HB quiere reabrir el di¨¢logo entre el Gobierno y ETA antes de las elecciones vascas
"No nos vamos a desviar un mil¨ªmetro del camino trazado". La coincidencia es un¨¢nime, tras el asesinato de Josu Muguruza, entre todos los portavoces y todas las sensibilidades presentes en Herri Batasuna (HB). La coalici¨®n est¨¢ decidida a que ETA entierre las armas tras una negociaci¨®n con el Gobierno, y para conseguirlo enviaba a sus parlamentarios a ocupar en Madrid los esca?os tradicionalmente vac¨ªos. El proceso deber¨ªa estar en marcha antes de las elecciones auton¨®micas vascas, previstas para finales de 1990, y pasar¨ªa por la participaci¨®n de HB tambi¨¦n en la C¨¢mara de Vitoria.
En HB y en la organizaci¨®n terrorista nadie se opone ya a la negociaci¨®n. La discusi¨®n se centra, en todo caso, en sus formas y contenidos. El Gobierno central tampoco ha descartado intentar de nuevo el di¨¢logo. La insistencia del destituido delegado en la comunidad aut¨®noma vasca, Julen Elgorriaga, en sus discrepancias con Interior sobre la lucha antiterrorista resulta esclarecedora. "La principal diferencia es muy sencilla: ellos quieren rendirse y yo no", ha comentado en privado Elgorriaga a t¨ªtulo de explicaci¨®n.La organizaci¨®n terrorista ETA rompi¨® el pasado 4 de abril una tregua de varios meses. Era una consecuencia cantada del ultim¨¢tum dirigido al Gobierno cinco d¨ªas antes. La pretensi¨®n de ganarle entonces un pulso p¨²blico al Estado, mediante una rectificaci¨®n del Gobierno, fue criticada en voz alta y considerada "un error" por el eurodiputado de HB Txema Montero, aunque ¨¦ste mantenga que hubo tambi¨¦n un incumplimiento de compromisos aceptados por el Ejecutivo. Pero ni aquel fracaso ni el asesinato de Muguruza han provocado una involuci¨®n en la estrategia negociadora.
El m¨¦rito se atribuye, en gran parte, al propio Muguruza. Despu¨¦s de siete a?os de exilio "al otro lado" de la frontera hispano-francesa manten¨ªa una buena relaci¨®n con Josu Urrutikoetxea Ternera uno de los hombres con m¨¢s poder en ETA, actualmente encarcelado cerca de Par¨ªs. Muguruza, fortalecido dentro de HB por su antigua condici¨®n de exiliado y por su contacto con Urrutikoetxea y otros activistas, tom¨® la responsabilidad de educar pol¨ªticamente desde la secretar¨ªa de formaci¨®n a la militancia de HB.
Fue ¨¦l quien difundi¨® entre las bases como doctrina oficial la teor¨ªa de la escalera. Cada intento negociador ser¨ªa un pelda?o ascendido. Cada fracaso deb¨ªa interpretarse como un mero descanso en el rellano. Si se segu¨ªa ascendiendo siempre sin desandar lo ya recorrido, al final se llegar¨ªa arriba. Podr¨ªa sellarse el pacto final y ETA colgar¨ªa las armas sin haber sido derrotada ni rendida.
La teor¨ªa de la escalera
La teor¨ªa de la negociaci¨®n como escalera sirvi¨® para impedir cualquier tentaci¨®n de vuelta atr¨¢s despu¨¦s del fracaso en Argel y la deportaci¨®n de todos los exiliados vascos del pa¨ªs magreb¨ª. Simplemente, se interpreta en HB, se subi¨® un escal¨®n y hay que esperar a poner el pie en el siguiente. Desde entonces, la coalici¨®n independentista, encerrada en su decisi¨®n de no condenar los atentados de ETA, ha sufrido el m¨¢s duro acoso de su historia.Las conversaciones de Argel, de haber terminado con ¨¦xito, hubieran desembocado en un desembarco de los parlamentarios de HB en las instituciones. El movimiento de la coalici¨®n para poner el pie sobre el siguiente escal¨®n negociador era, precisamente, invertir el orden como gesto de buena voluntad. Acudir antes a ocupar los esca?os y romper el tab¨² mantenido durante m¨¢s de un decenio. Muguruza, Esnaola y sus compa?eros hab¨ªan cumplido la parte principal el pasado d¨ªa 20, posando para los fot¨®grafos ante las Cortes.
A partir de la adquisici¨®n de la condici¨®n de parlamentarios y senadores, aplazada ahora s¨®lo por razones t¨¦cnicas, HB conf¨ªa en recrear las condiciones para una suspensi¨®n de los atentados terroristas y una reanudaci¨®n del di¨¢logo. Dirigentes de la coalici¨®n subrayan que ETA y HB no cierran la puerta a la participaci¨®n de las dem¨¢s fuerzas pol¨ªticas vascas en el discurrir de las conversaciones y reconocen sin titubeos la necesidad de refrendo parlamentario de cualquier posible acuerdo. Esa fase implicar¨ªa la participaci¨®n en la C¨¢mara de Vitoria, despu¨¦s de las pr¨®ximas auton¨®micas.
Herri Batasuna y ETA quieren a toda costa que Eugenio Etxebeste, Antxon, actualmente deportado en la Rep¨²blica Dominicana, sea de nuevo el interlocutor del Gobierno. Consideran, en cambio, que Argelia est¨¢ definitivamente quemado como escenario del di¨¢logo y piensan en un pa¨ªs "lo m¨¢s pr¨®ximo posible a Euskadi", a¨²n sin concretar.
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