Ayer es hoy, todav¨ªa
Hace ya casi 20 a?os que, en compa?¨ªa de mi compa?ero y amigo Luis Carandell, realic¨¦ un viaje a trav¨¦s de toda la frontera hispano-portuguesa visitando todas y cada una de las provincias espa?olas y distritos lusitanos que hacen frontera a lo largo de 1.231 kil¨®metros.Vieron la luz los trabajos en el ya desaparecido diario Informaciones y m¨¢s tarde se plasmaron en el libro. La raya de Portugal, la frontera del subdesarrollo, editado por Cuadernos para el Di¨¢logo. Perd¨®neseme la autocita: terminaba aquel libro con una frase de cierto tufillo pretencioso y lapidario: "As¨ª est¨¢n las cosas. Sin comunicaciones, no hay integraci¨®n".
Con muy escasas variantes circunstanciales, ajustes formales y detalles adjetivos, hoy podr¨ªa escribir una nueva edici¨®n del mismo libro. Nada b¨¢sico, nada que implique variaciones de fondo, nada, en fin, que sea sustantivo habr¨ªa de ser variado. Absolutamente nada.
Hay menos emigraci¨®n porque las esperanzas de trabajo han disminuido tanto en Europa como en los focos industriales aut¨®ctonos, pero, en contrapartida, el paro, en la raya, es el mayor de ambos pa¨ªses.
Los ¨ªndices e indicadores de renta per c¨¢pita, renta familiar disponible y producci¨®n no s¨®lo siguen estando a la cola, sino que, relativamente, ha aumentado su diferencia con los n¨²cleos m¨¢s desarrollados. Sanidad y escolarizaci¨®n han mejorado sustancialmente.
Las Hurdes han dejado de ser prototipo de tercermundismo vergonzante (gracias, sobre todo, a la pol¨ªtica de abrir caminos y comunicarlas), pero otra comarca natural fronteriza, Alca?ices, lleva hoy el farolillo rojo del atraso, por el lado espa?ol.
Latifundismo
El latifundismo ha recobrado su virulencia en Portugal, tras el breve par¨¦ntesis de la Revoluci¨®n de los claveles y, por nuestra parte, se ha reducido a la expropiaci¨®n de s¨®lo dos fincas en Extremadura. El contrabando var¨ªa por ciclos de contenidos, pero ah¨ª est¨¢. Contin¨²an sin plasmarse en nada los planes conjuntos de desarrollo para comarcas naturales que se asientan a uno y otro lado de una frontera que es s¨®lo pol¨ªtica, pero que en nada separa a zonas que tienen id¨¦ntica composici¨®n geogr¨¢fica y misma forma de vida.
Ambas naciones se encuentran en nuestros d¨ªas integradas plenamente en la Comunidad Europea, pero esta vital circunstancia en nada ha servido para un acercamiento real y menos. a¨²n para acometer conjuntamente los problemas que afectan a m¨¢s de cinco millones de habitantes de la raya y a unas tierras que constituyen, ayer como hoy, la bolsa de pobreza m¨¢s extensa de toda la Europa occidental. Una zona, no lo olvidemos, que es mayor en extensi¨®n superficial a Grecia o Checoslovaquia, vez y media Austria, tres veces mayor que Dinamarca o Suiza y cuatro veces Holanda o B¨¦lgica...
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