Volver a comer como animales
Las dietas prolongadas en personas ansiosas provocan mayor obesidad
Cuando la psic¨®loga Isabel S¨¢nchez Larraburu afirma que hay que volver a comer como animales salvajes, la primera idea que surge es la de descontrol y voracidad. "?Ha visto alguien un animal salvaje obeso?", pregunta. M¨¢s todav¨ªa: "?Ha visto alguien un animal salvaje desnutrido teniendo comida en abundancia a su alcance?". Lo que ocurre cada vez con mayor frecuencia en la sociedad consumista. Obesidad y desnutrici¨®n son las dos caras de una misma moneda: la lucha in¨²til y perniciosa para imponerle al cuerpo los patrones que dicta la moda. Las severas dietas con las que se flagelan muchas obesas conducen a la desnutrici¨®n y, por ende, a una mayor obesidad.
"Cada vez como menos, y sin embargo, cada vez estoy m¨¢s gorda". ?sta es una frase que S¨¢nchez Larraburu, coordinadora de la unidad de trastornos de la conducta alimentaria de la cl¨ªnica Dexeus de Barcelona, escucha con mucha frecuencia. Cuando acuden a su consulta, muchas mujeres presentan ya s¨ªntomas t¨ªpicos de la desnutrici¨®n: inquietud, depresi¨®n, fatiga, desequilibrios emocionales... Muchas de ellas han hecho cuantas dietas han ca¨ªdo en sus manos, han consultado varios endocrin¨®logos y han pasado por una o varias cl¨ªnicas e adelgazamiento. El problema es que ni las dietas ni los internamientos les han servido para nada: al poco tiempo han recuperado los kilos perdidos y algunos m¨¢s."Es un error grave tratar con dietas a toda clase de obesos, porque una parte muy importante de ellos son obesos emocionales, que comen por ansiedad o estr¨¦s, y en estos casos, las dietas pueden ser muy nocivas", afirma la coordinadora Algunos comportamientos los identifican claramente: son compulsivos quienes comen en cualquier momento, aunque no tengan hambre; quienes son in capaces de comer poco a poco y quienes recuperan peso r¨¢pidamente en cuanto dejan la dieta o no adelgazan a pesar de ella. "Pero lo m¨¢s grave", a?ade, "es que las dietas se est¨¢n generalizando y se est¨¢n convirtiendo en un peligro para la salud. En Estados Unidos est¨¢ aumentando el porcentaje de obesos precisamente por la generalizaci¨®n de las dietas restrictivas, y lo que es peor, cada vez son m¨¢s frecuentes los casos de anorexia y de bulimia, los dos trastornos de la alimentaci¨®n m¨¢s graves".
La anorexia es una enferme dad en la que la obsesi¨®n por no comer conduce al rechazo total de cualquier alimento, que en casos extremos llega a provocar la muerte. En la bulimia, por el contrario, la obsesi¨®n por no comer rompe los mecanismos psicol¨®gicos de control y acaba provocando un ansia ?mpulsiva y desmesurada de ingerir alimentos en grandes cantidades, especialmente los m¨¢s prohibidos. Ambos trastornos constituyen, seg¨²n Isabel S¨¢nchez Larraburu, un peligro cada vez mayor, particularmente en las mujeres j¨®venes, especialmente' vulnerables a la dictadura de la moda.
"Nuestro organismo tiene dos mecanismos de control fisiol¨®gico de la alimentaci¨®n, la sensaci¨®n de hambre y la de saciedad", explica Isabel S¨¢nchez Larraburu. "A veces, la ansiedad, el estr¨¦s o una dieta restrictiva prolongada alteran los marcadores fisiol¨®gicos de hambre y saciedad". El patr¨®n fisiol¨®gico se sustituye entonces por un patr¨®n compulsivo, en el que unas veces se come sin hambre y luego se deja de comer, para acabar comiendo m¨¢s, pero con sentimiento de culpa. Una dieta con menos de 1.200 o 1.500 calor¨ªas -seg¨²n la constituci¨®n de la persona- conlleva un riesgo grave de trastorno.
El cerebro recibe informaci¨®n de que se ingiere una cantidad insuficiente de nutrientes y pone en marcha mecanismos de compensaci¨®n. El metabolismo se hace m¨¢s lento, aumenta la cantidad y capacidad de las c¨¦lulas, asimila casi todo lo que se ingiere y almacena mayor cantidad de reservas para hacer frente a las carencias. Y exacerba el apetito, la necesidad imperiosa de comer, mayor cuanto m¨¢s servera sea la dieta. De modo que ¨¦sta acaba rompi¨¦ndose, y entonces no s¨®lo se recupera el peso perdido, sino que se incrementa. Las personas que caen en esta espiral angustiosa de freno y desenfreno tienen un apetito desmesurado, especialmente de aquello de lo que m¨¢s se han privado, como el chocolate o los dulces, y en un ataque de ansiedad pueden comerlos por kilos. Es la pendiente de la bulimia.Un dato revelador: el 567. de las personas que sufren anorexia se convierten en bul¨ªmicas. Ello demuestra la fuerza del organismo para defenderse. A veces, sin embargo, la obsesi¨®n por la delgadez es m¨¢s fuerte que la capacidad de reacci¨®n del propio organismo, y entonces se produce el desastre: el 10% de las anorexias acaban provocando la muerte, y el 20% se cronifican. S¨®lo un 14% se cura completamente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.