunque ser¨ªa precipitado hablar de cesura tem¨¢tica, bien es cierto que ha tomado otro rumbo con las dos ¨²ltimas novelas. Y lo admite: "Ha habido una evoluci¨®n clara... No hubiera escrito El ni?o de arena y La noche sagrada si no hubiera escrito el resto antes. He ido despoj¨¢ndome de esa especie de mala conciencia, de la obligaci¨®n de hacer pol¨ªtica que parece incumbirle al escritor por ser originario de ?frica, del mundo ¨¢rabe o de Am¨¦rica Latina. Yo ya he tomado partido, ya he testimoniado sobre la condici¨®n social en mi pa¨ªs, y ahora lo que quiero es dedicarme por completo a la literatura de ficci¨®n. ?Ojo! No descarto la mirada cr¨ªtica sobre la realidad que me rodea, s¨®lo que trato de incorporar la cr¨ªtica en el seno del universo, en lugar de ajustar esa cr¨ªtica a un mundo que viene dado de antemano".
Queda clara esa tendencia en las dos ¨²ltimas novelas de hacer confluir la l¨®gica cr¨ªtica a lo micro-pol¨ªtico, a las relaciones de dominaci¨®n, a la jerarquizaci¨®n arbitraria de lo masculino y lo femenino... "He abordado el tema de la identidad ambigua, ya sea cultural, ya sea sexual... Me siento fascinado por las cosas ambiguas, por el universo de Borges, y es zambull¨¦ndome en un universo torturado, torcido, como he ido acerc¨¢ndome a lo real, y no por el simple hecho de hacer uso de criterios realistas. Lo que se ha venido en llamar realismo es una impostura aut¨¦ntica; no puede existir copia exacta de la realidad, ning¨²n escritor, cineasta, hombre conseguir¨¢n reproducirla, porque la realidad es mucho m¨¢s fuerte, imprevisible de lo que uno quiera contar".
La novela
Apuntal¨¢ndose en la diada fundacional -la infancia / la mujer-, ha ideado la historia rocambolesca de una muchacha ¨¢rabe cuya identidad femenina ha sido ocultada durante a?os por l¨®gica social. su padre necesitaba un var¨®n para sentirse realizado cara a la sociedad, y la hizo pasar por hombre. A la muerte del progenitor, a Ahmed / Zahara le tocar¨¢ situarse frente a la libertad de ser... Es un relato de iniciaci¨®n, en el que Ahmed / Zahara ir¨¢ desprendiendo lo que la sociedad le ha inculcado, su papel masculino, para intentar encontrar una alteridad, convirti¨¦ndose en un ser que se hace, que se construye, por medio de la iniciaci¨®n a los sentidos por mano de un c¨®nsul ciego en un burdel. "Le han ense?ado a asumir un papel, y ahora le toca deshacerse de lo que han sido sus h¨¢bitos, sus costumbres, le toca hacer el aprendizaje de lo que son sus propias emociones. Ir¨¢ descubriendo su cuerpo, dejar¨¢ que le acose un hombre en el bosque, y creer¨¢ que as¨ª es como se hace el amor, porque en el fondo es una inexperta, no tiene idea de nada... Eso le lleva a experimentar sensaciones f¨ªsicas, y en ese sentido se hace necesaria la irrupci¨®n del c¨®nsul ciego: e sa mujer no pod¨ªa ense?ar su cuerpo a un hombre que la estuviera mirando. He intentado imaginar lo que podr¨ªa ser una relaci¨®n amorosa entre dos personas extra?as, un ciego que visita de cuando en cuando a las putas, que vive con una hermana con la que mantiene un v¨ªnculo incestuoso, sin por tanto consumirlo, y esta muchacha que surge de pronto..., zozobran en una especie de marginalidad interior".En La noche sagrada no tenemos micro-relatos, como se daba en El ni?o de arena, ni se produce una subversi¨®n del relato por la instrumentaliz aci¨®n de desenlaces m¨²ltiples, que cuestionan la legitimidad y credibilidad del que est¨¢ contando la historia.
El hilo narrativo se ha hecho compacto y diluido, y si se puede decir que en El ni?o de arena primaba el deseo institucional, En La noche sagrada prevalece la intenci¨®n filos¨®fica, asoci¨¢ndose el placer f¨ªsico / la pasi¨®n del tacto al dolor, propici¨¢ndose la sublimaci¨®n... Resulta curioso preguntar por el origen de esa plasmaci¨®n er¨®tico / subliminal: "Para escribir La noche sagrada", contesta Ben Jelloun, "he utilizado una serie de fotograf¨ªas del desierto. Hab¨ªa escrito unos 15 poemas, que hab¨ªan sido insertados en un ¨¢lbum con fotos del desierto, y en un momento dado me di cuenta de que las fotograf¨ªas eran er¨®ticas, y que los poemas mismos hac¨ªan resaltar el cuerpo de la mujer, el deseo sexual. No hay cosa m¨¢s vac¨ªa que un desierto y, sin embargo, a m¨ª me inspira textos muy er¨®ticos; me qued¨¦ con la impresi¨®n de que s¨®lo habr¨ªa cabida para un erotismo m¨ªstico".
El odio, el esp¨ªritu de venganza terminan por convertirse en motor de arranque de la narraci¨®n, en la esctuctura ausente. ?Ser¨¢, pues, debido a una visi¨®n nihilista y tr¨¢gica de la naturaleza humana, destartalada, cruel, inculta, y harapienta, o se trata simplemente de enunciar la configuraci¨®n fatalista de los persona es? "La m¨ªa no es una visi¨®n pesimista... Si hay un tema de real inter¨¦s, ese es el odio, el mal, la crueldad, y en esta novela se empieza a discernir algo as¨ª, aunque en otra que pienso escribir quedar¨¢ la cosa m¨¢s sostenida; har¨¦ figurar a un personaje carcomido por el odio y la perversidad... Me fascina la terrible energ¨ªa que despliega ese tipo de gente...".
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