Andrei Zulawski filma la ¨®pera 'Boris Godunov' en una versi¨®n tr¨¢gica, sexual y sangrienta
La Orquesta de Washington, dirigida por Rostropovich, ha grabado la banda sonora
El a?o del 150? aniversario de Mussorgski finaliza con un proyecto espectacular por las posibilidades de difusi¨®n: la pel¨ªcula que ha realizado Andrei Zulawski de la ¨®pera Boris Godunov, en una versi¨®n tr¨¢gica, sexual y sangrienta, que se estrenar¨¢ en Francia el pr¨®ximo enero y poco despu¨¦s en Espa?a. Ruggero Raimondi, Galina Vishnevskaia y Nicolai Gedda encabezan el reparto. La grabaci¨®n ha sido realizada con la Orquesta de Washington, dirigida por Mstislav Rostropovich.
Como la mayor¨ªa de las ¨®peras llevadas al celuloide, el filme no estar¨¢ exento de pol¨¦mica. El coste de la producci¨®n, encabezada por Erato Films, es de 700 millones de pesetas, en los que hay una peque?a participaci¨®n espa?ola. Se prev¨¦, tras la exhibici¨®n en salas cinematogr¨¢ficas el lanzamiento en videodisco, mercado en alza y con posibilidades de crecimiento.A la hora de hacer balance del aniversario del compositor ruso Mussorgski queda una memorable Khovantchina, dirigida por Claudio Abbado, en la Staatsoper de Viena, con un reparto id¨®neo al repertorio eslavo (Burtschulabze, Ghiaurov Schemtschuk, Kodsgherga, Atlantov), en una escenograf¨ªa de tonos secos y agresivos. Tambi¨¦n, la oportuna reedici¨®n en tres discos compactos de la inte gral de sus melod¨ªas, magistralmente interpretadas por Boris Christoff en registros de los a?o cincuenta. En Espa?a lo m¨¢s notable ha sido una Khovantchina en el Liceo de Barcelona, con los finlandeses Salminen y Talvela (desgraciadamente, en uno de sus ¨²ltimos papeles) y un coro primorosamente llevado por Romano Gandolfi. Pero lo m¨¢s espectacular, por las posibilidades de difusi¨®n, es el rodaje de esta pel¨ªcula del polaco Andrel Zulawski.
C¨¢maras presentes
En la pel¨ªcula, de una hora y 52 minutos (le duraci¨®n, no se pierde de vista que estamos en una representaci¨®n de ¨®pera en un teatro y, tampoco, que se trata de una filmaci¨®n para cine (las c¨¢maras est¨¢n presentes en algunas im¨¢genes). Pero lo fundamenta es el tratamiento cinematogr¨¢fico del lenguaje. Al fin y al cabo, por encima de todo, es cine.As¨ª, se pueden apreciar detalles que en un escenario teatral ser¨ªan pr¨¢cticamente imposibles y que dan una lectura diferente a la obra. Marina se ba?a desnuda con un patito de juguete o hace el amor con el falso Dimitri, tras una escena polaca que escandalizar a m¨¢s de un aficionado a la ¨®pera. La violencia y desolaci¨®n en las calles es constante -cargas a caballo y con l¨¢tigos sobre un pueblo hambriento; sangre y asesinatos continuos-, adquiriendo un tono ¨¦pico el relato por contraste con el proceso de desintegraci¨®n y apocalipsis de Boris, que a veces hace pensar en Iv¨¢n el terrible, de Eisenstein, y otras en obras anteriores del autor de La tercera parte de la noche y Lo importante es amar. La mayor¨ªa de los escenarios naturales est¨¢n ubicados en Yugoslavia.
La grabaci¨®n de la banda sonora se realiz¨® en Washington, con la orquesta sinf¨®nica nacional de la ciudad, bajo la direcci¨®n de Mstislav Rostropovich. En el reparto vocal destaca Ruggero Ralmondi, como Boris (es el ¨²nico que, adem¨¢s, es actor), Galina Vishrievskaya (Marina y Hostelera), Nicolas Gedda (el Inocente), Paul Plischka (Pimen) o Kenneth Riegel (pr¨ªncipe Choulsky). La versi¨®n es, aunque personal, respetuosa con la obra de Mussorgski. ¨²nicamente algunos susurros se superponen a la partitura.
La m¨²sica es, por supuesto, el motor, el alma del filme. Los coros (americanos) despiertan emoci¨®n en sus escenas al aire libre, testigos de un mundo de oro y de barro. Mussorgski -encarnado por un actor- es testigo, desde una butaca del teatro, de la representaci¨®n de su obra. En escena, el Inocente llora por el destino de la pobre Rusia en un lamento lleno de poes¨ªa y tristeza.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.