La revuelta argelina se extiende a Or¨¢n
ENVIADO ESPECIAL El Gobierno argelino admiti¨® ayer la "p¨¦rdida de vidas humanas" en n¨²mero no revelado, tanto entre las fuerzas del orden como entre los manifestantes que participaron el jueves en diversos actos de vandalismo y pillaje en la capital, y pidi¨® a la poblaci¨®n que mantenga la calma y limite al m¨ªnimo sus desplazamientos. Fuentes oficiales informaron que 900 personas fueron detenidas durante los incidentes del jueves. Entre tanto, la agitaci¨®n callejera se extendi¨® ayer a otras ciudades, sobre todo a Or¨¢n, la segunda del pa¨ªs, donde grupos de j¨®venes asaltaron numerosos edificios.
La capital argelina, sometida desde el jueves al estado de sitio y al toque de queda, continuaba ayer, paralizada, sin servicios de transportes p¨²blicos ni recogida de basuras, los comercios cerrados y los vuelos internacionales suspendidos en su mayor¨ªa. Las clases fueron suspendidas en los colegios de la regi¨®n de Argel por orden del Gobierno, en espera de que se restablezca el orden p¨²blico.Ayer, d¨ªa de descanso musulm¨¢n, varios grupos de j¨®venes integristas se manifestaron a la salida de las mezquitas, y pidieron la islamizaci¨®n del pa¨ªs. Fue la primera vez que aparec¨ªan consignas y gritos pol¨ªticos en los cuatro d¨ªas de disturbios protagonizados por j¨®venes y desempleados.
La jornada de ayer fue el d¨ªa festivo m¨¢s triste en la corta historia del Estado argelino independiente. Conseguir pan en Argel fue tan dif¨ªcil como encontrar un solo punto neur¨¢lgico de la ciudad donde no hubiera desplegados soldados. Carros de combate custodiaban los principales s¨ªmbolos del r¨¦gimen del Frente de Liberaci¨®n Nacional (FLN, partido ¨²nico).
El Gobierno argelino reconoci¨® ayer por primera vez que sus tropas hab¨ªan abierto fuego. Algunos testigos confirmaron que el jueves fallecieron a causa de disparos dos j¨®venes hermanos apellidados Buzidi, del barrio de El Biar, en la capital argelina. El rumor popular elevaba las cifras de los heridos por bala a varias decenas y hablaba de enfrentamientos armados en la monta?osa regi¨®n de La Kabilia.
Argel presentaba un aspecto que sus habitantes identificaban con el de Beirut. La comparaci¨®n era excesiva, pero en verdad autobuses y coches incendiados; vidrios, papeles y basuras esparcidos por doquier; comercios y oficinas reventados, la presencia de las tropas y el sonido de los helic¨®pteros compon¨ªan un paisaje urbano alarmante. Por ser viernes, festividad musulmana y d¨ªa oficial de descanso en Argelia, todo estuvo cerrado. La revuelta de los j¨®venes argelinos se extendi¨® ayer a Or¨¢n, la segunda ciudad del pa¨ªs, con 1.200.000 habitantes incluidos los suburbios. A partir de las dos de la tarde, grupos de decenas de adolescentes y j¨®venes, en ocasiones de edad inferior a los 14 a?os, se adue?aron del centro de la ciudad, quemaron neum¨¢ticos y arrojaron piedras contra comercios y oficinas p¨²blicas. Varios supermercados fueron saqueados e incendiados.
Contra la opulencia
Mediada la tarde, el suelo de las calles oranesas estaba alfombrado de piedras y cristales rotos, la tensi¨®n era palpable y los manifestantes, segu¨ªan forcejeando con unidades de las fuerzas antidisturbios, uniformadas de azul y con cascos, escudos y porras. Soldados de verde oliva, con bayonetas caladas sobre sus fusiles, controlaban el aeropuerto y los centros oficiales sin llegar a¨²n a enfrentarse con los revoltosos. Varios helic¨®pteros sobrevolaban la ciudad y carros de combate se situaban en puntos estrat¨¦gicos. La poblaci¨®n oranesa ignoraba si el toque de queda aplicado ayer a Argel le afectar¨ªa tambi¨¦n a ella.
La revuelta juvenil, comenzada el pasado mi¨¦rcoles en Argel y que ayer se extendi¨® a Or¨¢n, ha da?ado ya seriamente la imagen que de s¨ª mismo proyectaba el r¨¦gimen argelino. Desde su dolorosa independencia de Francia, hace 26 a?os, Argelia se. ha presentado como un Estado de partido ¨²nico y econom¨ªa socialista, que garantiza el pleno empleo, es providencial con sus ciudadanos y apadrina todos los movimientos de liberaci¨®n del mundo.
La oposici¨®n argelina en el exilio parece haber tenido poco que ver con la explosi¨®n de rabia de escolares, bachilleres y j¨®venes desempleados. Algunos de ¨¦stos la han identificado con la intifada o revuelta palestina en los territorios ocupados por Israel. Es otra comparaci¨®n tomada por los pelos, que en cualquier caso, hace mucho da?o a un r¨¦gimen campe¨®n de la causa ¨¢rabe frente al Estado hebreo.
Salvo algunos gritos hostiles al presidente, Chadli Benyedid, los manifestantes no han expresado consignas o reivindicaciones concretas. Su mensaje ha consistido en un ataque feroz a los signos de la opulencia de una minor¨ªa argelina, en particular en la ciudad de Argel el complejo de boutiques, restaurantes y discotecas de Riad el Feth, gueto de los tchi-tchi, los hijos de la nomenklatura y los hombres de negocios afines al r¨¦gimen.
Cuando hace nueve a?os, Chadli Benyedid sucedi¨® a Huari Bumedian, despert¨® una gran esperanza. Pero no ha tenido suerte.
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