Quince a?os no es nada
Incorporado al Partido Comunista Franc¨¦s en 1948, fil¨®sofo por oficio y pol¨ªtico por pasi¨®n, como m¨¢s de una vez se defini¨®, Althusser se convirti¨® en el fil¨®sofo neomarxista que necesitaba la juventud europea de los a?os sesenta, y satisfecha por el revisionismo humanista posestaliniano y ¨¢vida de una lectura del marxismo que justificara la nueva ola revolucionaria. Por una parte, Mao, y por otra, Althusser, privilegiaban el car¨¢cter pol¨ªtico de todo intento filosofador, con la finalidad de entender la historia como un proceso activado por la lucha de clases, con la acci¨®n de las masas por encima de toda intenci¨®n "humanista", denunciada como concesi¨®n a la ideolog¨ªa peque?o-burguesa. Especialmente secundado por aquellos estudiantes, larvas de intelectuales y profesionales, que tem¨ªan detectar en s¨ª mismos rasgos incorregibles de burgueses peque?os o de peque?os burgueses, Althusser de hecho, asum¨ªa que estalinismo y antiestalinismo se complementaban como factores de par¨¢lisis del crecimiento cient¨ªfico y filos¨®fico del marxismo. Los texos empapados de althuserismo de Nikos Poulantzas o Marta Harnecker fueron espa?olizados por profesores pol¨ªticos como Jordi Sol¨¦ Tura, quien saludaba en mayo de 1974 que Althusser y sus disc¨ªpulos rehuyeran la trampa de la metodolog¨ªa estructuralista, rompieran con el historicismo y el human ismo marxista, delimitaran la especificidad de la dial¨¦ctica marxista frente a la engeliana y, volviendo a leer directamente a Marx y Engels, a Lenin y Mao Zedong, reencontraran el centro de gravedad del pensamiento marxista. Seductor era entonces que Althusser afirmara que la fusi¨®n de la teor¨ªa marxista y el movimiento obrero era el mayor acontecimiento de toda la historia de la lucha de clases, que la teor¨ªa marxista (ciencia y filosof¨ªa) representaba una revoluci¨®n sin precedentes en la historia del conocimiento humano, que Marx hab¨ªa fundado la ciencia de la historia y que esta ciencia hab¨ªa revolucionado la filosofia, que el mayor ¨¦xito de aquella teor¨ªa hab¨ªa sido su apropiaci¨®n por el movimiento obrero, que s¨®lo los militantes o dirigentes proletarios hab¨ªan comprendido la prodigiosa revoluci¨®n filos¨®fica iniciada por Marx... En fin. Para qu¨¦ seguir. Toda esta prodigiosa aventura del pensamiento y el lenguaje termin¨® m¨¢s o menos hace 15 a?os, y ahora recuperar aquellas formulaciones parece algo as¨ª como un empe?o arqueol¨®gico que ni siquiera financiar¨ªa una peque?a subvenci¨®n a cargo del Quinto Centenario, de la Olimpiada de Barcelona o de Madrid Capital Cultural Europea.Muchos j¨®venes espa?oles se hicieron althuserianos y miraron por encima del hombro a todo marxismo ret¨®rico, lit¨²rgico, corrompido por el posibilismo democratista. En cierto sentido, aquellos j¨®venes revolucionarios situados extramuros de los santuarios comunistas oficiales por su anquilosamiento, siguieron una evoluci¨®n paralela aunque sabiamente distante de la de Altshuser. El fil¨®sofo estrangul¨® a su esposa y se volvi¨® loco. Nuestros althuserianos cambiaron de pareja de aventuras revolucionarias y se metieron en el PSOE.
Babelia
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