El dif¨ªcil movimiento de la poes¨ªa

La palabra poes¨ªa siempre ha estado en boca de quienes trataban de explicar con palabras lo que es la danza. Mallarm¨¦ fue m¨¢s lejos de las vagas referencias habituales y se esforz¨® por se?alar las afinidades habituales y se esforz¨® por se?alar las afinidades -y las diferencias- entre el lenguaje po¨¦tico y el lenguaje de la danza. Desde entonces, poner en movimiento poemas ha sido un tropismo al que pocos core¨®grafos han sabido resistir.Con todo, la idea del director del CNNTE, Guillermo Heras, era buena: hacer trabajar a cuatro bailarinas-core¨®grafas (Antonia Andreu, Gracel Meneu, Mar¨ªa Jos¨¦ Ribot y Manuela Rodr¨ªguez) sobre textos de la poetisa Ana Rossetti, para crear un espect¨¢culo de danza contempor¨¢nea -la primera producci¨®n de danza que aborda el centro- distinto y hasta cierto punto provocador. Nada imped¨ªa que alguna de las core¨®grafas aprovechara el pretexto para hacer su mejor creaci¨®n.

Pero est¨¢ claro que el tema er¨®tico de los poemas de Rossetti no ha inspirado demasiado a las creadoras, la mayor¨ªa de las cuales han hecho con sus propios grupos -Meneu con Vianants; Ribot con Bocanada, y Rodr¨ªguez con su nueva compa?¨ªa- trabajos m¨¢s logrados.

Antes de cada baile, la voz de la autora introduce el tema, al que se pegan las core¨®grafas con una voluntad de literalidad de escaso vuelo. Meneu, en el proceso de autodescubrimiento de Custodio m¨ªo, logra algunos giros introvertidos bellos, aunque luego sorprende un poco la falta de libertad que se da a s¨ª misma para explorar formas menos amaneradas. Ribot se queda tambi¨¦n corta, limitada en su vocabulario. Menos Manuela Rodr¨ªguez -que le da m¨¢s gusto al hecho de bailar y en alg¨²n momento transmitir algo de sensualidad, aunque su recurso a la reiteraci¨®n sistem¨¢tica de cada frase coreogr¨¢fica resulta m¨¢s cansado a¨²nque la simetr¨ªa derecha-izquierda del ballet acad¨¦mico- las dem¨¢s tampoco se revelan bailarinas, mostrando en sus movimientos una aplicaci¨®n re?ida con cualquier idea de placer.

El vestuario, la iluminaci¨®n y las m¨²sicas tampoco ayudan a dar calidad ni a los solos ni al espect¨¢culo en conjunto que, al final, culmina con una nota de humor -ilustrando De los pubis ang¨¦licos- y una visi¨®n del sexo de los ¨¢ngeles en el cielo, que llega algo tarde para aliviar el tedio acumulado.