La instituta de la mujer
O el instituto de la mujer, o la instituto de lo mujer. Y es que ya no sabe uno c¨®mo llamarle o llamarla, porque esto es de lo que no hay.Hace pocos d¨ªas he visto en la televisi¨®n o en el televisor, como ustedes prefieran, he visto, digo, un grupo de mujeres circunspectas y laboriosas, ocupadas y preocupadas por un asunto referente al sexo, un tema que nos preocupa a todos. No se alarmaban por la escalada en progresi¨®n geom¨¦trica del sida, ni por la frigidez de algunas mujeres, ni por la eyaculaci¨®n precoz de los hombres, ni siquiera por la impotencia, la menopausia o la s¨ªfilis, no. Estaban reivindicando la aplicaci¨®n del g¨¦nero femenino para determinados sustantivos o la diferenciaci¨®n, en el lenguaje, del sexo, oral y escrito.
Se habl¨® entonces de la segregaci¨®n que algunas denominaciones de las profesiones actuales a las que ha accedido la mujer, y que antes estaban restringidos casi exclusivamente a los hombres, estaban sufriendo. Y pusieron, ejemplos; ejemplos tales como las concejalas, las juezas, las m¨¦dicas o las abogadas.
Y digo yo que en esta sociedad tan democr¨¢tica en la que vivimos es correcto, e incluso loable, tratar de llamar a las cosas por su nombre y otorgarles el g¨¦nero que en realidad tienen, sea masculino o femenino, evitando as¨ª una discriminaci¨®n ling¨¹¨ªstica por cuesti¨®n de sexo que nuestra Constituci¨®n no debe permitir.
Desde este punto de vista, y como var¨®n dem¨®crata que me considero, creo que en esta lucha de g¨¦neros, y no ya de sexos, estamos incluidos todos; y para mostrar mi apoyo a la propuesta del Instituto de la Mujer, desde un imaginario instituto del hombre (que no s¨¦ si existe, pero podr¨ªamos fundar ahora), propongo a continuaci¨®n una serie de t¨¦rminos en los que ser¨ªa necesario aplicar el g¨¦nero masculino, sobre todo para que la moci¨®n del Instituto de la Mujer act¨²e en los dos sentidos: masculino a femenino y viceversa.
Para empezar a trabajar en una posible lista de palabras susceptibles de cambio de g¨¦nero, aqu¨ª os dejo la lista, con el g¨¦nero cambiado.
Violinistos, trapecistos, dentistos, taxistos, futbolistos, malabaristos, pianistos, polic¨ªos, artistos, publicistos, saxof¨®nistos, trompetistos, recepcionistos, periodistos, especialistos, guardos y guardios, inversionistos, coleccionistos, pediatros, ortopedistos, militores, criminalistos, libretistos..., y todos los que usted quiera a?adir, que son muchos.-
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