Una radiograf¨ªa de la comunidad cient¨ªfica
Una comisi¨®n nacional, bas¨¢ndose en el trabajo serio y riguroso de comit¨¦s asesores de la m¨¢xima cualificaci¨®n cient¨ªfica, acaba de finalizar en su mayor parte la evaluaci¨®n de los profesores universitarios espa?oles (no me referir¨¦ hoy al proceso paralelo en el CSIC) que solicitaron el incremento retributivo correspondiente a una especial labor investigadora que fue introducido como incentivo para dicha labor en fecha reciente. La realizaci¨®n de una evaluaci¨®n de esta naturaleza, tarea dif¨ªcil e ingrata, implica una madurez y una capacidad de autocr¨ªtica de la comunidad universitaria que me parecer¨ªa injusto no resaltar.En una tarea tan compleja, que involucra m¨¢s de 15.000 expedientes, inevitablemente se deslizan errores. Errores que es preciso descubrir y subisanar. Para ello, hemos iniciado un proceso, por la v¨ªa del recurso previsto en la normativa vigente, que asegure que las solicitudes de todos los profesores que, crean haber recibido una evaluaci¨®n inadecuada puedan ser examinados de nuevo y, en su caso, por evaluadores distintos de acuerdo con las pr¨¢cticas com¨²nmente aceptadas en la comunidad cient¨ªfica internacional. Particular atenci¨®n ser¨¢ prestada a aquellos recurrentes que formen parte de ciertos ¨¢mbitos del saber que puedan requerir un examen m¨¢s ajustado a las se?as de identidad de su campo cient¨ªfico.
Los resultados de esta evaluaci¨®n individualizada de la tarea investigadora perfilan una radiograf¨ªa de nuestra comunidad cient¨ªfica, y su an¨¢lisis debe servirnos para mejorar nuestras actuaciones en este terreno y corregir posibles yerros.
No obstante, constituir¨¢ un grave error tratar de ordenar las universidades (ranking le llaman a veces) atendiendo s¨®lo a su labor investigadora, aunque sea tan importante. Por ello, me preocupar¨ªa grandemente que se extrajesen conclusiones del todo inadecuadas de una lectura apresurada de datos parciales y, en cualquier caso, preliminares de la evaluaci¨®n cient¨ªfica. Quiz¨¢ todo ello sea consecuencia del inter¨¦s que la evaluaci¨®n antedicha despierta, toda vez que es la primera que por su car¨¢cter cr¨ªtico introduce posibilidades de comparaci¨®n.
La ordenaci¨®n de las universidades, o quiz¨¢ cabr¨ªa hablar mejor de estructuras homog¨¦neas como centros o departamentos, seg¨²n criterios de calidad, es una importante tarea que nos proponemos abordar con toda seriedad, sin premuras contraproducentes, con la imprescindible colaboraci¨®n del Consejo de Universidades. De hecho, la metodolog¨ªa correspondiente ha sido y sigue siendo sujeto de discusi¨®n apasionada en el ¨¢mbito nacional e internacional.
Dichos criterios tienen que incluir, entre otros, una valoraci¨®n de la ense?anza impartida (apreciada no s¨®lo por los estudiantes, sino tambi¨¦n por los empleadores) y una estimaci¨®n de la influencia positiva que la universidad en cuesti¨®n lleva a cabo en su entorno social y que se concreta, entre otras, en extensi¨®n cultural y cient¨ªfica, reciclaje de cuadros, formaci¨®n permanente y atenci¨®n especial a las minor¨ªas.
Entre las consecuencias positivas de este an¨¢lisis comparativo se puede resaltar el efecto emulador que supondr¨ªa entre las propias universidades, as¨ª como la informaci¨®n esencial que significar¨ªa para el ciudadano en un sistema universitario como el espa?ol, en el que deseamos estimular la movilidad de los estudiantes en todos sus ciclos. Justamente por la importancia de la tarea, debemos asegurar que la metodolog¨ªa utilizada es rigurosa y completa, sin dejarnos impresionar por aspectos parciales o prematuros de la misma. S¨®lo as¨ª conseguiremos que redunde en esa mejora de la calidad de la Universidad espa?ola que todos deseamos. En este mismo reto est¨¢n empe?ados los mejores sistemas universitarios de nuestro entorno.
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