Comer y beber
Jam¨®n, salchich¨®n, mortadela, encurtidos, aceitunas, sardinas, mantequilla y pepinillos, ostras, sopa de tapioca, pur¨¦, menestra, fritos variados, calamares, angulas, gallina en gelatina, pastelillos de carne, foie-gras con trufas, perdices, salm¨®n, solomillo, esp¨¢rragos, ponche a la romana, pavos asados, ensalada, helados, bu?uelos, chantill¨ª, tocino de cielo, flanes, dulces, quesos, frutas y tres tortadas, vinos variados (sauternes, jerez, burdeos, borgo?a, rhin, madeira, champa?a), caf¨¦, licores (co?¨¢, ron, Chartreusse, Marie Brizard, an¨ªs Escatr¨®n, anisete, cura?ao y habanos. Esto es el precedente hist¨®rico, pero no el men¨² sanferminero de 1991 ; esto fue lo que le ech¨® de comer y beber el Cr¨¦dito Navarro a sus accionistas en 1883.
Esto es lo contrario de la Pamplona de los sanfermines de Josetxo, el no va m¨¢s de la ciudad de las multinacionales: "A mi casa, en los sanfermines, se viene a comer bien, y este a?o, sobre todo, he notado m¨¢s a¨²n la calidad que la cantidad". Escuchando a Josetxo, en su comedor todo finura, podr¨ªa creerse que lo de comer y beber, un estandarte de San Ferm¨ªn, es una bomba terrorista contra la cultura gastron¨®mica vasco-navarra. La gente del pa?uelo rojo, d¨ªa y noche, bebiendo a morro el cava en las calles, el vino en porr¨®n, la cerveza ardiendo; los hombres y mujeres tambale¨¢ndose, empapadas en vinacho las camisetas blancas, comiendo derrumbados en el pavimento... Todo pod¨ªa ser un pecado respecto a sus mandamientos gastron¨®micos, y ser¨ªa sabroso; pero la noci¨®n del pecado, y el goce consecuente, ?no necesitan de la lucidez? Esto son pamplinas de un forastero.
Duende norte?o
No se hable m¨¢s. Algo, alg¨²n duende norte?o (?existe eso?) tiene que mover los hilos para que estos d¨ªas se encuentre el comil¨®n de a pie con los finos, chulos y otros mortales: Lucio, el de Madrid; Arzak, el de San Sebasti¨¢n; Ari?ano, el de Zarautz; los chefs de Rumbo de Barcelona, Alicante, Murcia, puntos suspensivos.Una de las cinco pocholas de las legendarias Pocholas de Pamplona dice: "La gente se desboca comiendo y bebiendo estos d¨ªas porque duerme menos". Simple y santo como el Evangelio. Sus razones tendr¨¢ esta pochola de la que algunos desaprensivos dicen cosas mezquinas y que sigue recibiendo, sirviendo, cocinando y dando de comer como pocos.
?Viva el callejeo de San Ferm¨ªn! Y La Olla, que es caj¨®n de sastre de materia prima y de toda la bullanga que desde el purgatorio dirige San Ferm¨ªn. Y de puertas adentro que no se olvide a Martintxo, el de los asados de Cizur Menor, en la periferia de Pamplona. Los sanfermines del comer y beber, a lo loco, o bien toreado, hasta los entrebastidores de la plaza de toros son cultura: el d¨ªa de su primera corrida y de su cogida leve, C¨¦sar Rinc¨®n estaba en el quir¨®fano, y un servidor delante de la puerta de la enfermer¨ªa interpelaba al portero sobre la cosa: "No se preocupe", respondi¨®, "que no es grave, porque el cura sigue en la plaza viendo la corrida y estar¨¢ comiendo su bocadillo".
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