Basora, la ciudad m¨¢s bombardeada
Un nuevo retrato de Sadam Husein -polo blanco, sombrero y gafas de sol- fianquea la entrada de la Gobernaci¨®n de Basora. El anterior fue destrozado por los soldados que regresaban humillados de Kuwait. En el centro de una de las ciudades m¨¢s bombardeadas de la historia, empez¨® hace tres meses una en¨¦sima guerra, que ha sacado a la luz las profundas divisiones que cruzan el Irak de Sadam. K. se licenci¨® del ej¨¦rcito a finales de marzo y hace dos semanas que se ha reincorporado en su puesto de funcionario. Desde octubre, hab¨ªa estado destinado en Kuwait y se encontraba en el emirato el d¨ªa del alto el fuego. "Otros dos amigos y, yo anduvimos tres d¨ªas para escapar de all¨ª", relata a esta enviada especial como no dando cr¨¦dito a¨²n a su odisea. Cuando por fin lograron alcanzar Basora cayeron en manos de los rebeldes.
"Al principio nos pegaron para que confes¨¢ramos ser oficiales, pero cuando se convencieron de que s¨®lo ¨¦ramos soldados quer¨ªan que nos uni¨¦ramos a ellos", explica sin poder precisar el tiempo que estuvieron prisioneros. K., un hombre en la treintena que ha hipotecado la mayor parte d¨¦ su juventud en el Ej¨¦rcito, ha hecho suya la versi¨®n oficial que atribuye a Ir¨¢n la responsabilidad de la revuelta. Sin embargo, cuando relata c¨®mo lleg¨® m¨¢s tarde a Amara, de eamino a Bagdad, se le escapa que las propias familias de los "revoltosos" les dieron cobijo y comida. Lo que K. no cuenta es que el gobernador de Basora orden¨® a la polic¨ªa militar que cargara contra los soldados que antes que ¨¦l hab¨ªan llegado a la ciudad. "La tropa, hambrienta, cansada y desprovista de medios de transporte, se hallaba congregada ante la sede de la Goberriaci¨®n", cont¨® a EL PA?S un testigo.
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