Una escultura secuestrada
La escultura de acero de Chillida Homenaje a los fueros permanece tapada desde hace cinco a?os por orden del alcalde de Vitoria. La posibilidad de que el pr¨®ximo oto?o la escultura pueda ser admirada de nuevo ha llevado al autor del art¨ªculo a exponer las diversas circunstancias que han provocado que Homenaje a los fueros sea "una escultura secuestrada" y la capital vasca la ¨²nica ciudad del mundo que posee una obra de Chillida oculta a la contemplaci¨®n p¨²blica.
La escultura Homenaje a los fueros, de Eduardo Chillida, es posible que sea excarcelada pr¨®ximamente de la prisi¨®n donde la mantiene aherrojada desde hace un lustro la decisi¨®n del alcalde de Vitoria, que para prevenir accidentes entre los infantes decidi¨® un d¨ªa tapar a cal y canto el laberinto donde est¨¢ instalada. Si las negociaciones llegan a buen puerto, el pr¨®ximo oto?o el Homenaje a los fueros podr¨¢ volver a ser admirado y la capital vasca perder¨ªa el dudoso privilegio de ser la ¨²nica ciudad del mundo que posee una escultura de Chillida oculta a la contemplaci¨®n p¨²blica.Homenaje a los fueros es una escultura de acero corten de aproximadamente 1,5 metros de altura, fechada en 1980. Una lectura simb¨®lica hace ver en ella una suerte de ¨¢rbol (un roble), s¨ªmbolo de las libertades vascas (fueros). Forma parte del conjunto monumental que Eduardo Chillida y el arquitecto Luis Pe?a Ganchegui, que ya realiz¨® con el escultor el Peine de los vientos, en San Sebasti¨¢n, levantaron en el centro urbano de Vitoria por encargo de la Diputaci¨®n como "expresi¨®n en piedra de los sentimientos que caracterizan al pueblo vasco".
Todo el conjunto del Homenaje a los fueros, as¨ª como la escultura encarcelada, se levanta sobre el solar que durante a?os ocup¨® el mercado de abastos de la capital alavesa. Aqu¨ª, en una parcela triangular, Chillida y Pe?a Ganchegui concibieron un gran espacio p¨²blico para el que rescataron los juegos tradicionales vascos: un front¨®n, un bolatoki (bolera) y un carrejo para las pruebas de arrastre de piedras por bueyes. En el v¨¦rtice occidental construyeron un laberinto en granito rosa de Porri?o, como todo el conjunto, que alberga en su interior la escultura Homenaje a los fueros.
El pr¨®ximo mes de septiembre, Eduardo Chillida realizar¨¢ una exposici¨®n en Londres, prevista desde hace tiempo. El galerista desea exhibir el Homenaje a los fueros, y ¨¦sa ser¨¢ la ocasi¨®n para que esta Mandela de las esculturas salga de su prisi¨®n. En el tiempo que dure la muestra londinense, el arquitecto Pe?a Ganchegui se encargar¨ªa de levantar los muros del laberinto para impedir que la chavalada vitoriana trepe y caiga al foso, como ya ocurri¨® hace unos cinco a?os. El tozol¨®n de un ni?ito llev¨® al alcalde a ordenar el cierre herm¨¦tico del laberinto a base de tablones, decisi¨®n que para Pe?a Ganchegui fue "una barbaridad".
La orden de Jos¨¦ ?ngel Cuerda vino a culminar una agria pol¨¦mica que se desencaden¨® en Vitoria entre elementos progresistas (los menos) y retr¨®grados, que deseaban una fuente luminosa en el solar del antiguo mercado. La fuerza del segundo grupo pareci¨® que iba a triunfar, pues Chillida y Pe?a Ganchegui llegaron a enviar una carta al presidente de la Diputaci¨®n el 21 de noviembre de 1977 en la que desist¨ªan del proyecto porque "al parecer no existe inter¨¦s ni eco favorable en el pueblo de Vitoria para que se realice esta plaza". Una campa?a popular, con pegatinas y carteles ("Plaza de los Fueros, bai; plaza de los Fueros, s¨ª") anim¨® a los artistas y la plaza fue erigida.
El escultor, molesto
Como otras obras del escultor donostiarra, la plaza de los Fueros fue contestada agriamente por algunos sectores, mientras el pueblo hac¨ªa de ella su lugar de encuentro festivo. Segu¨ªa el camino de Peine de los vientos, pintarrajeado con sa?a durante los meses posteriores a su colocaci¨®n y hoy s¨ªmbolo asumido de San Sebasti¨¢n, o del Gure aitaren etxea, de Gernika, en el que a veces aparecen grafitos a favor de ETA, o la protesta reciente de ciertos sectores gijoneses contra el Elogio del horizonte.
Sin embargo, la contestaci¨®n no pas¨® a mayores hasta el accidente del chiquillo. El cerramiento de la escultura por orden municipal molest¨® mucho al escultor, que en una conversaci¨®n privada con este periodista se mostr¨® indignado. Siguieron negociaciones para deshacer el entuerto, pero ninguna prosper¨®, hasta que ahora, con cierta picard¨ªa, cual es la excusa de enviar la escultura a Londres, el Homenaje a los fueros puede que definitivamente deje de ser una obra de arte secuestrada.
es profesor de la facultad de Ciencias de la Informaci¨®n del Pa¨ªs Vasco.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.