El G-7 pretende controlar las transacciones bancarias superiores a 10.000 d¨®lares
El Grupo de los Siete, que integra a los pa¨ªses m¨¢s desarrollados del mundo, estudiar¨¢ en sup pr¨®xima cumbre, que se celebrar¨¢ en junio de 1990 en Houston, la de registros nacionales para todas las transferencias del extranjero y operaciones bancarias en efectivo por un importe superior a los 10.000 d¨®lares que se realicen en el mundo. La medida est¨¢ orientada a implicar a la banca internacional en la lucha contra el lavado del dinero procedente del narcotr¨¢fico.
Se trata de una iniciativa de Estados Unidos decididamente respaldada por Francia. Las leyes norteamericanas permiten excluir del mercado financiero estadounidense a las entidades que no colaboren con este sistema.Los bancos nortemericanos est¨¢n obligados a comunicar a su Gobierno la titularidad y condiciones de todos los dep¨®sitos en efectivo superiores a 10.000 d¨®lares que se realizan en Estados Unidos. Esta circunstancia ha favorecido la aparici¨®n de un personaje, conocido como smurf (pitufo), que ocupa el primer escal¨®n de toda operaci¨®n de lavado de dinero en EE UU. Un buen pitufo, casi siempre joven y de buena presencia, es capaz de convertir en cheques bancarios al portador, durante una sola jornada, hasta 40 lotes de 5.000 ¨® 7.000 d¨®lares en efectivo. A pesar de este eficaz trabajo, las autoridades estadounidenses registraron durante 1988 depositos en efectivo de m¨¢s de 10.000 d¨®lares por un valor total de casi 250.000 millones de d¨®lares, seis veces m¨¢s que en 1984.
Pero otra salida para el individuo o el grupo que se enfrenta a este peculiar roblema de exceso de liquidez es cruzar la frontera del norte e iniciar el blanqueo en Canad¨¢, donde no rigen los mismos requisitos informativos. Panam¨¢, Londres, Zurich, Madrid, Hong Kong y otras plazas pueden servir par la misma funci¨®n, aunque con el consiguiente incremento de eventuales riesgos en frontera y de los gastos de transporte. Por ello, hace poco m¨¢s un a?o, el Congreso estadounidense se plante¨® la necesidad de extender a otros pa¨ªses su sistema de registro.
El 18 de noviembre de 1988, el Congreso aprob¨® la llamada enmienda Kerry, que prev¨¦ un cuadro de sanciones suficientemente convincente como para que los estados y el sistema bancario internacional estudien la conveniencia de facilitar la extensi¨®n de los m¨¦todos de control promovidos desde Washington. Dicha enmienda, incorporada a la Ley Contra el Abuso de Drogas del a?o citado, establece la, posibilidad legal de que el Gobierno r ano prohiba a las instituciones financieras de ciertos pa¨ªses participar en cualquier operaci¨®n de compensaci¨®n de d¨®lares o tener acceso a los sistemas electr¨®nicos de transferencias de los bancos estadounidenses. El Gobierno puede prohibir, as¨ªmismo, que los ciudadanos, entidades o instituciones de tales pa¨ªses abran cuentas en baricos o entidades financieras constituidas en cualquiera de los estados norteamericanos. La enmienda Kerr, establece, en definitiva, que los bancos de los pa¨ªses que no cooperen con el sistema de informaci¨®n dise?ado por Washington pueden ser totalmente excluidos del mercado financiero de EE UU.
Grupo de choque
El objetivo inicial de la enmienda es que cada pa¨ªs establezca un registro central de los dep¨®sitos en efectivo superiores a 10.000 d¨®lares, pero los norte americanos promueven ahora el mismo tratamiento para las transferencias del extranjero. Tales registros ser¨ªan estrictamente nacionales, aunque estar¨ªan abiertos a las autoridades de otros pa¨ªses cuando la cooperaci¨®n fuera necesaria. El sistema de registro trata de evitar situaciones como la que se esta produciendo ahora mismo en Espa?a, por ejemplo, donde, en la investigaci¨®n oficial de un caso, se han detectado cuentas abiertas en un banco importante por un conocido narcotraficante con distintos nombres falsos, mientras que no aparece rastro de las numerosas transacciones realizadas en otra entidad por el mismo sujeto, pese a la certeza que tienen los investigadores de que las hizo.
El foro elegido por las autoridades estadounidenses para poner en pr¨¢ctica esta nueva legislaci¨®n, conflictiva al introducir cierta extraterritorialidad de la pol¨ªtica de EE UU, es el Grupo de los Siete, que el pasado mes de julio cre¨® un denominado grupo de choque contra el lavado del dinero de la droga. A los pa¨ªses m¨¢s desarrollados del mundo (EE UU, Canad¨¢, Francia, Reino Unido, Rep¨²blica Federal de Alemania, Italia y Jap¨®n) se unieron en dicho grupo Australia, Austria, B¨¦lgica, Espa?a, Holanda, Luxemburgo, Suecia y Suiza.
El grupo de choque concluy¨® el 7 de diciembre en Par¨ªs la serie de cuatro reuniones para la que fue creado, iniciadas el pasado mes de septiembre en la capital francesa. Francia, como presidenta del grupo, ha quedado en cargada de redactar un informe que estar¨¢ listo para primeros de a?o, y en el que probablemente seg¨²n la opini¨®n de asistentes a las reuniones, no se recoger¨¢n m¨¢s que algunas expresiones de voluntad que merecieron un consenso generalizado, por ejemplo, sobre la necesidad de acelerar la ratificaci¨®n de la Convenci¨®n de Viena o de reforzar la colaboraci¨®n bancaria frente al delito del lavado.
El grupo de choque ha sido pues, un mero globo sonda par detectar actitudes nacionales EE UU ir¨¢ en junio con su enmienda Kerry a la cumbre del G 7, en Houston, y tratar¨¢ de obtener all¨ª el mayor apoyo posible para poner en pr¨¢ctica su proyecto. Los de Francia y, en menor medida, el del Reino Unido, est¨¢n garantizados. La Rep¨²blica Federal de Alemania muestra menos entusiasmo.
La gran bola 'negra'
En 300.000 millones de d¨®lares -casi lo que supone al a?o el comercio mundial del petr¨®leo y m¨¢s del doble del presupuesto del Estado espa?ol para este a?o- se cifran habitualmente los ingresos brutos que reporta en todo el mundo el tr¨¢fico de drogas. El dato tiene una fiabilidad muy relativa_ Hay quien lo eleva hasta 500.3100 millones de d¨®lares. S¨®lo en FE UU, el narcotr¨¢fico genera Ingresos brutos del orden de los 100.000 millones de d¨®lares. Un estudio de Wharton Econometric, Forecasting Associates Inc., referido a 1986, fijaba en 65.700 inillones de d¨®lares los ingresos brutos de la delincuencla organizada.Las cifras, en cualquier caso colosales, deberian representar, seg¨²n diversas fuentes, al menos el 50% de la enorme y desestabilizadora bola dedinero negro que recorre el planeta en busca de una apariencia legal. El fraude fiscal simple genera la mayor parte de la otr.A mitad de esta bola, que se completa con los tondos procedentes de otras formas de delincuencia y contrabandos, del tr¨¢fico de armas, de las comisiones llegales y sobornos. Es evidente que la bola no puede rodar sin encontrar una v¨ªa en el sistema bancario internacional.El juicio del International Credit and Conimerce Bark de Luxemburgo, que comenzar¨¢ pr¨®ximamente en Florida, va a sentar por primera vez en el banquillo a una instituci¨®n financiera relevante, en relaci¨®n con el lavado de dinero. Cuentas abiertas en otros bancos importantes, como el estadounidense Manufacturers of Hannover o el espa?ol Santander -que ya hab¨ªa sido investigado en Panam¨¢ fueron objeto de pesquisas por cuestiones derivac¨ªas de este mismo sumario.
Estas investigaciones se estrellan generalmente contra el secreto bancario y, contra la resistencia de las instituciones Financieras a convertirse en "polic¨ªas" de sus ellentes. Pero algunos principios emp:l,ezan a quebrarse, incluso en los para¨ªsos fiscales europeos. Suiza, que ha endurecido considerablerriente los requisitos de identificaci¨®n para abrir cuentas, sobre todo si son numeradas, prepara una reforma del C¨®digo Perial por la que los bancos tendr¨¢n mayores responsabilidades sobre el origen de los fondos que recilban.
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