Pol¨ªtica y pol¨ªtica
Se hablar¨¢ mucho en los pr¨®ximos meses, y a nuestro juicio en los pr¨®ximos a?os, de Nacido el 4 de julio. Es incluso probable, m¨¢s que probable casi seguro, que obtenga el supremo oscar a la mejor pel¨ªcula del a?o. Sin la menor duda lo es, al menos del cine de los Estados Unidos.Si le niegan el oscar ser¨¢ por razones pol¨ªticas evidentes: no es f¨¢cil digerir para los conservadores gremios de Hollywood una obra que sostiene que su pa¨ªs es una sociedad opresora, fratricida, militarizada y militarista, generadora de guerras, la ¨²ltima de ellas hace s¨®lo unos meses en Panam¨¢ y la siguiente, probablemente no lejana, en otro pa¨ªs de la zona.
Pero estos gremios lo son de gente muy sagaz, muy curtida y experimentada en estrategias ideol¨®gicas. Si le dan el oscar se lo dar¨¢n tambi¨¦n por razones pol¨ªticas evidentes. Saben quienes forman parte de los gremios de Hollywood que si se lo conceden de esta manera domestican en parte su dinamita interior, al mismo tiempo que proporcionan un b¨¢lsamo a la conciencia colectiva de la sociedad receptora de esa dinamita.
Es decir, una vez m¨¢s, estamos ante la coartada, mil veces empleada por los ide¨®logos conservadores estadounidenses, de su propia libertad interior. Es, en efecto, una libertad interior tan innegable como lo es su desprecio a la libertad exterior.
Son las que siguen palabras, aproximadas pero respondemos de la exactitud de su significado. As¨ª se expresaba el director de Nacido el 4 julio, Oliver Stone, hace dos a?os: "La libertad interna de mi pa¨ªs est¨¢ organizada de tal manera que requiere para seguir existiendo de la falta de libertad fuera de ¨¦l".
Estamos por todo lo dicho ante una pel¨ªcula pol¨¦mica. Es ¨¦sta otra de sus riquezas, ya que, mediante ella la pel¨ªcula Nacido el 4 de julio devuelve al cine capacidad de agitaci¨®n y sentido del esc¨¢ndalo, esa combatividad perdida que las pantallas grandes necesitan recuperar cuanto antes sino quieren ahogarse bajo la demanda de las peque?as pantallas.
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