Y el tiempo se detuvo

Tras cuatro a?os de ausencia, el cantante guipuzcoano Benito Lertxundi se present¨® en Madrid, con algunos de los temas de un repertorio de m¨¢s de dos d¨¦cadas, as¨ª como canciones de su ¨²ltimo disco, Pazko gaierdi ondua (La posmedianoche de Pascua), octavo trabajo en la carrera de este hombre nacido en Orio en 1942. Dio comienzo el recital con unos suaves sonidos de sintetizador a los que,se sumar¨ªan gaita y arpa, para instaurar desde el inicio un clima de delicada ensofiaci¨®n. Con unos arreglos ajustados a la propuesta musical y un sonido excelente, se sucedieron hermosas melod¨ªas, de corte medieval y renacentista, con resonancias c¨¦lticas. No deja de resultar sorprendente, ya a punto de adentrarnos en los noventa, encontrarse con un menestrel. Porque Lertxundi es, sin duda, un trovador contempor¨¢neo.La belleza brot¨® siempre de la sencillez. De una cierta austeridad en las formas aliada a un innegable talento. Fueron dos horas en las que el reloj pareci¨® haberse detenido, evidenciando lo absurdo de nuestras prisas: "Si al desprenderme de los senderos recorridos y optar por otro me detuviera un instante... ¨¦se ser¨ªa el instante eterno".