El Madrid fue incapaz de construir una ventaja
El Real Madrid recurre pertinazmente al tremendismo. Es un s¨ªntoma como otro cualquiera de impotencia. El Real Madrid es un equipo mal parido y consecuentemente sus problemas no son susceptibles de ser resueltos de un d¨ªa para otro, por mucho ardor que le pongan al asunto los jugadores. Ayer el Madrid no hizo nada diferente a lo que acostumbra: perder el partido de ida. Debe ser que le gusta jugar con h¨¢ndicap. Debe ser que no sabe jugar de otra manera que atropelladamente.El Real Madrid es el ¨²nico equipo europeo implicado en grandes competiciones que act¨²a con un solo jugador capacitado para actuar de base. Y por ah¨ª nace su desequilibrio, que termina en la elecci¨®n de dos novatos como extranjeros. Bajo esas circunstancias, el Madrid ha demostrado hasta el hast¨ªo que su ritmo es fren¨¦tico pero monotem¨¢tico, que depende irracionalmente de los pulmones de Llorente. Por esa raz¨®n, tiene actuaciones enga?osas: puede marcar 26 tantos en ocho minutos y los restantes 26 en media hora. Puede ir ganando sobradamente (17-5, 23-12) para transcurrir m¨¢s claramente a la hecatombe (57-66).
El Clear Cant¨² limit¨® gran parte de sus acciones a no perder la compostura y a solucionar el problema reboteador que les planteaba Roberts (due?o de todos los rebotes en el primer tiempo). Amparados finalmente en una zona, los italianos supieron darle la vuelta al partido. Y ello sin hacer ruido.
Porque ruido es lo que hace el Madrid las m¨¢s de las veces. As¨ª es como hizo un 10-0 en poco m¨¢s de un minuto (de 57-66 a 6766), que no le sirvi¨® para ganar. Total, mucho ruido pero poca m¨²sica.
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