Los lenguajes invisibles de la coacci¨®n y el consumo
Germano Celant, una autoridad sobre los artistas de los a?os cincuenta y sesenta, personajes que pertenecen a su historia personal, tiene una visi¨®n clara sobre la actualidad y la mutaci¨®n permanente del leguaje art¨ªstico."Mi compromiso sobre lo contempor¨¢neo tiene ra¨ªces lejanas, por lo cual el orientarme en el presente refleja, inevitablemente, mi pasado. A trav¨¦s de mi visi¨®n inexpresionista he intentado comunicar c¨®mo el arte que quiera comprometerse ling¨¹¨ªstica e ideol¨®gicamente no puede prescindir de enfrentarse a la condici¨®n telem¨¢tica y medial. Aquellos lenguajes invisibles a trav¨¦s de los cuales pasan la coacci¨®n y el mensaje de consumo. De aqu¨ª la importancia del display, es decir, de la exhibici¨®n escaparat¨ªstica de de los objetos, dir¨ªa del arte mismo. Por esta raz¨®n, adem¨¢s de en las obras, me concentr¨¦ en la l¨®gica de las instalaciones, en el m¨¦todo expositivo y en la difusi¨®n del mercado. Siendo todos ellos v¨ªnculos informativos que ya no pueden quedarse excluidos de la lectura de la historia del arte".
Celant considera que "artistas como Haim Steinbach, Barbara Kruger, Reinard Mucha y Ettore Spalletti se han dado cuenta del valor y del impacto que la aceleraci¨®n productiva ha imprimido a nuestro modo de pensar. Han intentado retrasar el ritmo de producci¨®n, modificar el mensaje, us¨¢ndolo en contra de la instrumentaci¨®n de la cultura, desde lo femenino a las minor¨ªas, han intentado un control formal y visual de los valores inexpresivos, aquellos que son menos teatrales. Desde esta perspectiva, ha quedado excluida la pintura tradicional, la que vive sobre el mito del h¨¦roe rom¨¢ntico, encerrado en su psicolog¨ªa y en su emotividad. Me parece que hoy el problema no estriba s¨®lo en exaltar la singularidad y la extrema individualidad, sino en razonar acerca del concepto de grupo y de team, de visi¨®n colectiva. Contempor¨¢neamente, si el aspecto visceral es interesante, pero no primario, es urgente comprobar y evidenciar d¨®nde se produce la comunicaci¨®n. Existe el di¨¢logo entre los individuos, pero se impone cada vez m¨¢s el consumismo, el anonimato del producto industrial, un paisaje inexpresivo, que no puede ser recuperado y nuevamente analizado. Es el mismo problema al que se enfrentaron los impresionistas ante el primer panorama industrial, la visi¨®n atomizada de sus cuadros es ahora la cuantificaci¨®n serial determinada por la pantalla televisiva, con el a?adido de un ritmo y una velocidad ultras¨®nicos. Es el tema de la invisibilidad y de la inmaterialidad electr¨®nica y nuclear como instrumentos de comunicaci¨®n y de modificaci¨®n perceptiva. Estamos en el extremo de una perspectiva futur¨ªstica que puede ir al paso con una lectura metaf¨ªsica del mundo, pero el riesgo es el retorno al orden. Por ello me fascina trabajar sobre artistas que tienden a confundir los lenguajes, mezclando las artes. Las distinciones y los aislamientos, la separaci¨®n entre pintura y escultura, entre arte y arquitectura, etc¨¦tera, me parecen muy siglo XIX; prefiero la jam session de las artes, donde todo el mundo lo confunde los papeles para un resultado in¨¦dito.
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