La fiebre del t¨ªtulo
Cuatro paredes y el entusiasmo de los profesores era todo lo que las gau-eskola (escuela nocturna) pod¨ªan ofrecer al final del franquismo a los adultos deseosos de aprender euskera o salir del analfabetismo en su lengua materna. Escaseaba el material pedag¨®gico y la metodolog¨ªa era rudimentaria. "Hasta los a?os ochenta se aprend¨ªa por razones ideol¨®gicas", afirma Erramun Osa, profesor de la Coordinadora para la Alfabetizaci¨®n y Euskaldunizaci¨®n (AEK). Estos alumnos ve¨ªan en el idioma un elemento integrador en el pa¨ªs".Con el nacimiento de los ¨®rganos de gobierno preauton¨®mico, la matr¨ªcula registr¨® un ascenso del 300%. Estudiantes, amas de casa y trabajadores encontraron un hueco para el aprendizaje. "Los cambios pol¨ªticos crearon muchas expectativas", recuerda Osa. "Era la propia sociedad la que tiraba de la normalizaci¨®n del euskera".
En los a?os ochenta, la calidad de la ense?anza mejor¨® y se ampli¨® la red de euskaltegis (centros especializados), pero ya estaba cambiando el inter¨¦s de los estudiantes. "Los alumnos pasaron a apostar por obtener el t¨ªtulo oficial, ¨²til para acceder a algunos puestos de trabajo", explica el profesor. "Los euskaltegis se llenaron de estudiantes con el ¨²nico objetivo de conseguir el t¨ªtulo". Entre 1986 y 1989 ha llegado el reflujo, y la matriculaci¨®n ha descendido cerca del 40%. "El t¨ªtulo de euskera ya no ayuda a encontrar empleo", concluye Osa. "Primar la titulaci¨®n es un error. Superado el examen, la lengua ya no se utiliza".
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